No voy a dar muchas pistas de donde estuve ayer, pero no puedo evitar enseñaros un lugar lleno de magia y encanto.
A unos cinco kilómetros de Cervera de Pisuerga, dentro del Parque Natural de la Montaña Palentina y Fuentes Carrionas, (podían abreviar el nombre pues parece un testamento) y partiendo de un pueblo que se llama Dehesa de Montejo, una senda preciosa como la que se ve en la foto de abajo,nos lleva hasta la tejeda de Tosande, una de las mejor conservadas de la península y con mayor numero de tejos centenarios, más de setecientos catalogados en formacion boscosa, cosa singular pues el tejo es un árbol que se desarrolla de forma aislada e individual.
Me levanté temprano y muy ilusionado para preparar la mochila, la bebida y los bocadillos, ya la noche anterior lo había dejado más o menos todo organizado pero me gusta hacer las cosas con tiempo, no se me vaya a olvidar algo.
El día amanece nublado y hace viento, me asomo a la ventana y comienza a llover. No quiero echarme atrás, me animo pensando en una frase que oí hace tiempo, " Para que queremos una vida eterna si cuando llueve un domingo no salimos de casa".
Continuo los preparativos, coño, con este frío habrá que llevar el gorro de lana y la braga para el cuello,¿ como hago yo ahora para sacarlos del armario sin despertar a Mila?.
Primer intento, entro en la habitación medio a oscuras, abro con cuidado los cajones del armario, nada, que no aparecen por ningún sitio. Abandono, ¿por que será que los hombres nunca encontramos lo que buscamos en los armarios?
El caso es que si hace mucho frío, con el poco pelo que tengo y sin gorro se me van a helar las orejas.
Segundo intento, vuelta a la habitación, enciendo sin meter ruido la luz de la mesita y se oye decir, ¿que buscas?, vaya cuanto lo siento, ¿te desperté? Es que no encuentro el gorro de lana, ¿has mirado ahí? (señalando con el dedo) Efectivamente, allí estaba.
Creo que lo tengo todo y salgo en busca del autobús. Cuando hora y media después llegamos al punto donde comienza la ruta hace un aire fresco, me pongo el gorro y la braga al cuelo y.....maldición, se me olvidaron los guantes, pues nada habrá que meter el bastón en la mochila y las manos en los bolsillos.
Pasamos por robledales cubiertos de un liquen que se conoce como "barba de monje"y se genera una pequeña discusión pues hay quien dice que este seca el árbol y yo sostengo que no.
Consultamos al guia y nos saca de la duda. Este liquen solo se da en ambientes donde el aire es extraordinariamente puro y no perjudica para nada a los árboles donde se desarrolla.
Este pequeño tejo se encuentra a la orilla del sendero, es el primero que vemos pero creo que se merece una foto.Iremos viendo algunos más dispersos por el bosque y ocultos entre los acebos pero nada nos hace sospechar lo que veremos al final de la escalera que se ve en la foto de abajo.
Entramos de pleno en un mundo lleno de magia y de misterio, disfruto más cuando retornamos. Me quedo el último para entrar en contacto de una forma casi espiritual con estos árboles que viven agrupados como si quisieran defenderse de los posibles ataques de quienes piensan que estos sitios bien pudieran estar urbanizados para permitir el acceso masivo de gentes que pisan, trepan, manosean y dañan las cortezas de estos frágiles ancianos....
Entramos de pleno en un mundo lleno de magia y de misterio, disfruto más cuando retornamos. Me quedo el último para entrar en contacto de una forma casi espiritual con estos árboles que viven agrupados como si quisieran defenderse de los posibles ataques de quienes piensan que estos sitios bien pudieran estar urbanizados para permitir el acceso masivo de gentes que pisan, trepan, manosean y dañan las cortezas de estos frágiles ancianos....
...de por si bastante acosados por las hayas invasoras que cada vez acotan más su espacio y por los animales que ramonean y pacen los brotes más tiernos dificultando la conservacion y el crecimiento de los ejemplares más jóvenes.
El trayecto de vuelta lo hacemos pasando por zonas de pasto y aún se pueden ver los colores otoñales en todo su esplendor en las masas de hayas que no terminan de desnudarse y encinas que crecen sobre las rocas calizas.
Todo nos parecería más alucinante si nos lleváramos al estomago algún mongui alucinógeno de los que había por el camino.
Pasamos a otro valle ya cerca del pantano y el pueblo de Ruesga.
Hay bastantes ejemplares de enebro espinoso, árbol de lento crecimiento, de bajo porte y leñoso de cuyo fruto destilado se saca el aroma de la ginebra. Cogiendo el fruto y apretándolo entre los dedos hago escapar su embriagador olor.
Más prados, este bonito mastín abandona su rebaño para seguir el nuestro buscando zalamero carantoñas y cuando me acerco se tumba para que le rasque la panza. Si no fuera tan grande...
