Por unos días olvidé los olores de la hierba de mi húmeda tierra.
Viajé a un lugar donde sin salir de allí, se puede dar la vuelta al mundo.
Donde fui feliz subiendo cimas sacudiendo la pereza.
Acaricié la tierra con mis dedos, me froté los ojos para creer lo que estaba viendo y mis oídos, hasta en el más profundo silencio, escucharon la música que me traía el viento.
Vi gente intentando atrapar el sol.
Solo él y yo sabemos quien es nuestro dueño.
Él es quien alimenta las fuentes que riegan las flores...
...el que ilumina y guía nuestro camino...
...el que sabe de cielos, de mares y de islas...
...el que escucha nuestras penas...
...y el que nuestras ramas riega.

Me senté en la arena, me dejé llevar y las olas me trajeron el eco de su boca.
"Hay cosas que no necesitan palabras, hay palabras que no definen las vivencias, hay vivencias que son imposibles de definir, y se quedan apenas en la memoria".
Pinchad
AQUÍ y escuchareis al dueño de la frase.