Casi sin darnos cuenta se nos pasó la tarde, comenzaba a oscurecer, unas nubes negras que amenazaban tormenta nos hicieron retornar de vuelta y en Unquera nos cogió de golpe el chaparrón y nos quedamos con las ganas de ver la desembocadura del río Purón.
Aparte de despistado soy bastante terco y me propuse volver otro día sin tardar mucho y convencí a Mila para ir al día siguiente y ver además de la desembocadura también el nacimiento de este pequeño río que merece considerarse como tal aunque apenas tiene cinco kms de recorrido.
Para ello nos dirigimos hasta el pequeño pueblo asturiano de Purón perteneciente al municipio de Llanes. Una pequeña localidad que da nombre al río y que apenas cuenta con una cincuentena de habitantes, pero que nos sorprende nada más llegar al encontrarnos con unas casas de indianos muy bien conservadas, con unos tejos viejos y en una de ellas el boj que se ve en la foto de abajo.
La madera del boj es muy apreciada por los constructores de gaitas y aunque este árbol de tipo arbustivo no suele alcanzar grandes dimensiones si que puede envejecer muchos años.
La madera del boj es muy apreciada por los constructores de gaitas y aunque este árbol de tipo arbustivo no suele alcanzar grandes dimensiones si que puede envejecer muchos años.
Un poco más adelante este cartel nos indica que aquí rodó Garci alguna secuencia de su película "You`re the one".Hay una ruta que se llama Llanes de Cine que indica distintos lugares y localidades donde se han rodado escenas de películas.
Como dije al principio, son numerosos los ejemplares de tejos que hay en el pueblo, al lado de la iglesia y del cementerio, algunos severamente podados, otros aislados en los prados, otros se adivinan sus siluetas en la distancia, en las laderas de las montañas.
Como dije al principio, son numerosos los ejemplares de tejos que hay en el pueblo, al lado de la iglesia y del cementerio, algunos severamente podados, otros aislados en los prados, otros se adivinan sus siluetas en la distancia, en las laderas de las montañas.
Volviendo al río, para llegar hasta su nacimiento hay que hacerlo dejando el coche al lado de un cartel bastante rustico, al lado de una estabulación de ganado donde se ven confluir dos pequeños ríos. Ya dije en la anterior entrada que Asturias es para investigar y descubrir los sorprendentes lugares que esconde, donde se vea un caminin o un sendero hay que aventurarse.
Dejamos el coche y comenzamos a andar, apenas un km y cruzando un puente hay un edificio con un el cartel donde se anuncian distintas actividades deportivas y de turismo rural.
El río que antes iba a nuestra izquierda, al pasar el puente queda a la derecha y por la izquierda desemboca en él un torrente de agua cuyo origen desconozco que baja canalizado desde la montaña y lo hace bastante fuerza y mucho ruido.
Más adelante solo el rumor de las aguas verdes del río, pajaros que pasan volando a ras del suelo llevando lombrices colgando de sus picos, trabajan sin descanso para llevar alimento a sus nidos en esta tarde primaveral.
El río que antes iba a nuestra izquierda, al pasar el puente queda a la derecha y por la izquierda desemboca en él un torrente de agua cuyo origen desconozco que baja canalizado desde la montaña y lo hace bastante fuerza y mucho ruido.
Más adelante solo el rumor de las aguas verdes del río, pajaros que pasan volando a ras del suelo llevando lombrices colgando de sus picos, trabajan sin descanso para llevar alimento a sus nidos en esta tarde primaveral.
No es que haga calor pero se agradece la frescura que dan la sombra de los árboles.
Despacio, sin prisas y disfrutando del entorno hemos llegado al nacimiento, brotan las aguas debajo de las piedras cubiertas por el musgo y comienzan a correr mansamente por el cauce.
Apenas han recorrido unos metros y una presa las retiene para desviarlas hasta una piscifactoría abandonada que nos deja una mala sensación, pues afea bastante el paraje tan bonito que tenemos a nuestro alrededor.
Despacio, sin prisas y disfrutando del entorno hemos llegado al nacimiento, brotan las aguas debajo de las piedras cubiertas por el musgo y comienzan a correr mansamente por el cauce.
Apenas han recorrido unos metros y una presa las retiene para desviarlas hasta una piscifactoría abandonada que nos deja una mala sensación, pues afea bastante el paraje tan bonito que tenemos a nuestro alrededor.
Una vez liberadas emprenden el camino hasta el cercano mar, abandonando las laderas de la Sierra del Cuera, ocultándose entre la abundante vegetación.
Sus aguas riegan avellanos,castaños, fresnos, acacias en flor, alisos, helechos...
Es el Purón un río muy apreciado por sus truchas.
Casi al final el cauce se encajona....
....cambia la vegetación y se rodea de encinas y de flores del tojo....
....antes de entregarse mansamente a las aguas del mar Cantábrico.