Estamos llegando al final, al fondo vemos el Parador Nacional de Cervera de Pisuerga, al lado del pantano nos espera el autobús.
He pasado un día extraordinario y me he acordado de muchos de vosotros.
De Fermín, espero que esta entrada le haya gustado más que la ultima que hice sobre el mar.
De Carzum y de Marce, no pudimos visitar el Museo Etnográfico de Piedad Isla pues estaba cerrado.
De Transi y Arena porque se que apreciaran los colores del otoño.
De José Manuel porque pensará que estoy un poco loco.
De seva, ñOCO, Logio y Xibeliuss porque ellos hubieran sacado mejores fotos.
De Anjana y Anjanuca porque seguro que si van ellas se encuentran con algún duende.
De José y Luisa María.
De Lito para que se de una vueltuca fuera de la costa.
Almalaire si viene se nos queda en una cueva.
De José Antonio y su pierna rota.
Y de muchos más...
Me gustó esta y me gustó la otra, hombre de Dios, lo que pasa es que el mar y yo siempre nos miramos de reojo.
ResponderEliminarPrecioso lugar, entiendo que no des demasiadas pistas, no lo convirtamos en la alameda de cualquier pueblo.
Un abrazo, y aquí también pensamos en vosotros
Mejores fotos no sé, pero sí que la hubiese gozado en condiciones, tejón: El Tejo es un árbol muy especial para mí, gracias por traernos este paseo.
ResponderEliminarY me ha gustado mucho tu narración: leñe, es verdad! ¿Por qué los hombres NUNCA encontramos nada en los armarios? jejeje.
Abrazos, amigo
Esta vez te equivocaste,de buena gana hubiese ido contigo,bien lo sabe dios que senti envidia de no poder caminar por esos senderos llenos de hojas secas.Otra cosa seria andar haciendo la cabra por los riscos,ya sabes mi opinion.Pero hoy me gusto!!! Tengo encargado el libro.
ResponderEliminarLas fotos se comentan solas,son magnificas y me encanto.
Un abrazo y rutas de esta clase me gustan,lo que pasa que andar solo no me llena de ilusion y por la avenida no es lo mismo aunque tenga arboles y hojas secas y tambien setas que alguno vi recojer.
Un beso pa Mila
¡Qué hermosos lugares tenemos a nuestra mano y que poco los disfrutamos! El perro me encantó!!!!
ResponderEliminarLos paisajes son fantásticos.
Un abrazo.
¡Hola Jesús!
ResponderEliminarComo siempre en cada entrada parece una gran competición la que te has marcado, pues te superas y nos asombras con esa facilidad que da el saber hacer las cosas ayudado por la naturaleza.
Me abriste la curiosidad por el tejo,guardo como oro en paño la ramita para marcar paginas.
El tejo tiene unas muy singulares propiedades verdad?
Jajaja, tú y el armario, esa extraña pareja, ja,ja.
ResponderEliminarSeguro que los guantes estaban al lado y ni los vistes!! :).
Me ha gustado mucho este paseo , las fotos , los colores...¡todo! y que te hayas acordado de todos nosotros...
Un abrazo Tejon
Debio ser una ruta estupenda, me encanta el senderismo, el domingo estuve haciendo la ruta de los castañares en la sierra norte de Sevilla, y fué espectacular el paisaje, disfruté mucho.
ResponderEliminarBonita entrada amigo.
¡¡Ah!! la próxima vez deja todo preparaito para salir temprano y no despierte a la parienta, jajaja.
Un abrazo.
Ay, que entrada más preciosa :)
ResponderEliminarSi que me hubiera quedado en una cueva, si. Las fotos son preciosas, Tejón, pero el texto es todavía mejor. Lo de los armarios y los hombres es el evangelio, jaja. Mi santo nunca encuentra nada de nada de nada. Es increíble. No lo encuentra aunque lo esté mirando :D
Gracias por acercarnos los tejos, que lo curan todo, las hayas que se resisten a desnudarse y por acordarte de nosotros. Un abrazo enorme y otro para Mila
Un camino precioso Tejón, sobre todo la zona alfombrada de hojas secas. Y tal como lo cuentas tú todavía más.
ResponderEliminarLo del armario y buscar las cosas a oscuras parece que es algo genético para los hombres. Y al final siempre tenemos que preguntar.
Gracias por acordarte de nosotros.
Precioso paseo, Tejón, ciertamente. Una pena que el museo estuviese cerrado... pero, bueno, ya tienes excusa para volver. La próxima avisa y si estamos por aquí nos acercamos. Oye, lo de la búsqueda del gorro me suena, aunque en mi caso, suelo ser yo la que no encuentra las cosas..jeje. Y al liquen yo lo conocía como "barbas de S. Antón" y estoy de acuerdo con el último planteamiento, no perjudican al árbol, todo lo contrario, son signo de salud y de pureza en el aire. Abrazos ;-)
ResponderEliminarSí Tejón, he disfrutado mucho con tus palabras (me he reído), y las fotos, magníficas. Los colores del otoño, espléndidos (me has recordado que he de ir a la Font Roja en Alcoi antes de que caigan las hojas de los pocos caducifolios que tenemos). El perro, para acariciarlo, (¿No te atreviste?), los tejos, nunca había visto tantos juntos... (Y pensar que son los últimos reductos de la última glaciación)
ResponderEliminarAquí quedan algunos ejemplares aislados en las umbrías de las montañas más altas. (Y aún se conservan topónimos relacionados con este árbol)
Me ha encantado, gracias y un abrazo.
