Su quietud era inquietante.
Posada en un brote tierno de un sauce, libaba el agua del rocío caída durante la noche.
Las últimas lluvias han alimentado el seco cauce del río y el rumor del agua corriendo de nuevo por el arroyo, amortiguó mis pisadas y pude acercarme para robar el instante sin que se diera cuenta.
Los tibios rayos de sol sobre sus alas semejaban las vidrieras góticas, de la más bella de las catedrales.
Y me fui sin inquietarla.
Tal vez sean de los últimos de ver este verano, gran toma.
ResponderEliminarSaludos.
Maravillosa fotografía macro.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Siempre es un gusto verlas...Se habría quedado allí escuchando.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo.
Son preciosas, con sus diferentes colores. Estupenda la música para acompañar a tan bellos insecto
ResponderEliminarSaludos
Hola tejón. Un placer poder visitarte de nuevo. Preciosa foto. En mi lugar preferido hay una pequeña cascada, con Helechos y Alisos donde se pude disfrutar de estas bellezas. Un abrazo enorme
ResponderEliminarAfff… quanta delicadeza nessa imagem… e sensibilidade! Parabéns!
ResponderEliminarUm beijo
Son pura magia al igual que tu foto.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Magnífica imagen ...amando a la naturaleza como tú , la quietud y el sigilo siempre los llevas dentro.
ResponderEliminarLas anteriores de mariposas son una pasada.
Un abrazo