He titulado así esta entrada porque hace unos días revolviendo en mi caja de galletas aparecieron estas fotos de la "mili" y de repente me vinieron a la cabeza montones de recuerdos de una etapa de mi vida que como las fotos era una transición entre el blanco y negro y el color.
Esa etapa fue entre los años de 1976-77 y estábamos a punto de ver la luz al final de un túnel oscuro y era grande la esperanza que muchos habíamos depositado a la salida del mismo.
Veo en la foto del viejo cuartel asomar la cresta del Peñón de Gibraltar y me doy cuenta de que la memoria parece que ha apartado en un rincón los malos momentos y solo afloran en mi los buenos recuerdos, los buenos ratos pasados con los amigos, y el cariño que le tengo a una tierra a unos pueblos y a unas gentes que hasta entonces habían sido para mi distantes y desconocidos, Córdoba, La Linea, Algeciras, San Roque.....ANDALUCIA.
¡¡Como pesaba este condenado mortero del calibre 81 y la placa base que tantas veces en marchas y maniobras tuve que llevar colgado en mi espalda!!
Menos mal que se aliviaban bastante los dolores descansando en los colchones que se ven en la foto.
Al verme con ese mortero pensareis que era un fiera yo disparando tan mortífera arma. Nada más lejos de la realidad. Recuerdo un día de practicas en que los "mandos" dieron mal las instrucciones y el proyectil salio vertical hacia el cielo y tuvimos que poner todos pies en polvorosa con el sargento en cabeza para que no nos estallara encima.
Aquí estoy en Cerro Muriano un día que fuimos a hacer practicas de tiro con el CETME. ¡¡Que calor!! Más de cuarenta grados en plena sierra cordobesa. Me parto de la risa viendome al lado de mi buen amigo Guillermo al que no he vuelto a ver desde entonces. Siempre nos tocaba juntos durante la practica de tiro.Nunca conseguí meter una bala dentro de la diana, salíamos a hacer el recuento de la puntuación y.... jajaja, el sargento tenia que marcar en mi diana los impactos perforando con el bolígrafo lo que yo no había perforado con las balas.
Al siguiente ejercicio le decía a Guillermo al oído:"procura meter alguna bala en la diana de este porque el no da ni una". Así y todo me dieron apto, y es que ya se sabe y más en aquellos años, en la guerra el que no vale para matar vale para que le maten. Vaya joya que se perdió conmigo el ejercito.
Periodo de instrucción en Cerro Muriano a la sombra de los "chaparros". Vaya ejercito de cobayas, eso eramos, cobayas. Cuando llegamos allí lo primero que nos dijeron era que nos olvidáramos de nuestro nombre, que allí solo eramos un numero, a mi me dieron el 24 de la décima compañía.
Dije lo de cobayas por la cantidad de vacunas que nos pusieron durante ese periodo, y aun hoy me pregunto ¿que nos meterían?. Hubo varios casos de fallecimientos, dijeron que de meningitis pero no se podía hablar de ello, eran secretos de estado y en esos años la libertad de prensa y de expresión no se podían ni mencionar. Conocimos los primeros objetores de conciencia y algo extraordinariamente chocante, un transexual, al que no consiguieron hacer poner el uniforme, que desfilaba en vaqueros ajustados y con los labios pintados Duró muy poco, un día por la mañana fue llamado por la megafonía y no volvimos a saber de "él."
Y como prefiero contar cosas agradables, aquí me tenéis de cuartelero, con esa reliquia de vehículo del que yo era el conductor, unas veces llevaba el mortero que os enseñé antes, otras era el encargado de llevar los bocadillos y la bebida cuando se salía de maniobras o se subía a Sierra Carbonera para hacer practicas de tiro, o me encargaba de recoger a los "heridos" en las marchas nocturnas que se hacían por los descampados de La Linea de la Concepción.
