CONVIVENCIA: ( del latín, convivere) vivir en compañía de otros, cohabitar.
Un buen ejemplo de convivencia me lo enseñó una tía mía, hermana de mi padre.
No tuvieron maestros y aprendieron a convivir saliendo de la casa de sus padres siendo bien pequeños a servir en casas de señores, por asegurarse la comida ellos y de este manera hacer posible que a sus hermanos menores les llegara un bocado más en casa, pues el salario del abuelo picando piedra en las canteras no daba para tantas bocas.
Era mi tía de carácter abierto, noble, alegre y espontáneo, aunque a veces tenía un poquito de mal genio.
Pasados los años dificiles, se ha casado y con gran sacrificio ella y su marido han hecho una casa, pequeña, con su huerto y sus frutales y en ella viven con sus hijos.
Cerca vive una mujer que hace la vida imposible buscando pleitos a todo el vecindario.
Abre mi tía un día por la mañana las ventanas y ve en el huerto a los asnos de la vecina paciendo el verde y pisando las flores del jardín.
No es que los animales se hayan escapado, su dueña los tiene atados en su finca pero la soga es bien larga.
Al día siguiente los animales han entrado en el sembrado, se han comido las lechugas, han pisoteado los tomates y rascándose contra los árboles han tirado por el suelo la fruta de los manzanos, los ciruelos y los perales, montones de excrementos hay por todo el huerto.
Al día siguiente los animales han entrado en el sembrado, se han comido las lechugas, han pisoteado los tomates y rascándose contra los árboles han tirado por el suelo la fruta de los manzanos, los ciruelos y los perales, montones de excrementos hay por todo el huerto.
Viendo la vecina que pasan los días , con ganas de gresca le dice una mañana:
-María, ¿ como es que tengo a los burros en tu huerto y no me has dicho nada?.
A lo que mi tía le contesta:
- Mujer, ¿ que te voy a decir?, -si a mi los pobres animales no me han hecho ningún daño, al contrario, por el mismo precio y sin gastarme un duro tengo el huerto segado y abonado.
No hubo más palabras, diose media vuelta la mujer y cogiendo a los asnos por el ramal se los llevó a su corral.
Además de respeto y tolerancia, que difícil es la convivencia si no va acompañada a veces de buenas dosis de paciencia.
que historia más chuli, gracias por contarla y por repartir convivencia.
ResponderEliminarabrazos.
Siempre se ha dicho que dos no discuten si uno no quiere y que no ofende quien quiere sino quien puede y, además, que la paciencia es la madre de la ciencia...
ResponderEliminarA mi tb me encanta tu historia!
Un saludo
Ilustrativo ejemplo de lo que se debe hacer,hay un dicho que dice "no hay mejor desprecio que no dar aprecio".
ResponderEliminarMucho aguanto tu tia,pero que mucho.Que bonitos son los dos burros de la foto.
Un abrazo amigo
La paciencia que siempre has tenido con este tu amigo.
ResponderEliminarGracias por ser como eres y no fallar a esta cita que era tan importante para cumplir un sueño que hoy ya es una realidad, la blogosfera late al ritmo del sentimiento de Convivencia.
Un abrazo muy agradecido amigo
Me gusta mucho la historia que cuentas, muy cierto, ademas de repeto y tolerancia, paciencia y diplomacia... Gran lección la de tu tia, gracias por compartirla.
ResponderEliminarLa ironía es un síntoma de inteligencia.
ResponderEliminarUna renunció a su huerto temporalmente y otra a su mala leche :-D
Salu2
Precioso post, Tejón. Desde hoy soy fan incondicional de tu tía. Te mando un abrazo enorme y muchos besos para ella.
ResponderEliminarP.S
Me ha encantado la foto de los burros :) y me ha recordado una entrada que tengo pendiente.
No hay mejor guantá que la que se da sin mano. Olé tu tía. Me encantó la historia y los burros es que son preciosos. Muchos besos.
