Ya tenemos aquí el nuevo número de la revista Desafío. La revista que realiza el Centro de Formación Municipal de Adultos en colaboración con la "Asociación Sociocultural de Polanco".
Me pidieron una colaboración y a continuación os dejo el articulo que escribí.
Ejemplo de convivencia.
Ejemplo de convivencia.
Es frecuente en los pueblos rendir homenajes y nombrar hijos predilectos a médicos, maestros, escritores…olvidándonos que en los pueblos también habitan vecinos, gentes sencillas, que pasan por la tierra sin hacer ruido pero tan dignos de homenaje, en una época en la que escasean los valores y ellos con su ejemplo y su comportamiento hacen que recuperemos la esperanza y la confianza en los seres humanos.
Como el que nos dan Luís y Pilar, nuestros vecinos del pozo Tremeo.
Ya hace 45 años que acogieron a Segundo. Un día se presentó en su casa y ya no se quiso marchar.
Luís y Pilar le dan trabajo, un sueldo, afecto, cariño y le hacen sitio en la mesa como si de la familia fuera uno más.
Segundo no sabe leer ni escribir, pero es noble, obediente y trabajador, durante años acompaña a Luis en las labores del campo. Juntos hacen el huerto, meten hierba en el pajar, abonan los prados…y juntos van a misa los domingos y cuando acaba el oficio, juntos van a tomar el blanco a casa de Tiani, en el bar.
Hoy he ido a visitarlos, Luis ya no está en la casa, la salud le ha jugado una mala pasada y en una residencia ve los días pasar.
Al llegar, viene a mi encuentro Segundo, llevando un caldero de leña en las manos y enseguida llama a Pilar, que me recibe y me invita a sentarme con ella al calor de la lumbre. En sus ojos noto un brillo especial y en ellos asoman dos lágrimas cuando se pone a recordar.
Me cuenta que Luis ya no reconoce a los suyos y que fue muy grade la emoción que sintió en una de las visitas que frecuentemente le hacen a Luis cuando vio a los que durante tantos años fueron amigos y compañeros, fundirse en un abrazo y echarse a llorar.
Desde ese día Segundo espera impaciente a que llegue el momento en que quede una plaza libre en la residencia para estar al lado de Luis y poder a su lado pasear.
Antes de despedirme, me enseña Segundo, ilusionado, un arcón de madera donde guarda la cosecha de nueces de los nogales que juntos plantaron hace unos cuantos años.
Agradecida por la visita me despide Pilar, mientras, Segundo ya se ha puesto ha hacer una de las cosas que más le gustan: barrer.
A buen seguro que el día que se vayan Segundo y Pilar, hasta el pozo Tremeo se quedará triste y de menos les va a echar.
Como el que nos dan Luís y Pilar, nuestros vecinos del pozo Tremeo.
Ya hace 45 años que acogieron a Segundo. Un día se presentó en su casa y ya no se quiso marchar.
Luís y Pilar le dan trabajo, un sueldo, afecto, cariño y le hacen sitio en la mesa como si de la familia fuera uno más.
Segundo no sabe leer ni escribir, pero es noble, obediente y trabajador, durante años acompaña a Luis en las labores del campo. Juntos hacen el huerto, meten hierba en el pajar, abonan los prados…y juntos van a misa los domingos y cuando acaba el oficio, juntos van a tomar el blanco a casa de Tiani, en el bar.
Hoy he ido a visitarlos, Luis ya no está en la casa, la salud le ha jugado una mala pasada y en una residencia ve los días pasar.
Al llegar, viene a mi encuentro Segundo, llevando un caldero de leña en las manos y enseguida llama a Pilar, que me recibe y me invita a sentarme con ella al calor de la lumbre. En sus ojos noto un brillo especial y en ellos asoman dos lágrimas cuando se pone a recordar.
Me cuenta que Luis ya no reconoce a los suyos y que fue muy grade la emoción que sintió en una de las visitas que frecuentemente le hacen a Luis cuando vio a los que durante tantos años fueron amigos y compañeros, fundirse en un abrazo y echarse a llorar.
Desde ese día Segundo espera impaciente a que llegue el momento en que quede una plaza libre en la residencia para estar al lado de Luis y poder a su lado pasear.
Antes de despedirme, me enseña Segundo, ilusionado, un arcón de madera donde guarda la cosecha de nueces de los nogales que juntos plantaron hace unos cuantos años.
Agradecida por la visita me despide Pilar, mientras, Segundo ya se ha puesto ha hacer una de las cosas que más le gustan: barrer.
A buen seguro que el día que se vayan Segundo y Pilar, hasta el pozo Tremeo se quedará triste y de menos les va a echar.
Una buena idea fijarse en las grandes personas que pasan desapercibidos. Una historia muy emotiva.
ResponderEliminarSaludos,
Bravo por Luis, Pilar y Segundo. Entrañable historia la que nos acercas hoy, Tejón, y merecido homenaje, sin duda. Me encantó. Abrazos ;-)
ResponderEliminarPrecioso y muy emotivo.Es una alegria saber de gente con ese corazon tan grande.
ResponderEliminarUn abrazo
Toda una lección de humanidad y generosidad.
