Todo fue mágico, de repente las estrías de la concha marina se convirtieron en rayos de sol y se posaron
en el suelo.
Los charcos de la lluvia se convirtieron en espejos donde se miraban los árboles.
El viento susurraba y nos traía las notas musícales que se escapaban de una gaita lejana.
Como la hiedra que se enrosca en los robles, así me atrapó el camino.
Era liviano el peso de la mochila aún llevando en ella a todos mis ausentes.
Sin prisa por terminar, entré en la plaza despacio, como llegan las olas para besar el arena viniendo
desde lo más profundo del mar.
Nada como un viajecito a pie. A ver si recupero la movilidad en mi pie derecho y me pongo a la faena.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso, ponte en marcha y tráenos algún relato del camino, seguro que encontrarías muchos motivos para hacerlo.
EliminarUn saludo.
Que bonito, Jesús
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn bonito texto que nos mete en el corazón de aquellas personas que realizan un de los muchos "caminos" que nos llevan a la tumba del Apóstol.
ResponderEliminarSaludos.
Quedé animado para hacer otro de esos caminos.
EliminarSaludos.
Tu eres un caminante nato. Precioso texto con una foto magnífica
ResponderEliminarAbrazo
Gracias, Esmeralda.
EliminarUn abrazo.
También yo me alegro muchísimo que hayas disfrutado tanto del camino.. no concozco a nadie que no quede maravillado con la experiencia, pero es que caminar en medio de un pasiaje tan especial, compartir camino y.. silencio.. silencio sonoro , incluso esa luz que tan fantásticamente muestra tu preciosa fotografía y tus palabras ..
ResponderEliminarDe nuevo un placer TEJÓN.. que sigas disfrutando en tu recuedo siempre este camino, abrazo fuerte!
Ya estaba yo enamorado de tu tierra y volví más enamorado.
EliminarSi nos hubiéramos encontrado por esos caminos...
Un abrazo.
Como te entiendo amigo, aunque regreses tu mente está en esos días en el camino; las tres veces que llegué a Santiago me ocurrió lo mismo, uno se envuelve en esa magia y te cuesta, te cuesta... tanto que una de las veces al poco de llegar volví a Santiago y continué hasta Fisterra.
ResponderEliminarUn enorme abrazo Jesús.
El entendimiento es reciproco, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Yo no me atrevería a andar tanto. Yo he hecho el viaje en dos tramos, primero pasando la noche en Madrid y después coger un autobús que me desplazara por los bellos rincones de esta tierra.Ya se anda mucho por los recorridos de las ciudades que se va visitando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que de una forma u otra disfrutarías, Antonia.
EliminarUn abrazo.
Es una espina que tengo clavada, hacer el camino de Santiago. Mira que camino y espero seguir haciéndolo, pero para mí sería el mayor logro hacer el camino de Santiago. Un saludo.
ResponderEliminarHay que sacar esa espina, Segundo.
EliminarUn saludo.
bonito leerte
ResponderEliminarGracias.
Eliminar¡Ay, madre mía, que preciosidad!
ResponderEliminarCaminante, poeta, amante de las cosas simples y bellas.
Siempre es un placer infinito venir a visitarte.
Gracias, mil gracias.