Poco antes de licenciarme estrenamos coches nuevos. Fuimos a Córdoba al Cuartel de Lepanto a buscarlos y no se me olvida que salimos en grupos de veinticinco. Yo encabezaba uno de los grupos, cuando salí del cuartel a las seis de la mañana era noche cerrada, no vi la cola del convoy que había salido anterior, y ahí me tenéis a mi, perdido por las solitarias calles de Córdoba con todo el resto de la expedición detrás. Todavía no se como salí de allí, cuando encontré el puente sobre el río Guadalquivir y al final al resto de vehículos esperando vi a Dios y al demonio, porque la bronca que me hechó el capitán, como imaginareis,fue de órdago, menos mal que cuando llegamos a La Linea ya se le había pasado el cabreo y me levantó el arresto.
No quiero ponerme pesado y parecerme al abuelo cebolleta contando batallitas, pero no me puedo resirtir y dejar de contaros uno de los ejercicios de gimnasia a los que nos sometía un teniente muy chiflado que teníamos en La Linea y al que apodábamos el teniente "piragua".
Este loco (estaba muy mal de verdad) se inventaba unos ejercicios que entonces me parecían humillantes y hoy cada vez que lo cuento provoca risas. Recordar que en aquellos años solo había dos canales de television, la primera y la segunda, más conocida por UHF. Pues bien, ese es el nombre que le dio a uno de sus ejercicios y que consistía durante la hora de gimnasia en que toda la compañía se tumbara en pantalón corto de espaldas en el patio del cuartel, entonces nos hacia levantar una pierna y sacar un huevo del pantalón mientras el se paseaba entre las filas haciendo mofa y escarnio, provocando el cachondeo general del resto del cuartel. Este era el ejercicio del UHF (un huevo fuera). Todo era muy instructivo y edificante, de este mismo teniente aprendimos grandes cosas, era muy escrupuloso en cuestiones de higiene pues aunque no hubiera agua para ducharse no dejaba salir del cuartel sin que nos perfumaramos, pues según el era más importante "oler a puta que a puta mierda".
Otro día si os gusta cuento más.
Jajaja, me ha encantado esta historia por el paso del tiempo, yo quiero mas!!
ResponderEliminarUn abrazo Tejón
Así que en una caja de galletas. ¿De las metálicas de fontaneda de toda la vida? Jo, Tejón, eres un clásico.
ResponderEliminarDe la mili no te digo nada, que a los hombres cuando se os saca el tema....;)
Besucos.
Mira mecachis en la mar, yo no puedo explicar esas maravillosas experiencias, con lo constructivo e instructivo que era eso de hacer la mili, ja,ja. No te envidio. Andalucia, verano, marchas militares... aunque parece que fuiste un enchufado, !conductor¡ Ja, ja. Cuenta, cuenta más.
ResponderEliminarInteresante,pero ese teniente no seria de la otra acera....,digo por tanto huevo suelto y perfume.
ResponderEliminarYo no hice la mili,y aunque soy un apasionada de los temas militares,la verdad es que no me perdi nada.Tambien es verdad que en mi familia a no ser mi padre que hizo 3 meses pues trabajaba en la mina y a los mineros les hacian 3 meses de intruccion en el Ferral y el resto a currar,ni mi hermano ni yo ni mi hijo la hicimos.
un abrazo Tejon y sige deleitandonos con historietas como esa
¡Que entrada mas bonita!, los que hemos pasado esa etapa de ne nuestra vida te comprendemos perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú mismo lo has dicho, Tejón: los momentos malos se borran de la memoria y solo te quedas con las risas. Dicen que los hombres nos disparamos hablando de la mili ¡pero condensamos 12,14,18 meses en media hora! El resto era aburrimiento o mala leche.
ResponderEliminarSaludos.
Tejón me ha encantado tu historia de mili, hoy día parece que esas cosas nunca ocurrieron, nos acabamos olvidando de todo.
ResponderEliminartu afición, espera con ansias la segunda parte. un abrazo
La Historia personal suele ser la más interesante y la más cierta jamás contada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos de la quinta aunque yo seguro fuí un remplazo antes (abril del 76). Lo que más recuerdo de la época es la sensación de inseguridad e indefensión, así como el deseo enorme de que si algún día tuviese hijos no tuviesen que ir a la mili.