ResponderEliminarSanta mujer tu tía, Tejón, sin duda una mujer de bien. Me ha encantado el post. Abrazos ;-)
ResponderEliminarSe demuestra que los burros merecían más el calificativo de vecinos, la vecina, el de burra.
ResponderEliminarJajaja, alguna historia más de estas podríamos contar ¿eh paisanuco?
ResponderEliminarMuy buen ejemplo.
Besucos
Me encantó la reacción de tu tia, allá donde vaya no tendrá problemas a la hora de convivir ganándose todo el repeto del mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Tejon
Cierto, "la paciencia es la madre de la ciencia", también de la ciencia y el arte de la convivencia. Si la humanidad tuviese la espontánea e innatamente sabia actitud de vuestra tía, habría paz.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno!
De acuerdo, con paciencia y amor, se crea una buena convivencia.
ResponderEliminarun beso
La paciencia y la tolerancia son virtudes que debemos cultivar.
ResponderEliminarMuy hermosa Anecdota.
Un abrazo
http://confesionesdivagacionesyquimeras.blogspot.com/2010/10/convivir-vivir-en-pareja-y-con-los.html
Hola amigo...
ResponderEliminarUna estelar entrada con mucha paciencia... jejeje...
Paso a darte un abrazo de feliz convivencia y buen fin de semana.
FELIZ DÍA QUE YA VA TERMINANDO. ME ALEGRO HABER PASADO POR SU BLOG.
ResponderEliminarUn saludo cariñoso
http://notasdeunamujerquecamina.blogspot.com/ DE UNA MUJER
Esta historia es una muestra de las virtudes y defectos que tenemos las personas unas en mayor o menor cantidad.
ResponderEliminarLa historia de tú tia es modélica de convivencia vecinal.
Si me mandas la dirección supuesto que tiene no correo te mando un libro.
Un conviviente saludo
Un placer poder leerte y ver la forma tan sencilla de exponer una convivencia por medio de una historia tan bonita.
ResponderEliminarUn verdadero gusto conocerte.
Un abrazo
Gestos como el respeto mutuo y la tolerancia son la base para una buena convivencia..
ResponderEliminarPuesto que soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio ( Mahatma Gandhi ).
Un Besoteee
Sgroya
La historia es todo un acierto, de tolerancia y paciencia, y una gran lección de humildad.
ResponderEliminarMe alegro de que con esta iniciativa, ir conociendo cada día más a más gente maravillosa.
Un abrazo.
Es preciosa esta narración de convivencia, en el seno de la familia es donde con todos sus integrantes,empieza la convivencia.
ResponderEliminarCon esta iniciativa de Senovilla,ha sido para mi un descubrimiento...me haré seguidora de todos aquellos que hayan participado en este dia 8 de Octubre, seguro.
un abrazo.
Muy sutil tu tía, Tejón, muy sutil. Me ha encantado esta historia... tu familia es una mina de historias interesantes, por lo que veo. Gracias por compartirlas con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a todos los que habeis dejado un comentario en esta entrada, he correspondido en vuestros blog haciendo lo propio, espero no haberme olvidado de alguno.
ResponderEliminarHa sido una bonita experiencia y desde aquí quiero dar las gracias a sus artifices angel Cabrera y Senovilla.
Un abrazo a todos.
Si, es verdad que dos no discuten si uno no quiere,pero tener el carácter templado, como el de tu tía, requiere de un esfuerzo tremendo y una buena dosis de paciencia. ¡Qué persona tan ejemplar!. Un abrazo
ResponderEliminarLa verdad, con tan pocas palabras, lo mucho que se puede decir.
ResponderEliminarPrecioso!!!
Buenísima y sabia historia. Además de verdad, cuando alguien viene con ganas de fastidiar, ignorarlo será en la mayoría de ocasiones la mejor estrategia. ¡Genial!
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