Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces", símbolo del sentido común, el coraje y la determinación, sabio ermitaño, leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la

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Intento ser como el tejón de "El viento entre los sauces",simbolo del sentido común,el coraje y la determinación, sabio ermitaño,leal con sus amigos, amante del buen tiempo y de los rayos del sol, y busco el equilibrio entre lo que yace bajo la tierra y lo que descansa sobre ella.

31/12/17

SEMBRAR

¿Y si empezamos el año sembrando?.

Yo pongo las semillas.

Semillas para que broten la paz y el perdón. 

 Semillas que crecerán fuertes y sanas, asfixiando las malas hierbas del odio y la intransigencia.

Semillas contra la intolerancia de los que no saben tratar a todos como iguales.

Semillas que absorberán el agua de las lágrimas y  haran florecer sonrisas.

Solo eso pido al nuevo año, eso y seguir aprendiendo y practicando las buenas enseñanzas.

19/12/17

SOLSTICIO DE INVIERNO 2017

Lo veo venir sobre la línea del horizonte.

Veo el hombre nuevo que sabe dar, y sabe cuándo ha de pedir.
  
Veo al hombre rudo que sabe acariciar tiernamente a una mujer.

Veo al hombre que tararea una canción para calmar a un niño.

Veo al hombre que pierde  el miedo, aprendiendo a sonreir.

Feliz Solsticio.

Playa de Los Caballos,(Costa Quebrada).


10/12/17

ADVERTIDOS QUEDÁIS...

...no digáis luego que no os avisé.

El gordo con barbas que anda colgado por los balcones, este año no va a llegar a vuestros hogares entrando por la chimenea,  llenándolo todo de hollín.

Se encuentra perdido  tras las fuertes nevadas caídas estos días por Cantabria.

Los últimos que lo vieron dicen que andaba  por la zona del Porracolina, camino de los Collados del Asón, no llevaba con él ni renos, ni trineo ni GPS.

Es muy posible que al ser la zona un lapiaz con muchas grietas, se pueda haber colado en alguna de ellas, y no creo que salga a tiempo para la fecha que se le espera. 

2/12/17

SANTA MARÍA DE LEBEÑA

Podeís dejar de frotar los ojos porque la imagen que veis existe de verdad.

Ahí, escondida entre los chopos está, a la orilla del río Deva en el Desfiladero de La Hermida.

Santa María de Lebeña, una ermita mozárabe del siglo X, con que imaginad las historias que esconde entre sus piedras. 

Liébana guarda mil rincones como este, cargados de leyendas.

Una de ellas dice que hasta aquí quisieron el Conde Alfonso, señor de estas tierras, y su esposa la Condesa Justa venida del sur, traer los restos de Santo Toribio, quedando súbitamente ciegos él y toda la comitiva que los trasladaban al comenzar a cavar.

Recuperaron la vista al comprender el Conde Alfonso que el Santo no quería ser enterrado allí  y ordenó enterrarlo en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde descansan desde entonces y son visitados por muchos fieles, más este Año Jubilar.

Entre arabescos el pequeño altar lo preside una estela celta que fue recuperada al hacer unas obras de restauración, tras muchos años de ser pisoteada por ser considerado su culto pagano.

 Culto que le rendían  los antiguos moradores de estas tierras  al sol  representado en los siete círculos grabados en la piedra, y al tejo milenario bajo el que se reunían y al que alumbraban los últimos rayos  antes de esconderse el sol entre las montañas.

  Y muchas más historias, la virgen de la buena leche dándole  de mamar al niño, durante muchos años escondida por ser considerada irreverente fue robada y apareció en Alicante veinticinco años más tarde.

Dice la simpática guía que enseña la ermita que volvió con la teta más morena.

Y el viejo banco de madera donde se sientan los enamorados convencidos de que la siguiente visita al lugar, la harán bendecidos y casados...

Donde los cereales trepan hacia las cumbres de los montes, donde los bosques se espesan en barrancos que son casi perpendiculares al suelo, entre castaños, en un valle cerrado por el Deva cruza veloz entre chopos, donde las paredes blancas de los montes sostienen un cielo azul como si fuera un dosel sobre un misterio santo y secreto, ahí se yergue la pequeña iglesia mozárabe Santa María de Lebeña, uno de los monumentos más hermosos de la España cristiana. A un lado, un tejo; al otro, un olivo; el pueblo de Lebeña -doscientas almas - , dice el párroco - se desperdiga hacia las alturas; los montes retroceden, su fortaleza no es preocupante, son de color blanco, como si custodiaran un lugar diminuto en el que se encerraran maravillas.

GERTRUDE BONE