Mañana ya la sangre no estará
Al caer la lluvia se la llevara
Acero y piel combinación tan cruel
Pero algo en nuestras mentes quedara
Un acto así terminara
Con una vida y nada mas
Nada se logra con violencia
Ni se lograra
Aquellos que han nacido en un mundo así
No olviden su fragilidad
Lloras tu y lloro yo
Y el cielo también, y el cielo también
Lloras tu y lloro yo
Que fragilidad, que fragilidad.
Al caer la lluvia se la llevara
Acero y piel combinación tan cruel
Pero algo en nuestras mentes quedara
Un acto así terminara
Con una vida y nada mas
Nada se logra con violencia
Ni se lograra
Aquellos que han nacido en un mundo así
No olviden su fragilidad
Lloras tu y lloro yo
Y el cielo también, y el cielo también
Lloras tu y lloro yo
Que fragilidad, que fragilidad.
Sting, escucharlo aquí.
.............Y AHORA ES LLORAS TU Y E RIE EL. CAMBIO LA VIDA. ES UNA PENA AHORA TOCA AGUANTAR. BSS
ResponderEliminarMuy buena entrada en estos tiempos que corren...
ResponderEliminarDonde tantos muros siguen habiendo y tanta sangre derramadas sobre ellos y tal como escribes al dia siguiente la sangre y el recuerdo ya no están.
Da para reflexionar mucho.
Besos :)
Una preciosa canción la de Sting, esa rama que muestras del acebo tan frágil. Buen post. Saludos.
ResponderEliminarLas personas siempre tenemos algo porque llorar ya que somos frágiles de sentimientos viendo unos en la opulencia están y otro careciendo de todo.
ResponderEliminarSaludos
La piel y el acero son malos compañeros, al final hacen sufrir a todos.
ResponderEliminarHay que desterrar la violencia en nuestras relaciones, sino seguiremos encontrándonos con noticias desoladoras.
Un saludo.
Y qué será del pobre acebo contra el terrible alambre de espino?. Está perdido.Un beso, Tejón
ResponderEliminarSí que somos frágiles y, en nuestra fragilidad, a veces nos volvemos violentos, sordos a la esencia humana que nos conecta con nuestros semejantes.
ResponderEliminar¡Es una canción preciosa! También me gusta y me ha gustado desde que la escuché por vez primera.
Tienes un blog espectacular, Tejón. Las fotografías quitan el hipo, qué hermosura.
Un abrazo fuerte y por aquí me quedo también, que me gusta esta lumbre. Como tú, no es que sea infiel, es que acudo cuando buenamente puedo. Otro abrazo.
Lograremos alguna vez derretir al acero?... no consistiría en destruirlo sino en transformarlo frágil como el acebo para así sentir sobre su piel lo que se siente cuando se es frágil.
ResponderEliminarUn abrazo.
http://ventanadefoto.blogspot.com
Si pudieramos cambiar las cosas, eliminariamos la violencia que genera esas lagrimas del cielo que se vierten al ver lo fragil del ser humano....
ResponderEliminarBellisima cancion y foto excelente.
Un abrazo.
¿Son de acebo esas preciosas hojas de verde brillante en forma picuda?
ResponderEliminarQue foto más original las hojas enredadas entre el alambre, haciendo una cadeneta casi perfecta entre lo vegetal y lo metálico....
Besicos fresquitos pero con sol desde el sureste...
Las defensas naturales del acebo se sienten avasalladas por la implacable mano del hombre. Aunque nosotros mismos nos clavamos lanzas de muerte sin ni siquiera ser conscientes de ello.
ResponderEliminarUn saludo Tejón.
· Una fragilidad defendida con espinas. Una alambrada espinosa. La fragilidad debe aprender a defenderse.
· un abrazo
CR & LMA
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Aguantaremos,chus.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Nieves, aún seguimos construyendo muros y poniendo alambradas.
ResponderEliminarUn abrazo.
El acebo parece que quiere desafiar al acero,Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos frágiles y nos hacemos los duros,José.
ResponderEliminarUn abrazo.
Valverde, cuando dejaremos de desayuna con noticias desoladoras?.
ResponderEliminarUn abrazo.
El alambre de espino está prohibido, Alma, no se quien controla que no se use, yo he visto morir un ratonero enganchado a sus púas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bienvenida,Isabel, gracias por tus palabras.
ResponderEliminarSaludos.
Ventana de foto, ojalá consigamos fundir algún día todos los aceros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Anna, muchas gracias por pasar y comentar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cabopá, los acebos en esta época están que desbordan belleza con el brillo de sus hojas y llenos de bolas rojas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como siempre,chalecú, la inconsciencia es lo que hace que el hombre actue como lo hace, de forma antinatural, al contrario que el acebo que echa espinas en la base para protegerse pero que en las ramas más altas se redondean y se dejan tocar.
ResponderEliminarUn saludo.
Justo lo que dices es lo que hace el acebo,ñOCO.
ResponderEliminarPor cierto, la foto la saqué por un lugar que pasamos no hace mucho tiempo y que nos atrapó la noche al que he vuelto pero esta vez de día.
Un abrazo.