Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces", símbolo del sentido común, el coraje y la determinación, sabio ermitaño, leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la

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Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la determinación, sabio ermitaño,leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

31/12/15

LLEGADA AL MAR

( Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas.)

Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría...

José Hierro, el poeta, siempre me lleva al mar,
 y el mar me apacigua, me consuela,
  tras los posos del dolor mi alma se resiste,
 no quiero estar triste.

 Quiero ver nacer un nuevo día,
 seguir subiendo cimas,
 pisar las cenizas de viejas ramas calcinadas,
 plantar nuevos árboles donde no lleguen las llamas...
y pintar el cielo sobre un lienzo de aguas claras.

21/12/15

TRES RENOS- UN CUENTO PARA EL SOLSTICIO DE INVIERNO

El niño miraba por la ventana con cierto temor; las pequeñas luces que bordeaban el camino de casa de la abuela, la niebla  de la noche que  se deslizaba silenciosa entre los arbustos y Silva la perra del tío olisqueaba el rastro de  algún roedor esquivo.

El niño se rascaba la nariz preso de los nervios del momento, era Nochebuena y escondido tras la ventana de su cuarto buscó   a los tres renos que su tío había tallado con sus artesanales manos para decorar el jardín rupestre.  Pero aquella vigilancia nocturna no era casual,  el abuelo le había contado que esos renos no eran unos renos cualquiera ya que en Nochebuena cobraban vida y se convertían en los renos voladores, los del trineo de ese hombre barbudo que daba regalos a todos lo que habían sido lo suficientemente buenos y amables todo el año.

Pacientemente observaba sin pestañear a los tres renos, con los nervios de ser descubierto por alguno de los mayores o aún peor que ese hombre de barba espesa y blanca descubriera su furtiva vigilancia.    Después de mucho rato de vigilancia, los bostezos llegaron a su pesar y los párpados cayeron involuntarios en un par de ocasiones pero cuando estaba a punto de darse por vencido y creer en lo que su amigo Sebas le había dicho,  la nariz del reno más grande se encendió como una de esas bombillas del árbol, la nariz brillaba roja chispeante,  los cuernos se empezaron a mover tímidamente, el niño se puso de pie  alucinado ante lo que veían  sus ojos, el animal comenzó a dar brincos enérgicamente y empujar a sus dos compañero que terminaron por despertar de su letargo de madera y los tres se dedicaron a pasearse por todo  el jardín de la abuela.  Silva, la perra de la abuela ladraba ante tal algarabía  y atacó con sus fauces al más pequeño de los renos.  El niño desde la ventana de su cuarto pudo ver como un trozo de cornamenta del pequeñín caía al suelo provocando un sonido de dolor y brincos descontrolados, tal fue el descontrol que no supo cómo llegó aquel trineo que levitaba a pocos metros del suelo. El hombre de la barba blanca estaba subido en él y esperó que los dos renos mayores se acoplaran a los demás que ya empujaban del trineo.  El pequeñito hacía ruidos  y el hombre dejó que subiera a su lado y lo acarició descubriendo el trozo de cornamenta que le faltaba. 
Los renos subieron hasta el cielo y los perdió de vista...

A la mañana siguiente la madre del niño lo despertó:

"¿Pero qué haces ahí en el suelo? Anda corre al árbol... creo que tienes algún regalo para ti"

El pequeño descubrió entonces que se había quedado dormido.  Y durante un instante dudó del secreto de los tres renos del tío.  Al mirar por la ventana vio que los tres renos estaban donde siempre, con sus cuerpos tallados en pura madera...

"Pero hijo estás bien..." La madre no entendía porque el travieso de hijo no salía corriendo escaleras abajo para romper los papeles de su regalo.


El niño reaccionó y corrió a  abrir el gran paquete que resultó ser su primera bicicleta.  Después con los años vinieron otras, que después de convirtieron en motocicletas...     con los años todo fue cambiando, evolucionando y la vida fue trayendo cosas nuevas y sorprendentes pero por muchos años que pasaran y con la sorpresa de  todos los amigos y familiares, aquellos renos eran imprescindibles en el jardín de casa. Él sabía que los renos de su tío no eran simples tallas de madera, no,  claro que no... lo sabían su abuelo y él y algún día le rebelaría ese secreto a algunos de los pequeños de la familia... A uno de esos corazones traviesos y limpios que les son imposible de distinguir la vida de los sueños, y los sueños de la vida.

Una vez más yo le presté la foto y ella se encargó de escribir este bello cuento.

Gracias,Nieves.

10/12/15

MOMENTOS...

 ...que quiero recordar hasta con los ojos cerrados, el olor a leña, el humo en los tejados, la escarcha blanca, los verdes prados, el tañido de las campanas, los cristales empañados.

Quiero ver amanecer,
 con los ojos apretados.

4/12/15

SECRETOS DE PALACIO

Isabel se sentía la mujer mas afortunada de todo el reinado.  Aquella tarde se convertiría en la Duquesa de  Cian.

  El duque Alberto había llegado de las tierras del este para pedir su mano cinco lunas atrás.

Hoy la jovencita arropada por las mujeres de  la familia se preparaba para el feliz acontecimiento.
La madre Juana, monja de la congregación de la sagrada cruz fue la encargada de acompañarla en sus momentos de recogimiento espiritual y la que la acompañaba desde hacía un par de semanas.

Minutos antes de salir de sus aposentos Isabel sintió un frío que recorrió toda su columna vertebral, cayó desplomada justo frente a la puerta.

  Las  doncellas que la acompañaron en todo momento, la ayudaron a vestirse y elaboraron uno de los mas complicados recogidos en su larguísima melena, asustadas por el desvanecimiento de la joven novia la socorrieron y decidieron sentarla un instante en una de las sillas de la alcoba.

¿ Que le ha sucedido Señorita Isabel ? 

La joven aún aturdida dejó que la madre Juana le fijara uno de los mechones que se habían soltado de las pinzas de nácar.  Las doncellas se miraron compungidas, los ojos de una de ellas no podía disimular su miedo ante lo sucedido.  Isabel con unas inesperadas nauseas se balanceaba con la mirada perdida, intentando recobrar el aliento para poder llegar al altar junto al  que sería por gracia de dios su marido esa misma noche.

Tras unos largos minutos de incertidumbre Isabel pudo levantarse gracias a la fuerza que da ser la nueva Duquesa de Cian.


Entre todas las mujeres que había en la habitación  llena de vida y avaricia, había una que no era de este mundo, su cuerpo yacía bajo una fría losa de mármol en los jardines traseros de palacio, aunque su alma nunca pudo dejar los pasillos  del lugar donde encontró la muerte tras cinco años de un enlace del que no se engendraban heredero.  Elena lloraba amargamente  observando desde su limbo eterno una escena que le recordaba su felicidad en el día de su enlace y lo amargo que resultó ser Duquesa de Cian, tan amargo como el último té que bebió en aquella tarde de Noviembre ya perdida en las nieblas del olvido.

Yo tenía una foto, y la foto me pedía una historia, como mi imaginación no da para mucho pensé en quién podía contar esa historia que pedía la foto. 

Y así es como quedó el intercambio de la foto con su historia.

Gracias,Nieves.

Si queréis saber más de Nieves pinchad en este enlace y descubrid un mundo lleno de fantasía.

"Los Cuentos de la China"