No es fácil de explicar y que todo el mundo entienda que es lo que me impulsa a ponerme retos como subir una montaña. Quizás se comprenda mejor habiendo nacido entre el mar y la montaña. Para llegar a Cantabria, vengas por donde vengas, has de cruzar montañas.
Y así, como la aguja de una brújula oscilando, tratando de marcar una dirección me siento yo. Entre el mar y la montaña, entre dos corrientes, como entre imanes ejerciendo sobre mi tal atracción que no se cual de los dos me tiene más atrapado.
¿Quien se queda impasible viendo la foto que encabeza esta entrada, y no siente la tentacion de poner los pies en su cima?.
Cuando llegas a la cumbre, nadie dice nada, pienso, medito, me siento libre viendo el vuelo majestuoso de los buitres, parece que vuelo con ellos, y me doy cuenta de que esta mañana cuando salí no conocía a nadie y ahora tengo nuevos amigos.
Solo una cosa me preocupa, no puedo llamar a casa para tranquilizar a Mila, porque aquí los moviles no tienen cobertura.
Sobre una tupida alfombra de sabinas y enebros rastreros damos los primeros pasos, más adelante la roca poco a poco va ganando terreno a la vegetacion.
Sobre una tupida alfombra de sabinas y enebros rastreros damos los primeros pasos, más adelante la roca poco a poco va ganando terreno a la vegetacion.
Hay abundancia de matas del aromático té de roca, y una flor muy vistosa que se llama Armelia.
¿Que le impulso a quien esto escribió a subir hasta aquí para dejar grabado en la piedra ese ansia de paz?
Los tremendos cambios de temperatura con inviernos gélidos, y el sol implacable que cae sobre estas rocas en verano, hacen que se ajen y seccionen como si con un cuchillo fueran cortadas.
La ruda cruz de hierro que hay en la cima, y varias placas que recuerdan a los que han perdido aquí la vida me hacen pensar, parece como si el Espigüete quisiera cobrar tributo.
La ruda cruz de hierro que hay en la cima, y varias placas que recuerdan a los que han perdido aquí la vida me hacen pensar, parece como si el Espigüete quisiera cobrar tributo.
¿Hemos vencido a un enemigo?.
A ninguno, excepto a nosotros mismos.
¿Hemos ganado un reino?.
No, hemos logrado una satisfacción completa.
Luchar y comprender, nunca el uno sin el otro.
(Mallory)
¿Que le impulso a quien esto escribió a subir hasta aquí para dejar grabado en la piedra ese ansia de paz?
Tal vez en otro lugar no lo pudiera expresar en aquellos años donde hasta las palabras, paz y libertad eran palabras malditas, prohibidas.
Llevamos con nosotros el mejor de los guias, Fernando, historiador y montañero que nos cuenta que estas tierras, hace 2.000 años ocupadas por los romanos, fueron escenario de cruentas batallas contra los irreductibles cántabros que se resistieron en sus montes y sus castros.
Llevamos con nosotros el mejor de los guias, Fernando, historiador y montañero que nos cuenta que estas tierras, hace 2.000 años ocupadas por los romanos, fueron escenario de cruentas batallas contra los irreductibles cántabros que se resistieron en sus montes y sus castros.
La foto que inicia esta entrada la sacó Fernando esta primavera y me la envió por correo electrónico.
Mira Tejon,entiendo todo lo que pones y lo comprendo.Pero yo tambien me crie a batalla entre el mar y la montaña y veo la primera foto y no me apetece nada subir.Porque tengo 49 años y se que no tengo las facultades de cuando tenia 30.Y como lo se no subo.No me vale la excusa de decir que otros mas viejos subieron.Pero tambien te digo que lo que yo opine o lo que opine la gente te tiene que importar tres cojones,tu haz lo que creas conveniente mientras estes a gusto contigo mismo.Si tu eres feliz arriesgando el pellejo por las montañas pues yo feliz y contento.Solo opino que las personas tiene que darse cuenta de sus limitaciones antes de empezar no cuando sea tarde.
ResponderEliminarAsi que no te enfades por decir lo que pienso.
Un abrazo y preciosas fotos
Sin lugar a dudas, una experiencia inolvidable Tejón. Por cierto, enhorabuena a Fernando, porque la foto que encabeza la entrada es absolutamente fantástica!!! Abrazos ;-)
ResponderEliminarTan solo en una ocasión subí un pico de cierta entidad, (2800), entiendo lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo, Tejon
te envidio, querido tejón...
ResponderEliminarsi, las cruces me llamaron la atención en la anterior salida, pensé que eran un hito.
muy bella tu experiencia, un abrazo estimado amigo
Muy bueno el artículo: un poco de flora, la vista nevada de la cima que da frescor, una pizca de la mejor fauna humana, el entrañable recuerdo a los que perdieron la vida. (A mí también me hace pensar cuando veo esas placas...)
