Dice Miguel Ángel garcía Guinea en su libro, Románico en Cantabria: "Estos campos, montes y valles de la región cántabra fueron, desde la más remota antigüedad, escenario de una historia humana interpretada por innumerables generaciones que nacieron y murieron al amparo de una geografía prácticamente inalterable e inalterada.".
A través de los siglos y desde las pinturas rupestres estas generaciones han dejado un rico patrimonio entre los siglos XI y XIII de numerosos edificios, iglesias y colegiatas, algunas tan desconocidas y singulares como la enclavada en Cervatos, un pueblo pequeño en pleno Campoo, muy cerca de Reinosa.
El vago recuerdo que tenía de esta Colegiata de Cervatos se remonta a una de aquellas excursiones que se hacían desde las escuelas para enseñarnos la fabrica de galletas de Cuetara, lo eterno que se hacía subir por aquella estrecha carretera y las temibles y accidentadas hoces con la pared de roca a un lado de la carretera y al otro la sensación de vértigo que daba ver correr un río en lo más profundo del barranco.
La construcción de la moderna Autovía que une Cantabria con la meseta castellana ha dejado solitarios muchos de estos pueblos y desde la autovía solo se ve fugazmente el campanario de la Colegiata, tan fugaz como fue la visita en aquellos años de represión y censura cuando unos toldos sujetados malamente al tejado ocultaban (por nuestro bien) unas escenas con temas explícitamente sexuales, (eso lo sabíamos de oídas).
No conseguían evitar las galletas que nos deban en la fabrica, que la vuelta a casa en el autobús estuviera envuelta en cuchicheos, a escondidas del maestro, dejando volar nuestra perturbada imaginación, tratando de adivinar lo que se escondía bajo aquellos maltrechos toldos.
Después de muchos años he vuelto a Cervatos para admirar una de las mejores muestras y mejor conservadas de lo que se conoce como Románico Erótico en Cantabria.
En uno de los ventanales podemos ver a este atormentado hombre que se tapa los ojos y los oídos, (aunque tenga bien desarrollado otro de los "sentidos") viendo enfrente a la que se conoce como "mujer impúdica"...
....que se le insinúa tan generosamente y le invita a que salte el capitel.
Sirvan estas dos imagenes como ejemplo de otras muchas y más variadas escenas de copulas, zoofilia, partos, y todo un variado muestrario de posturas que hace años provocaban sonrojo.
La visita a Cervatos merece la pena hacerla sin prisa y detenerse en cada detalle, en cada figura, en cada filigrana de su portico.....
...y en los numerosos y bellos canecillos con saltimbanquis, musicos tocando el arpa, monstruos que engullen figuras humanas, serpientes mordiendo los pechos de una mujer, aguilas, leones y motivos florales.
Eso si, os garantizo un buen dolor de cuello y más si como yo padeceis de las cervicales.