De alguna manera se ha hecho justicia.
Policarpo Sainz, el de La Braguía, podrá seguir viviendo al modo de los antiguos pasiegos: en una cabaña, sobre los pastos, junto al ganado, de manera itinerante en ocasiones, ajeno a lo que ocurre no ya en el mundo, sino en la vecina Selaya. Las vacas que dan sentido a su vida no van a ser embargadas, pero no porque el juez haya estimado el recurso presentado por su abogada, sino porque ciertas donaciones anónimas van a permitirle hacer frente a la indemnización impuesta.
Él sabe algo, aunque desconfía cuando habla: «Han estado pidiendo, por lo que me han dicho. Ha venido aquí, con dos hombres fuertes: que dónde quería ingresarlo, si en el banco o en la caja de ahorros. Y le he dicho: 'No, en tu casa'». Policarpo cuenta el hecho hasta donde sabe, pero no nombra a nadie. Es pasiego.
También explica que «la hucha está puesta en Casa Macho, dentro, en el bar», aunque no lo ha visto por sí mismo porque hace tiempo que no baja a Selaya. Vive en lo alto de La Braguía, en una cabaña en la que no hay ni luz, ni agua, ni teléfono, ni gas, ni televisión, ni nada. Como los antiguos pasiegos. Como aquellos que llegaron hace mil años atravesando los puertos de la Lunada y las Estacas de Trueba para pastorear por los montes de la verde Cantabria. Así vive Policarpo Sainz Sainz en pleno siglo XXI.
Su modo de vida peligró con el embargo de las vacas. Con una pensión de apenas 300 euros, difícilmente podría haber sobrevivido sin ellas. Por eso estos días respira aliviado, al haberse arreglado su situación. Aunque no las tiene todas consigo: «La chica esa, la abogada... Tengo que bajar a estar con ella».
«Tampoco él me paga la vaca»
Todo empezó en la noche del 25 de julio, cuando un vehículo regresaba de Selaya a Vega de Pas. Eran las tres de la mañana y el automóvil atropelló a una de las vacas. La mató, por supuesto. «Se me había secado el bebedero y la vaca fue buscando agua y la mató», explica. Esa noche no hubo denuncia, pero a la mañana siguiente el titular del vehículo la presentó. El trámite judicial acabó dándole la razón: Carpio fue condenado a abonar 3.365 euros. Por supuesto, no los tenía. El juez decretó el embargo del ganado.
Durante todo el procedimiento, Carpio no acertó nunca a entender la verdadera dimensión de lo que pasaba. No comprendía que el propietario del ganado tuviera que hacerse cargo en caso de accidente, y que, de acuerdo con la legislación, debiera asumir los costes de la reparación del vehículo. «Tampoco él me paga la vaca», manifestó a este periódico. Sus declaraciones aparecieron el 8 de mayo y alcanzaron relevancia nacional. Su caso no dejó indiferente a nadie.
«¿Cómo no dejó el coche al lado de la vaca? Marchó con su coche. Hizo el delito, allí dejó el cadáver y marchó con su coche», insiste. El asunto ya ha sido resuelto por el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Medio Cudeyo, pero Policarpo se atiene a sus razones. «Hay que tratar de incriminarlo. Decírselo a la Guardia Civil e incriminarlo», propone.
Al demandante no lo conoce. De él dice que «es un chavalito de estos tochuzos, que empiezan a mocear ahora. Creo que tiene una tienda, pero no le conozco». Pero se refiere a él como «ese sinvergüenza... encima de matarme la vaca».
Lo que no desconoce es que hay que hacer frente al pago y, como no es él quien va a pagar, y tampoco se fía de la otra parte, propone que el abono se haga con testigos. Lo dice porque «si se lo ha dado y no hay testigos, ese es capaz de negarlo». Desconoce el procedimiento de las transferencias bancarias.