ResponderEliminarLa mili un mal recuerdo y si hay alguno bueno queda muy diluido. Siempre me he resistido a ser un número y a estar uniformado. Ni creía antes ni durante ni hoy auqllo de que la mili te hace un hombre.
Fotos para el recuerdo, y una buena explicación por tu paso en "Todo por la Patria".
ResponderEliminar¡¡Como han cambiado las cosas!!
Un abrazo Tejón.
Muy bonita la historia y muy bonitas las fotos, que sin duda son un fiel reflejo del paso del tiempo.
ResponderEliminarUn saludo.
Que bien cuentas las vivencias, a mí, me encanta encontrarme con abuelos cebolleta,je,je.... y que me hablen de nuestra historia olvidada. ya sabes espero la siguiente entrega.
ResponderEliminarbesucos
En este 'blog sobre Cantabria' ya no sabemos qué se va a publicar al día siguiente, jajaja.
ResponderEliminar¿Cuánto podía pesar la placa base del mortero de 81 mm? ¿30 kg? ¿35? ¿40? Recuerdo una ocasión en que subimos una ladera empinadísima y me tocó la placa de marras, mientras marcaba el ritmo un teniente que, como el tuyo, también estaba loco, y además estaba muy en forma porque corría maratones. Era injusto porque los demás sólo llevaban el fusil y la mochila, como el teniente, que subía a toda pastilla. Así que nos quedamos los últimos el de la radio (que también pesaba lo suyo) y yo, a pesar de que casi echo el corazón por la boca para no quedarme atrás. También recuerdo que al que le tocaba subir el tubo del mortero tampoco le daba la risa.
Los que no te conocemos en persona, ya sabemos la edad aproximada que tienes, jiji.
Yo también espero esa segunda parte. Las camas que teníais en el barracón, cojonudas pa el dolor de espalda...
amenazo con volver.Hola a todos. Una vez más me habeis desbordado con vuestros comentarios en este para mi sencillo blog.
ResponderEliminarArena, me alegro siempre que consigo arrancarte una sonrisa.
Anjanuca, lo clasico siempre vuelve, otra vez se pueden comprar las Fontaneda y el Colacao en latas, y lo bien que se conservan en ellas las fotos ¿que?.
Fermin,mis experiencias no tienen nada que envidiar a las que tu nos cuentas, y de enchufado nada, en aquellos años los del norte estabamos muy bien considerados como conductores.
José Manuel, el coronel era todo un hombre hecho y derecho, y se acercaba todos los años hasta tu tierra para hacer el descenso del Sella, de ahí su apodo.
Logio me alegro que te haya gustado tanto mi entrada,tu
cumpleaños tambien ha sido un exito ¿eh?.
Xibeliuss, tambien hubo malos momentos, seguro que más que buenos, afortunadamente tenemos esa capacidad de arrinconar los malos y seguir adelante.
Muchacha, es verdad, parece que esas cosas nunca pasaron pero si, y de vez en cuando conviene decordarlo.
Y la más fidedigna y menos manipulada Senovilla.
Salamina bienvenido. Mi remplazo fue julio del 76, y partí para Cerro Muriano el dia de San Fermín justo un año despues de haber vivido ese mismo día el año anterior en Pamplona, ya ves la diferencia.
María Luisa, a pesar del calor que buenos recuerdos tengo de los patios cordobeses y de la mezquita, del cuartel de Lepanto no tantos.
Millaró, las fotos siguen conservando la misma frescura pero los años han pasado.
Anasu, paisanuca, mientras no vengan los nietos a alguno tendré que contar mis batallitas así que como la petición de que continue ha sido mayoría,amenazo con volver.
Un abrazo a todos.
Justo acabo de dar contestación y me llega el comentario desde el Alto Sil.
ResponderEliminarSiento haberte descolocado pero es que este bloc yo creo que cada día que pasa es un poco más anarquico,se me ha ido de las manos.
¿que te voy a contar que no sepas de la placa base, solo con nombrarla todavía me da dolor de espalda pues apesar de lo que piensa Fermín con la placa base o el tubo siempre cargaba el conductor.
Mis años tambien empiezan a pesar pero todavía se pueden confesar, son 54,y espero seguir descoocandote algunos más jajaja
Un abrazo.
