Hace ya más de mil años y todavía sigue siendo un misterio el origen del pueblo pasiego que vino a poblar estos valles y estas montañas, y a pesar de que teorías no faltan el secreto sigue bien guardado.
Las primeras menciones escritas donde se nombra a los pasiegos se recogen en un documento del sigloXI donde el Conde D. Sancho y su esposa Doña Urraca decretaba que: "Todos cuantos vivieran bajo la dependencia de la Abadía de Salvador de Oña y poblasen el extenso territorio, que incluía los Valles de Pas, tendrían la potestad de aprovechar con sus ganados los pastos y los seles (lugares donde se recogen las gallinas), sin obligación de pagar montazgo (impuesto que gravaba el transito de las reses por el monte).
Desde entonces los pasiegos han formado un pueblo muy diferenciado del resto de los que pueblan la cornisa cantábrica basando su economía en la ganadería, adaptandose a todo tipo de dificultades del terreno y soportando una climatología muchas veces adversa.
El uso de unas formas de producción que les son propias, el manejo y la cría del ganado, los medios de transporte y un buen numero de singularidades, forman parte de los peculiares rasgos culturales y etnográficos de los pasiegos.
La orografía ha modulado la personalidad de los pasiegos y su adaptación al territorio sin duda ha de ser tan dura como la del tejo que crece lenta y pacientemente arraigando sus raíces en la piedra.
Solo los pasiegos son capaces de humanizar este entorno hostil utilizando como nadie los recursos naturales, la piedra, la madera, el agua y ni el tiempo ni los avances de la vida moderna parecen alterar los valores y la cultura de un pueblo y unas gentes, de marcado carácter individual y reservado, que se han convertido en verdaderos arquitectos del paisaje.
Cerca de 10.000 edificaciones de este tipo con sus cercas de piedra, se dispersan desde lo más profundo del valle hasta las más altas praderas.
La ermita de Nuestra Señora de las Nieves fue testigo hace unas semanas de todo lo que más arriba cuento y de unas horas de animada charla con Joaquín y "Tinina".
Aunque mirando un poco hacía la verde ladera la vida no se detiene, Joaquín y Tinina cesan en sus labores cuando nos ven llegar.
Ella que está cargando verde recién segado en el cuevano se acerca hasta el muro de piedra y en el corto trayecto, en un gesto de coquetería, se desprende del gorro de lana que lleva cubriendo su corto pelo.
Joaquín nos está señalando una cabaña con el techo caído que se ve diminuta en lo alto de la montaña, donde nació hace ya 86 años.
Apoyado en una larga y brillante vara de avellano se queja de un dolor que le ha entrado hace unos días en las piernas:
- Los hijos me han dicho que baje al médico a Selaya, pero no, que ya se yo lo que pasa, que de Selaya me van a mandar a Santander y a Santander si que no bajo yo, esto mio va a ser de los fríos y de las nevadas que este año han caído como hace años no recordaba.
- ¿No le gusta la nieve?
-No hijo,no, me pongo todavía nervioso cuando nieva y me entra un desasosiego cuando veo nevar que ni dormir puedo, me viene a la memoria cuando tenía ocho años y veía pasar muertos de frío a los huidos de la guerra por aquellas montañas.
El mico de Tinina es testigo de la conversación:
-A mi si que me duele la espalda de llevar el cuevano por las cuestas.
-Esta si que ha tenído una vida dura, dice Joaquín, pero no le ha quedao más remedio que tirar "palante".
- Es que en la vida no hay más que dos caminos, o "palante" o "patrás". Es muy duro perder los hijos jóvenes pero "palante" hay que tirar.
Más de una hora hablando con ellos y no nos dejaban marchar, Joaquín nos cuenta de la "mili" en Navarra, que allí nada aprendió , el que sinvergüenza marchó sinvergüenza volvió.
-Antes de marchar me tenéis que dejar sacaros unas fotos.
-Que prisa os entró, ¿no tendréis que ir a ordeñar?, todavía no he recogido los huevos a las gallinas yo.
-Bueno, vale, saca las fotos pero con una condición, nos las tienes que traer.
Allí dejamos a Tinina cargando el verde con el cuevano y a Joaquín apoyado en el muro de piedra.
Dos semanas después volvimos con las fotos y quedamos invitados en agosto a la fiesta de Las Nieves.
Buenas fotos y buena crónica
ResponderEliminarAbrazo
Que buenas Fotos.
ResponderEliminarEse colorido, ese tono de verde, que solo por ese lugar se puede conseguir.
Y la de Blanco y Negro, ¡maravillosa!
Precioso el tema de las mismas.
Que Vida mas dura y mas sana.
Saludos, manolo
Hola Jesús, les fotos precioses, y el comentariu...aún más....Yo que nací en una aldeina, sé de que habla, no tanto por mí,si nó mis padres y sobre todo los abuelos, Mi padre perdió dos hermanos en un ataque de Difteria que acabó con la mitad de los niños, antes de que el medico pudiera llegar al pueblo, por culpa de la nieve. Esa que tan guapa nos parece (a mí el primero), pero que a la gente mayor le trae malos recuerdos.
ResponderEliminarMagníficas fotos y muy buen reportaje.
ResponderEliminar¡Qué gente más impresionante! Por su forma de ser, por su forma de vivir. ¡Qué bien has ilustrado los comentarios!
ResponderEliminarSalu2
Magníficas fotos para ilustrar esta emotiva historia de este matrimonio de pasiegos, apegados a su tierra, su ganado y sus costumbres, a pesar de la dureza del entorno. Esos son los héroes de la historia; personas anónimas que luchan por sobrevivir y sacar adelante a sus hijos, sin importarles lo duro que pueda ser.
