El verano terminó y el otoño ha sido muy cálido, aún verdean los tamarindos en los jardines de Piquío.
Cuando llegue el frío más de una vez se cubrirán de granizo las finas arenas de la playa del Sardinero y la Península de la Magdalena.
La mar serena deja fondear a los barcos sin tener que entrar a protegerse en el puerto.
Cae la tarde lentamente, y lentamente baja la marea dejando al descubierto la arena.
Los estorninos buscan refugio en las palmeras.
Y los macizos están de flores como si fuera primavera.
Se encienden las luces como en verano cuando hay verbenas.
Y el faro de la Isla de Mouro centellea.
"Santander, eres novia del mar
Que se inclina a tus pies
Y sus besos te da.
Santander,las estrellas se van.
Santander,las estrellas se van.
Pero vuelven después
En tu cielo a brillar.
Yo también, dejaré tu bahía.
Y un recuerdo en mi vida.
Que jamás borraré.
Santander, al marchar te diré.
Guarda mi corazón, que por el volveré."
"JORGE SEPÚLVEDA".