Me alegro paisano que te gustara el paseo.
ResponderEliminarLaverdad es que las intenciones de explotar turisticamente el lugar son claras, esperemos que se puedan compaginar turismo y conservacion.
Un abrazo.
Xibeliuss, habrias disfrutado y tu imaginacion se inventaria alguna historia fantastica del lugar.
ResponderEliminarmenos mal que para lo de los armarios estan ellas detras, jejeje
Un abrazo.
La bajada fue un poco dura José Manuel, le dio a uno un ataque de vertigo, se puso histerico y no veas que jodido lo pasó.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
El perro Mimosa, era una preciosidad, ademas muy docil y mañoso, vamos como para traerselo para casa.
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmigo José, los canadienses descubrieron hace cinco años el taxol,
ResponderEliminarun poderoso anticancerigeno que se extrae de la corteza de los tejos, afortunadamente se ha podido sintetizar en los laboratorios, de esta forma se ha conseguido que los tejos no corran peligro.
Un árbol tan toxico y a la vez tan beneficioso.
Un abrazo.
Soy un desastre Arena, los guantes los he perdido y ahora tendré que comprar otros.
ResponderEliminarUn beso.
Ya me pasé por tu blog Luisa, me encantó la ruta.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado la tejeda.
Un abrazo, procuraré no despertar a mi santa la proxima vez.Jejeje
Tenle paciencia a tu santo Alma, él te lo sabrá agradecer.
ResponderEliminarUn beso.
Lito, es un consuelo que no me pase solo a mi lo de los armarios.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por la visita.
Carzum, nos defraudó bastante que no estuvieran los museos abiertos, acostumbrados como estamos en Cantabria a que el día de descanso sea los lunes.
ResponderEliminarVolvere, seguro y os avisaré.
Un abrazo.
Tambien por aquí abundan los topónimos Transi que dan nombre a pueblos, rios y montes, el tejo sigue estando vivo en nuestra cultura.
ResponderEliminarClaro que acaricie al perro, bueno, y hubo quien se hizo fotos con él y todo, era precioso.
Un abrazo.
Qué bonito, la verdad que un bosque así, sí que parece mágico.
ResponderEliminarEl perro me encantó, tan grande y tan juguetón, seguro que yo me habría revolcado por el suelo con él también.
Y la de cosas que se aprenden con tus posts!
Saludos
Caray Tejon; mira que me ha gustado un monton tu historia, yo tambien me he reido y he pasado un buen rato leyendo y biendo las fotos que algunas me han parecido estupendas como las del bosque me han encantado, y como no darte las gracias a ti por acordarte de mi como de todos nosotros y de muchos compañeros que inevitablemente se quedan en el tintero pero que no dejan de ser igual de importantes, en fin estimado amigo francamente me ha gustado mucho tu historia, un afectuoso saludo desde Reinosa.
ResponderEliminarPues casi me revuelco con él Anjana, y eso que yo no soy muy amigo de los canes.
ResponderEliminarGracias por comentar y un abrazo.
gracias seva, me alegro de haberte hecho pasar un buen rato.
ResponderEliminarSaludos, compañero.
Hola,
ResponderEliminarMe uno.
Iré conociendo este blog.
Saludos
Cristina
Sigo liadísima y con unas ganas de salir al bosque que ni te imaginas, pero casi he podido sentir el olor y el crujido bajo los pies de las hojas secas... Gracias por el paseo
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Cris por la visita.
ResponderEliminarAquí estaremos.
Un saludo.
Hoy está otra vez la mar revuelta Isabel. Nos hemos acercado y nos hemos acordado de ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
· Vaya!!! Si estoy yo!!! Pues muy agradecido por haber estado en tu pensamiento. Ahora sólo falta estar de obra, para repetir la excursión y comprobar eso de las fotos, que no me lo creo.
· Me da envidia el lugar. Estuve merodeando por la zona, y no recuerdo bien si atravesé la tejeda. Desde luego seguí por el fondo del valle, hacia el pico Redondo, creo que se llamaba así.
· Saludos
(estás enlazado en mis dos blogs, gracias por tus enlaces, que ahora veo)
CR & LMA
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Gracias ñOCO. no me importaría repetir la excursión, seguro que si continuaste por el valle hasta Peña Redonda te dejaste la tejeda atrás. En verano es dificil de ver pues los tejos se encuentran ocultos entre las hayas.
ResponderEliminarSaludos.