ResponderEliminarYo te comprendo, soy un poco cabra y entre piedras y riscos me siento feliz. La pena es que soy miedosa y la tierra me agarra por los pies... (O será que no necesito hacer cumbre?)
Preciosa hazaña de superación y muy buen informe, de esos que llegan al corazón.
Un abrazo.
Los retos personales nos enriquesen y si ese es tu reto adelante amigo, tienes una tierra preciosa, digna de ser vivida, disfrutala.
ResponderEliminarBonitas fotos.
Un abrazo tejon.
Yo también te entiendo tejón, cuando crees en lo que estás haciendo esa fuerza interior te llebará a esa cima y a las que te propongas en la vida.
ResponderEliminarEsta segunda parte ha sido preciosa y veo que esto sigue...
Un abrazo
Yo no me considero montañero, pero sí siento esa atracción que Mallory explicó tan bien... y tú ahora
ResponderEliminarLas sensaciones en las cumbres -o incluso después de una marcha o una excursión con cierta dificultad- son... para sentirlas.
"Porque está allí" dijo Mallory del Everest. Y allí se quedó.
Un abrazo, tejón. Fabulosa entrada.
Las montañas siempre han ejercido una atracción sobre el ser humano.
ResponderEliminarDespués de ver la primera foto, es para SENTIR la llamada de la naturaleza. Es preciosa!!!!!
Los límites están en nuestra mente, si queremos, podemos.
Es cuestión de prepararse y disfrutar con el esfuerzo a realizar.
Un abrazo.
Si te entiendo que disfrutes subiendo venciendo todas las dificultades que entraña una ascensión como esas.
ResponderEliminarA mi me recuerda cuando estuve en un pueblecito que se llama Pesquera ,el cual tenia unas mínimas montañas,y las podías subir sin el mas mínimo riesgo ni equipación especial,pero cuando llegabas a la cima te sentías muy satisfecho de haberlo conseguido
Muchas gracias por los ánimos =)
ResponderEliminarEspero comentar más amenudo ahora que ya puedo.
Se ve, sin duda una aventura, si señor. Las fotos, preciosas como siempre. Muy apetecibles, jeje.
Besos.
Impresionante reportaje, Tejón, por las imágenes y por lo que cuentas... muchos nos ponemos retos, muchos intentamos la "ascensión" o la "travesía" en un sentido o el otro, aunque sea duro, aunque nos jugamos la vida o el corazón, porque sentimos la montaña, el mar o la vida...
ResponderEliminarUn abrazo
Envidio tu ilusión y tu fuerza. No creo que estas subidas sean especialmente peligrosas, pero sí hay que estar en buena forma. Y tú estas hecho un machote ( si fueses mujer "embreta"). Entiendo perfectamente la atracción por la montaña. Es elevarnos con los pies en la tierra. Es la aventura atávica de protegerse bajo su falda y subir para otear el horizonte; la manera de acceder a otros valles para quizá refugiarte bajo otras faldas en las que experimentar un jadeo similar al provocado por el ascenso a la cumbre, sintiendo al final la plácidad paz, relax y sosiego imbuidos por el orgullo de la conquista. La foto es superior.
ResponderEliminarEstá claro que conozco mis limitaciones y que no se me ocurriria subir en invierno José Manuel, pero pienso que puestos a mirarlo todo tampoco deberíamos montar en coche con la cantidad de accidentes y de victimas que hay en la carretera.
ResponderEliminarSolo quería hacer esta salvedad y por supuesto que no me enfada tu opinión, faltaria más, este es un espacio libre donde se puede opinar y discrepar.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y perdonadme que no me extienda, creo que con los calores andamos todos un poco vagos en la blogosfera.
Abrazos.
Hola Tejón,
ResponderEliminarEspectacular tanto el párrafo como la imagen es maravillosa, claro que dan ganas de ascender a esa cima, por supuesto, es preciosa.
En cuanto a los riesgos, en todos lados los hay, a la montaña hay que respetarla y sentirse parte de ella y ella misma te recompensa, con imágenes tan bellas como ésta.
Un saludo.
gracias Chalecú por la visita y el comentario. Ya estoy ilusionado con la proxima.
ResponderEliminarUn saludo
Impresionante foto.
ResponderEliminarLLendo con cabeza y estando bien fisicamente puedes ir practicamente a cualquier sitio pero yo dejaria los pantalones cortos para hacer colas de sirena en la playa,jajaja.
Un saludo.
La proxima mañana Fosi, al Curavacas. ¿ Te apuntas?.Y en pantalones cortos jajaja.
ResponderEliminar¿En martes?,¿es que aqui nadie piensa en levantar al pais?,jajaja,ya me gustaria pero me toca currar que ya se me acabaron las vacaciones.
ResponderEliminarBuena ruta y buenas fotos (eso seguro).
Un abrazo