Pues nos hemos acercado aqui desde el blog de Logio y nos ha encantado como has contado tus anécdotas de la mili y ese especial sentido del humor que has puesto en tu texto.
ResponderEliminarNos leemos, porque volveremos a acercarnos a tu espacio.
Un cordial saludo.
Bienvenidos y encantado con la visita,podeis hacerlo siempre que querais.
ResponderEliminarUn saludo.
A mi me encantan que me cuenten "batallitas" (como las llamas tú).Y lo que cuentas me parece interesantísimo.
ResponderEliminarY...vaya tela que habéis tenido los hombres con esto de la Mili...
un saludo
Ya ves tu Diana, tanta importancia que le dabamos a la mili y ahora el ejercito profesional está lleno de mujeres.
ResponderEliminarUn saludo
Todas estas historias forman parte de nuestra vida y las anécdotas y personas que has conocido son para no olvidar. Lo del huevo fuera es para troncharse de risa!!!!!!
ResponderEliminarA mi me tocó hacerla en Viella, en la compañía de esquiadores y te contaría mil historias, y el descubrir la gran belleza del Valle de Arán.
Un abrazo y sigue deleitándonos con estos recuerdos.
Me han impactado las fotos y cómo nos cuentas esos recuerdos, tienen su punto de humor y su parte penosa... si yo hubiese tenido que hacer la "mili" me habría dado algo, me parece espantoso cumplir órdenes absurdas, esa uniformidad y la consagración de la "testosterona" que se hacía en aquel ambiente cuartelario. Lo bueno supongo que era la camaradería que surgía ante esas situaciones
ResponderEliminarCiertamente José Antonio son hstorias para no olvidar, lo que pasa que cuando nos ponemos a contarlas corremos el riesgo de que nos llamen pesaos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Isabel, me imagino que tu en la mili habrías acabado más de una vez en el calabozo jajaja
Un abrazo.
Joder, Tejón, con el mortero en la mano te pareces a Angus Young el guitarrista de ACDC, pero conpantalón corto. Vaya un arte que tienes.
ResponderEliminarpantalón largo, quise decir
ResponderEliminarGracias por indicarme la dirección de este relato. Me he destornillado de risa sobre todo con los ejercicios del teniente chiflado. A mi marido se lo leí en voz alta y le hizo mucha gracia. Lo tuyo no es para quedarse en escribir un blog, es para además escribir un libro.
ResponderEliminarEn cuanto que la memoria borre los malos momentos es muy bueno para la salud mental. Hay que quedarse con los momentos buenos y celebro que recuerdes Andalucía por la parte positiva que te tocó vivir.
Es hora ya que te des una vuelta por aquí que seguramente la verás cambiada desde los tiempos que estuvistes por aquí, aunque con motivo de la crisis se está aatravesando una etapa mala.
Un abrazo
http://ventanadefoto.blogspot.com/
VENTANA DE FOTO, me ha dejado tu dirección en un comentario de mi blog.
ResponderEliminarDice que somos algo similares contando historias.
Ya he contado de mi "Mili".
Hay varias diferencias. Yo la hice en Aviación.
Y la principal es que tu fuiste en 1.97.. y yo fui en 1.950 unos 25 años antes y creo, que antes que tu nacieras.
Yo los tiros, lo hacíamos en el mismo Cuarte. Había un tubo metálico, de un metro de diametro y unos 10 metros. Al final ponían el cartón con la diana.
Los cinco tiros del "peine" daban en el blanco. pero de costado,, de rebote. Digo yo, que le hacían más daño al enemigo, ¿no?
Y te dejaba sordo durante una o dos semanas.
Buno , no voy a contar batallitas en tu blog. el que quiera leerme que vaya al mio.
HISPALIS ISBILIA NUESTRA SEVILLA
cHAO, TE SEGUIRÉ LEYENDO Y ME CONTARÁS ENTRE TUS SEGUIDORE.
Excelente entrada, Jesús. Me ha gustado mucho. Tienes razón, todas las milis se parecen. Un cordial saludo.
ResponderEliminar