ResponderEliminarPrecioso artículo Tejón.
Besucos
Estas son historias que llegan al corazón y gracias a ti sabemos de ellas,lo voy a volver a leer porque me ha emocionado mucho,ya ves.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que tierno me parece Segundo. Me ha animado esta entrada Tejón, todavía queda gente buena en el mundo. Un beso y gracias.
ResponderEliminarGrande esta lección de convivencia y grande tu colaboración en la revista.
ResponderEliminarUn abrazo, Tejon
Gente. Todos somos gente, con nuestras grandezas y pequeñas miserias. Gran historia nos traes, Tejón.
ResponderEliminarGracias por darla a conocer.
Abrazos
esta asturiana te da infinitas gracias por hacernos participes de esta emotiva y bellisima entrada que nos regalas, un besin muy grande.
ResponderEliminarEs verdad que se nos suelen olvidar los Segundos y ellos son la verdadera esencia de la tierra. Un beso, Tejón
ResponderEliminarMARAVILLOSA HISTORIA DE VIDAS SILENCIOSAS, QUE VIVEN COMO LOS PÁJAROS DEL CIELO, CONTENTOS CON LO QUE LES TOCÓ EN LA VIDA, NO CONOCEN EL MAL, Y TODO LO DAN A SU PRÓJIMO, EN SILENCIO TEJEN LA VIDA, HASTA QUE LLEGA LA HORA DE DEVOLVERLA
ResponderEliminarTE ABRAZO QUERIDO TEJON
Toda mi vida he hablado con admiración de dos magnificas profesiones a cual de ellas má beneficiosas para el ser human.
ResponderEliminarUna es el gigantesco esfuerzo que han hecho y seguirán haciendo los pequeños agricultores.
Y otra es la construcción donde no nos damos cuenta el trabajo y sufrimiento algunas veces que ha costado ver construir esos pisos que nosotros compramos emocionados.
Los pueblos normalmente son remansos de paz y tranquilidad.
Saludos
Pues no me he dado cuenta que me marcho sin felicitaros por ese primer numero de la revista el desafío de Polanco.
ResponderEliminarFelicidades
Ésta si que es una verdadera entrada Tejón, les debemos mucho a nuestros mayores y en cierto modo les tratamos como objetos "viejos" que ya no sirven para casi nada. A mí, personalmente me encanta hablar con la gente mayor, son tantos los valores que poseen que resulta impresionante escuchar cualquiera de sus vivencias, son enciclopedias vivientes.
ResponderEliminarFelicidades por ésta magnífica entrada.
Un saludo.
Una historia entrañable que nos hace replantearnos que es lo verdaderamente importante en nuestras vidas. La amistad es una de ellas y vivirla cada día
ResponderEliminarUn abrazo.
Una bonita historia Tejón, el paisano se le ve muy majete posando. Sabes buscar la emotividad de las noticias.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia y deberiamos reflesionar sobre ello.
ResponderEliminarQue dificil y que bonita es la amistad.
Salud.
Hola tiuco:
ResponderEliminartu y yo que somos gente de aldea sabemos de estas cosas,ayudar sin pedir,acoger sin exigir y tantas otras cosas;en este mundo en el que ya no se hace nada sin esperar para bienes,es digno de sobresaltar las buenas costumbres de los mas"pobres",como tantas otras cosas que se pierden,el valor de la palabra,el que te miren a los ojos y no las manos...un largo etcetera de antaño,que NUNCA deberia pasar de moda. un beso-
Pesonas entrañables, Roberto.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro te gustara,Carzum.
ResponderEliminarUn abrazo.
Afortunadamente aun queda gente así, Jose manuel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Anjanuca.
ResponderEliminarUn besuco.
Gracias,Fosi, por pasarte y por el comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues si he conseguido animarte con la entrada, razón de más para abundar en destacar lo que verdaderamente merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo, Nieves.
Gracias por pasarte, Arena, siempre es agradable verte por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gente de la que tenemos mucho que aprender, Xibeliuss.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, asturianina.
ResponderEliminarUn besin muy grande.
Grandes sacrificados los agricultures en cualquier época, José.
ResponderEliminarLa revista ya va por el numero 15.
Un saludo.
Alma, nos hacen falta más Segundos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias,Abuela por tan bonito comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias,chalecú, me alegro te haya gustado tanto la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
La amistad es un pilar en nuestras vidas,Lito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Agradecido por el comentario,gorrisilvestre.
ResponderEliminarEl Mansolea, hay que cultivar y cuidar la amistad.
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar.
Muy bonito el comentario, sobrinuca.
ResponderEliminarUn beso, fuerte.
Para todos los que me habeis leido he de deciros que Segundo ya se encuentra en la residencia junto a Luis y que Pilar se ha ido a vivir con su hija y sus nietos.
ResponderEliminarSegundo está feliz, cuenta que hace gimnasia todos los días y lo escenifica haciendo flexiones y llevandose los brazos a la espalda.
Ya sabe subir a la habitación solo en el ascensor y está aprendiendo a leer y escribir.
Se presenta a todo el mundo porque dice que hay que llevarse bien y hablar con la gente.
Esta feliz, feliz...