Reviviré el instante y guardaré siempre en mi memoria,
este cesto de Lebanza.
Lleno está de agua de manantial, de niebla en las montañas
y de rocío de la mañana.
De serbales y escaramujos, de choperas amarillas,
y de hojas voladeras.
De musgo sobre las piedras, de mermelada de ciruelas,
y de compota de manzanas.
De apretones de manos, de besos con reproches
y de brasas en la lumbre.
Nostalgia sin tristeza de Lebanza.