Hay días que sin saber por que se le tuercen a uno cuando menos se lo espera. Hoy tenía yo un día normal pero todo ha sido llegar a casa y al quererme poner al día con los blogosfera y mirar unas fotos en los archivos me he trastornado.
¿ Acaso no parece que el Monte Buciero mira asustado a esos bloques, toneladas y toneladas de hormigón que avanzan desde Laredo y parece que quieren invadir Santoña cercando y estrechando el paso a su bahía?.
En otras comunidades tienen aeropuertos sin aviones, estaciones del AVE donde no paran los trenes pero en Cantabria tenemos un
puerto en Laredo con las siguientes características:
-Presupuesto inicial, 29.140.000 Euros.
-Capacidad,1095 embarcaciones de lujo y recreo.
- 240 plazas de aparcamiento y zona portuaria.
- 113.000 metros cuadrados de zona deportiva.
- 79.000 metros de zona pesquera.
Se advirtió con tiempo de los inconvenientes que una obra de esta envergadura podía acarrear, a saber:
-Afectación a la playa de la Salvé como elemento geomorfológico.
-Alteración de la calidad de las aguas
del puerto y de la playa de la Salvé.
-Afectación a las comunidades planctónicas y bentónicas
del submareal.
- Afectación a la avifauna nidificante
del acantilado.
-Afectación al paisaje: intrusión visual de la línea de costa y cambio de la calidad estética. No se plantean medidas correctoras en este sentido.
- Molestias por el incremento de tráfico.
- Relación puerto-ciudad.
- Contaminación acústica
Nada de esto se tuvo en cuenta. ¿Y que es lo que tenemos en la realidad?
Pues un espigón que eso si hay que reconocer da gusto pasear, y un desfase presupuestario pues el puerto que fue inaugurado a bombo y platillo en el mes de Mayo en plena campaña electoral tuvo coste final de 77,2 millones de Euros que ahora no se sabe como se van a pagar, y tampoco se sabe de donde vendrán los barcos a este puerto a atracar.
Los cormoranes en el acantilado tampoco son conscientes del peligro que se cierne sobre ellos si se les ocurre volar hasta la vecina Asturias.
Aquí cuentan muy bien lo que les puede pasar.
Y aquí los resultados de los que nadie, ni técnicos, ni ingenieros, ni políticos quieren ahora hacerse responsables, despreciaron informes de impacto medioambiental, se burlaron de los grupos ecologistas y no quisieron escuchar a los más ancianos del lugar.
Si se achucha al mar las arenas a algún sitio han de ir a parar, y como están en su derecho del paseo marítimo se han vuelto a adueñar.