"Este Balalcàzar era hombre de poca fe pero muy entretenido.Por las tardes nos deleitaba con relatos de sus viajes y de lo que verìamos en el Nuevo Mundo." Nada de cìclopes ni gigantes,ni hombres con cuatro brazos y cabeza de perro,pero encontrarèis con seguridad seres primitivos y malvados,especialmente entre los castellanos", se burlaba.Nos asegurò que los habitantes del Nuevo Mundo no eran todos salvajes; aztecas, mayas e incas eran mas refinados que nosotros, al menos se bañaban y no andaban cubiertos de piojos.
-Codicia, solo codicia-agregò-.El dia que los españoles pisamos el Nuevo Mundo, fue el fin de esas culturas.Al comienzo nos recibieron bien. Su curiosidad superò a la prudencia.Como vieron que a los extraños barbudos salidos del mar les gustaba el oro,ese metal blando e inùtil que a ellos les sobraba,se lo regalaron a manos llenas.Sin embargo,pronto nuestro insaciable apetito y brutal orgullo les resultaron ofensivos.¡Y como no!.Nuestros soldados abusan de sus mujeres,entran en sus casas y toman sin permiso lo que se les antoja, y al primero que osa ponerse por delante lo despachan de un sablazo. Proclaman que esa tierra, a donde recien han llegado,pertenece a un soberano que vive al otro lado del mar y pretenden que los nativos adoren unos palos cruzados.
¡Que no os oigan hablar asì,señor Balalcàzar!.Os acusaran de traidor al emperador y de hereje - le advertì.
-No digo sino la verdad. Comprobareis,señora, que los conquistadores carecen de verguenza: llegan como mendigos, se comportan como ladrones y se creen señores.
Pagina 62 del libro Ines del alma mia.
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