Las vacas y la tierra
Llega la hora de irse. «Tengo que bajar, que se me marchan las vacas. Mira, aquella rojona, se me marcha», comenta. El ganado -«trece hay, con tres o cuatro criucas»- pasta a sus anchas por la finca, en las inmediaciones de La Braguía. Allí hay terreno abundante, pero poco pasto. Es por el frío. Por eso «no tardaré en marchar a la otra finca», que se encuentra en el extremo opuesto del valle carredano, camino de la subida al Campillo. Cuando el ganado 'mude' a esos lugares, Carpio marchará con él. Y vivirá y dormirá con las vacas, también, como hicieron los primeros pobladores de estos montes, que dicen llegados de Oña y Espinosa de los Monteros. «Las llevaré para que coman, y yo con ellas».
El ganado es la vida de Carpio, por los ingresos y por la compañía. Ahora «es esclavo». «Con las vacas aquí no se vive. Dan poco resultado, pero con ellas tenemos que tirar, hasta terminar», afirma.
Policarpo tiene 77 años, y sigue trajinando con gallinas, perros y vacas. A su edad, otros no lo harían. «Se han podrido ya muchos de mi tiempo», recuerda. A él, la vida se la dan esos montes, esas vistas, el contacto con la naturaleza y los animales... y el principio de que no siempre se elige: a veces toca 'hacer de la necesidad virtud'. Y eso que «ya los viejos comemos hasta poco, y con esto de la vaca y los disgustos, menos».
Esas cabezas de ganado es lo único que tiene. Eso, y la tierra. La tierra que durante generaciones fue lo más valioso. La tierra que en estos tiempos parece no valer nada. Carpio sólo necesita la tierra y el ganado, porque sin luz y sin teléfono se vive. «La luz llega ahí: al poste. La pusieron pero lo mandé quitar, porque hubo una chispa, entró la corriente en casa y mató cuatro vacas». La chispa no fue tal, sino un rayo. Todo fue una coincidencia, pero Carpio ordenó quitarlo. Al fin y al cabo, para vivir no necesita luz, ni gas, ni teléfono, ni nada. Sólo las vacas. La tierra de Cantabria y las vacas.
Fuente de la información. "El Diario Montañés"
He leído el post y se me ha ido haciendo un nudo gordo en el estómago. Luego he ido a leer la primera parte. La justicia no puede ser lo mismo que la ley, pero creo que debería parecerse un poco más. Ayer, Carzum, hablaba del despoblamiento. El acoso implacable a todos los Policarpos es en buena parte responsable de eso.
ResponderEliminarMe alegra mucho que pueda seguir con su vida. Un abrazo, Tejón.
Vi la noticia de la "solución" por ahí y me quedé con un sabor agridulce. Pagan otros (con su mejor voluntad) por su delito, que no lo es. Lo importante es, en este caso, el resultado y que Policarpo pueda seguir con su vida. Como dice Alma más arriba, ha conseguido esquivar de momento el acoso implacabe a su mundo.
ResponderEliminarUn abrazo, Tejón
Cara y cruz,la gente responde ante una injusticia y la ley se queda atras,como siempre,por lo menos al pobre señor le dejaran sus vacas para que siga haciendo su vida y al listo del que mato la vaca le arreglan el coche y se queda sin castigo
ResponderEliminarUn abrazo Tejon y me hubiese gustado poder ayudar al señor.
¡Con un par! Y yo ahora pedía lo que le corresponde por la vaca.
ResponderEliminarLo de la hucha en Casa Macho me ha encantado. Claro que decirle a un pasiego que si en un banco o en la caja de ahorros.... ¿No han oido hablar esos señores del "crédito pasiego"? Jajaja.
Mira ya me has alegrado el día, Tejón.
Besucos.
La parte positiva es que este hombre podra seguir viviendo como antes.Tan mal no estaria el coche si se fue con el y no llamo a la guardia,lo que iria con una mamada de campeonato,por otra parte me alegro que ayuden a este señor sin querer "arreglarle" la vida.
ResponderEliminarSaludos.
