Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces", símbolo del sentido común, el coraje y la determinación, sabio ermitaño, leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la

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Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la determinación, sabio ermitaño,leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

8/3/09

DIA DE LA MUJER TRABAJADORA

En el Día de la Mujer trabajadora os dejo este fragmento del libro que estoy leyendo en este momento:

"Cuando llegó a los cinco años, el hijo de José empezó a ir a la escuela. Todas las mañanas, en cuanto nacía el día, la madre lo llevaba al encargado de la sinagoga, que siendo de nivel elemental los estudios, bastaba y sobraba con él, y era allí, con la misma sinagoga convertida en aula, donde Jesús y los otros chiquillos de Nazaret realizaban, hasta los diez años, la sentencia del sabio, El niño debe criarse en la Tora como el buey se cría en el corral. La clase acaba a la hora sexta, que es nuestro mediodía, María estaba ya esperando al hijo y, pobrecilla, no podía preguntarle si avanzaba en las clases, ni ese simple derecho tiene, pues ya lo dice terminantemente la máxima del sabio, Mejor sería que la Ley pereciera en las llamas que entregarla a las mujeres, tampoco debe olvidarse la probabilidad de que el hijo, ya razonablemente informado sobre las madres, le diera una respuesta áspera, de esas capaces de reducir a la insignificancia a cualquiera, que cada cual tiene la suya, véase al caso de Herodes, tanto poder, tanto poder, y si fuéramos a verlo ahora ni siquiera podríamos recitar, Yace muerto y pudriéndose, ahora todo es hedor, polvo, huesos sin concierto y trapos sucios. Cuando Jesús entraba en casa, su padre le preguntaba, A ver, qué has aprendido hoy, y el niño, que había tenido la suerte de nacer con una excelente memoria, repetía letra por letra, sin fallo, la lección del maestro, primero los nombres de las letras del alfabeto, luego las palabras principales, y, más adelante, frases completas de la Tora, pasajes completos, que José acompañaba con movimientos rítmicos de la mano derecha, al tiempo que asentía levemente con la cabeza. Marginada, María se iba dando cuenta de que había cosas que no podía preguntar, se trata de un método antiguo de las mujeres, perfeccionado a lo largo de los siglos y milenios de práctica, cuando no las autorizan a preguntar, escuchan y al poco tiempo lo saben todo, llegando incluso a lo que es el súmmum de la sabiduría, a distinguir lo falso de los verdadero.

En El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago.

5 comentarios:

  1. Saramago es único, con una claridad de ideas y una forma de exponerlas muy interesante. A más del contínuo uso de refranes y dichos. Toda una sabiduría popular.
    En estos momentos, estoy leyendo "La voz dormida" de Dulce Chacón, me tiene enganchado, si no lo has leido, te lo recomiendo.
    Un abrazo.

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  2. De acuerdo contigo José Antonio.
    Si te gustó Ensayo sobre la ceguera ,te recomiendo que leas Ensayo sobre la lucidez,no tiene desperdicio.
    Este del Evangelio...me ha costado un poco pero al final me ha enganchado.
    Preguntaré en la biblioteca por el de Dulce Chacón aunque tendrá que esperar pues ya tengo cogido el siguiente, que es Gomorra de Roberto Saviano.
    Un abrazo.

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  3. Ya han pasado unos días, pero bueno, gracias por acordarte de NOSOTRAS.

    Un abrazo.

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  4. ¡El día que goberneis....jejeje
    Un abrazo.

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  5. Bueno, bueno, el día que gobernemos será la bombaaa!!!! jajajaja.

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