¡Ese cuento es mentira!
No es mentira, Myriam sabe seguro que es verdad.
¿Y cómo lo sabe?
A ver, Martín, ¿cómo se dice luna en vascuence?
¿Luna en vascuence?
Si, luna.
Ilargi.
¿ Y sabes qué quiere decir ilargi?
Pues luna.
¡No, hombre,no!, te pregunto qué quiere decir la palabra ilargi.
¡Pues luna, quiere decir luna,tonta!
¡Tonto lo serás tú, que no te enteras de nada! Myriam me dijo que ilargi son dos palabras juntas, hil y argi, y esas palabras significan "luz de los muertos". ¿Lo entiendes? Los que se mueren viven en la luna, ella los protege.
¡Eso es mentira, sois unas brujas!
Basada en hechos reales, La lengua de los secretos narra la Guerra Civil desde un punto de vista muy original: el de Martintxo, un niño de diez años que nos ofrece una fantasía entre rural y mágica. Martín Abrisqueta nació en un queso: su Arrigorriaga natal estaba perforada por las minas que llevaron a tanta gente a trabajar a una tierra donde sus habitantes aun cuidaban vacas y hablaban la lengua de los secretos. Siendo aun niño, verá como también la guerra perfora su pueblo con las bombas de los pilotos alemanes. Pero el, que no tiene miedo y no corre a esconderse en el refugio, llega a conocer a uno desde el aire. Hasta que, separados de sus padres, debe ponerse al frente de sus tres hermanos y huir de la devastación; primero a Santander, con un hambre tremenda, mezclados con los refugiados que llegan de toda España huyendo de los rebeldes. Los cuatro hermanos deben embarcarse en Asturias rumbo a un pueblito de los Alpes franceses, ya como niños de la guerra.
La luna nueva desde mi ventana, sale entre brotes de fresno nuevos, mientras leo esta, triste, pero a la vez mágica historia, que cala muy profundo.