Acertado comentario Alma,como no va a haber despoblamiento y desarraigo si se somete y acosa de forma despiadada a esta gente.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi me satisface la solución Xibeliuss, aunque he tenido que soportar comentarios ironicos y de mal gusto hacia la gente que ha aportado dinero para ello.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa respuesta de la gente José Manuel es lo hace que aún podamos pensar que no todo está perdido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con que poco nos alegramos ¿verdad anjanuca?. Lo del credito pasiego sería muy largo de explicar aquí, jejeje. Se me viene a la memoria el chiste aquel del pasiego que bajó a la feria y un vecino le encargó un chiflo ( silbato para los que no lo entiendan), y uno que estaba al lado le dijo: "pues traeme a mi otro" y le dio el dinero para pagarlo y dice el pasiego: " Tu, chiflarás"
ResponderEliminarUn abrazo paisanuca.
Es una pena Fosi como hemos ido cediendo y perdiendo las personas en esta sociedad cada vez más injusta y falta de valores,en el fondo yo creo que tenemos envidia de estos cuatro Carpios que quedan y que no renuncian ni tragan imposiciones.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro que este hombre pueda volver a su vida y olvidarse de juicios y multas.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo mejor es que de una forma u otra Policarpo pueda seguir su vida sin mas sobresaltos,y la justicia nos enseña que no es igual para todos.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por acercarnos la "resolución" del caso de D. Policarpo, Tejón. Me alegro un montón de que al final pueda mantener su medio de vida, aunque es una pena que no haya sido por decreto u orden judicial, sino por la voluntad de sus vecinos... qué le vamos a hacer. Lo importante, supongo es que al final D. Policarpo pueda seguir en su casa, en su tierra y con sus vacas. Abrazos ;-)
ResponderEliminarAunque con la mosca tras de la oreja... de alguna manera se solucionó de momento.
ResponderEliminarUn abrazo tejon, gracias por seguir este suceso y traerlo a tu cueva a petición nuestra.
Era mi obligación compartir esto con todos vosotros. Sabía que os alegraría.
ResponderEliminarUn abrazo compartido, José Antonio, José, Carzum y Arena.
Hola
ResponderEliminarPaso a darte un gran besote y agradecer tu felicitación..
Me alegro que pueda seguir con su vida y se olvide de todo
Saludos de buen fin de semana
La ley no distingue entre distintas situaciones, la ley es técnica y se aplica de forma aséptica. La justicia es otra cosa, es lo que la mayoría desemos.
ResponderEliminarBuen fin de semana
QUE VIVA POLICARPO ¡¡¡¡
ResponderEliminarY TAMBIÉN LOS VECINOS, ESAS SON COMUNIDADES REALES, QUE SE PROTEGEN ENTRE SI, Y EN SUS COMPONENTES ESTÁ EL PASADO Y EL FUTURO, UNIDOS POR EL RESPETO QUE CADA UNO SE MERECE.
ABRAZOS QUERIDO TEJON
me recuerda a Jose el de la vaca, paisano autentico de las montañas de Belmonte de Miranda, es casi la misma historia, son felices en su montaña y vienen los de ciudad con las reglas y normas que ellos no entienden, ¡nos llamamos civilizacion!
ResponderEliminarNo se hace justicia con el pueblo llano y la gente sencilla Wendy, y solo con los debiles se atreven a aplicar las leyes.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por pasarte.
Viva Policarpo abuela, de alguna forma se ha hecho justicia.
Un abrazo.
Casía, yo creo que a la gente como Carpio o Jose el de la vaca se les tiene envidia porque con lo poco que tienen son felices, no deben nada a nadie, viven libres al sol y como dice Rafael Amor, a veces hasta cantan.
Un saludo.
Larga vida a todos los POLICARPOS del mundo, en especial a los del rural, únicos transmisores de costumbres y culturas ya olvidadas.
ResponderEliminarClaro que si Marce.
ResponderEliminarUn saludo.
Gran foto!!
ResponderEliminary me alegro mucho ppr Policarpo
Isis
Descanse en paz, Carpio
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