ResponderEliminarPreciosa y emotiva entrada.
Saludos
Maravilloso. Paisanuco con tu permiso me lo llevo para el face, para que mis amigos argentinos conozcan tu blog, y vean cómo es la tierruca y nuestra gente.
ResponderEliminarBesucos.
Cuando me asomo por aquí y veo tus fotos y leo lo que nos cuentas, me acuerdo de aquellas tímidas entradas con fotos y leyendas en aquel blog de El Tejón que me inspiraban mucha ternura...
ResponderEliminarAhora tu blog es amplio, abierto y siempre lleno de belleza. He dicho
Besicos, amigo.
Cada dia mais bonito tudo por aqui... convidativo este passeio: que lugar encantador!
ResponderEliminarObrigada por estar...
Beijos.
Me ha fascinado durante un rato el tema pasiego que además está acompañado de unas fotos magníficas.
ResponderEliminarSaludos
Que preciosidad de reportaje Jesús, he leído fascinado lo que nos cuentas de los pasiegos. Precioso. Un enorme abrazo.
ResponderEliminarEs una bonita lección para los que desconocíamos la historia de los pasiegos.
ResponderEliminarComo es natural estamos acostumbrados a esos bonitos reportajes fotográficos.
Saludos.
P.D la nieve me gusta verla sólo
através de los cristales.
Me han encantado las fotografías, especialmente la del burro y la del perruco, y lo bien que describes el valle y la historia de esos pasiegos luchadores.
ResponderEliminarNo hay visita más completa que la que incluye conversación con la gente del lugar.
Saludos, Jesús.
Que post más precioso...y que chulo el platero lechero, las fotos una chulada y el texto...¡Tanto amor!...
ResponderEliminar"A Santander si que no bajo" :D
ResponderEliminarMe quito el sombrero ante el hermoso retrato que haces de los pasiegos y sus vivencias cotidianas. Y por supuesto, de la buena selección fotográfica con la que acompañas tus palabras, maestro.
· un abrazo
· LaMiradaAusente · & · CristalRasgado ·
Me ha encantado ver esas cántaras, recuerdo ver esa imagen por aquí también, mi madre compraba la leche directamente a una vaqueriza y la sacaban de una cántara así. Que recuerdos!!!
ResponderEliminarLa vida del campo que dura es... nosotros que de alguna forma solo vemos los paisajes idílicos olvidamos lo duro que es trabajar en el medio rural.
Me encantó esta entrada y tus fotos siempre tan personales y bonitas.
Besos :)
Que bonito y ameno reportaje Jesús tan real y natural como la vida misma, parece que estamos ahí entablando conversación con estos personajes pasiegos.
ResponderEliminarCuantos rincones e historias tiene Cantabria, eh Jesús?
Un abrazo.
Que vida tan dura la del campo...luchar contra las inclemencias del tiempo!...y trabajar duro!...eso es lo que distingue al pueblo español, eso es lo que tendrían que tener en cuenta en Europa....desgraciadamente el sello actual de nuestra tierra es el de la corrupción.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Precioso reportaje de unas gentes que han hecho de su duro entorno una forma de vida. Y es un orgullo que en Burgos compartamos un poquito paisaje y paisanaje.
ResponderEliminarSaludos,
Magníficas fotos que reflejan el ir y venir diario de tantas gentes y que bien explicas su cotidianidad.
ResponderEliminarComo me recuerdan a otras vidas similares.
Gracias por acercarnos la belleza y la sencillez que todavía queda.
un abrazo Tejón
Me sumo a los comentarios, destaca lo bien que narras y tus fotos me gustan mucho, ánimo Jesus y continua mostrándonos tu enfoque de tu entorno. Es muy ameno.
ResponderEliminarUn saludete
Pd- Solo te faltó decir que se parecen un poco a los catalanes,,, jjj o lo dejas para mi entrada,
Viendo la película "la vida que te espera", recuerdo que comenté a mi mujer, que la pelí mostraba los paisajes del valle, pero que podía haberse aprovechado más de las construcciónes, con esta entrada trataré de explicarle por qué.
ResponderEliminarAdmirando esos paisajes no me extraña que los sobaos estén tan buenos... A parte de la broma, aprecio la cultura del norte como la de gente exforzada, que no recibe nada sin el sudor de su frente, unida muy mucho a la naturaleza, respetuosa con ella porque es la madre de la que se mantiene.
ResponderEliminarUn saludo
Un relato y unas fotos preciosas tejón.
ResponderEliminarNos has contado la vida de Joaquín y Tinina dos pasiegos luchando día a día en un duro entorno por salir "palante" nunca "patrás"
Me quedo com la foto de Tinina con el cuevano.
Como pa quejarnos nosotros!!
Buen domingo.
Un beso.
Muy buena entrada, me ha encantado, y las fotos que decir, una maravilla.
ResponderEliminarUn besuco,
Diana
Uauuuuh!
ResponderEliminarJesús.... Bravo!
Bonita crónica y muy interesante conversación.
ResponderEliminarSaludos,
Me has dejado sin aliento!!!! he mirado las fotos y he leído el texto casi sin poder respirar... ENTRAÑABLE ENTRADA!!!! vida dura la de estas gentes, tan unidas a las montañas y sus condiciones. Todas las fotos son magníficas, pero la del cuévano es una verdadera joya. Recuerdos a esos valles que espero conocer mejor algún día y un gran abrazo para ti
ResponderEliminarQue bonito post, y yo que me le había perdido por falta de tiempo. Imperdonable. Un abrazo.
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