Lo autentico, donde nada cambia, aquí todo permanece igual que hace cientos de años, una geografía dura que ha labrado el carácter de los pasiegos, en armonía con la naturaleza.
Aquí la historia no se guarda en archivos, está escrita en las piedras, en la madera y en las arrugas de la frente de Sebio.
Sale Sebio por la puerta de la casa y en sus encallecidas manos lleva un caldero de zinc con pienso para el ternero, en la cabeza lleva calada una boina y calza en sus pies unos chanclos de goma.
"Mi padre si viviera tendría hoy ciento quince años, cuando él nació la casa ya estaba aquí y antes que él ya habían nacido aquí sus abuelos y bisabuelos, echando por lo bajo la casa tiene trescientos años.
Murió muy joven mi padre, quedó mi madre sola con doce hijos y trabajó duro "pa" sacarnos a todos alante, ninguno salimos descarriado.
Veinticuatro vacas cabían en la cuadra y con ellas hacíamos hasta los pastos más altos la muda todos los veranos, en el invierno, guardadas en la cuadra eran la calefacción de la casa.
Leche, huevos patatas y borona nunca faltaron.
La semana pasada vendí en la feria en Torrelavega una vaca de leche y me dieron por ella cincuenta mil duros, pero esto hoy ya no lo quiere nadie, marcharon todos, unos a Renedo, otros a Sarón, pero no se si no tendrán que volver, que los trabajos se han puesto muy mal y los bancos están quedando con los pisos"...
Allí se quedó Sebio, escuchando el silencio interrumpido por el agua del río.
Aquí la historia no se guarda en archivos, está escrita en las piedras, en la madera y en las arrugas de la frente de Sebio.
Sale Sebio por la puerta de la casa y en sus encallecidas manos lleva un caldero de zinc con pienso para el ternero, en la cabeza lleva calada una boina y calza en sus pies unos chanclos de goma.
"Mi padre si viviera tendría hoy ciento quince años, cuando él nació la casa ya estaba aquí y antes que él ya habían nacido aquí sus abuelos y bisabuelos, echando por lo bajo la casa tiene trescientos años.
Murió muy joven mi padre, quedó mi madre sola con doce hijos y trabajó duro "pa" sacarnos a todos alante, ninguno salimos descarriado.
Veinticuatro vacas cabían en la cuadra y con ellas hacíamos hasta los pastos más altos la muda todos los veranos, en el invierno, guardadas en la cuadra eran la calefacción de la casa.
Leche, huevos patatas y borona nunca faltaron.
La semana pasada vendí en la feria en Torrelavega una vaca de leche y me dieron por ella cincuenta mil duros, pero esto hoy ya no lo quiere nadie, marcharon todos, unos a Renedo, otros a Sarón, pero no se si no tendrán que volver, que los trabajos se han puesto muy mal y los bancos están quedando con los pisos"...
Allí se quedó Sebio, escuchando el silencio interrumpido por el agua del río.
Dura fue la vida de estos hombre, lo poco que había se repartía entre todos, preciosa entrada. Un saludo.
ResponderEliminarHas sabido transmitir muy bien lo duro de la vida en esa preciosa comarca.
ResponderEliminarAbrazo, amigo
HOY NO HAY DESVAN, HOY LO VIEJO SE TIRA, LOS RECUERDOS DEL ANTES SOLO ES PARA PRIVEJIDOS, UN PINTOR, UN NOBEL.... NO UN PASIEGO, QUIZAS DIGA MUCHAS COSAS QUE SI TE IMPORTAN APRENCERAS MUCHO. BESOS
ResponderEliminarYa está pasando, los precios de la vivienda en la ciudad son privativos para muchos, con lo que la gente joven se tiene que ir desplazando a los pueblos...
ResponderEliminarMe gusta eso de que la historia está guardada en las piedras ¡si hablaran! o en la madera ¡si crujiera! y en las arrugas de Sebio, qué bien lo cuenta con que razón, la suya y la de sus antepasados de hace más de trecientos años...Algo más de lo que le dan por las vacas lecheras.
ResponderEliminarBonica historia par una buena foto.
Besicos.
Por un momento me has trasladado dentro de tu fotografía con el texto que lo acompaña...
ResponderEliminarMAGISTRAL TRABAJO...MAGNÍFICO!
Enhorabuena amigo!
Entiendo perfectamente a Sebio,pero también entiendo a aquellos jóvenes que se fueron a Sarón. ¿O acaso alguno de nosotros quisiera la vida de Sebio? Yo personalmente no.
ResponderEliminarMagnífica entrada.
Besucos.
Que dura vida la del campo, mi abuelo materno también era del campo y se lo que se sufría...
ResponderEliminarTu madre tuvo que ser una mujer valiente y con fuerza para criar a tantos niños sola y con éxito.
Como dices, todo marcharon pero creo ya van a ir volviendo.Al menos si fueran listos lo harían, en las ciudades ya hay poco, en un campito con unos animales y una buena siembra la comida no falta.
Besos Tejón:)
Una bonita entrada, a demás que da para reflexionar...
"Ninguno salimos descarriado" No es un éxito menor, desde luego. Sabemos que los hombres como Sebio han de ser el espejo, pero no no queremos mirarnos en él. Esa es la verdad. Un beso, Tejón.
ResponderEliminarBuenas noches
ResponderEliminarPreciosas palabras las que dedicas a este bello lugar, preciosas palabras las que dedicas diciendo...
"Aquí la historia no se guarda en archivos, está escrita en las piedras"..
Una estelar frase.. Un abrazo
Cuantas penurias y sacrificios, una preciosa y entrañable entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado........sobre todo la reflexion final........esto es como un sistema pendular y muchos urbanitas van a tener que empezar a volver al campo!
ResponderEliminarSaludos camperos!
Preciosa la entrada de hoy!! todos tenemos una esencia, un recuerdo de ese pasado no tan lejano.
ResponderEliminarun saludo!!
Muy dura la vida de los montañeses, trabajando diariamente y sacaron a los hijos. La pena es que todo se ha ido abandonando, pero nunca se sabe...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hablar con la gente auténticamente del campo es un privilegio que muy pocas veces se puede disfrutar. Son una especie en extinción y es una pena, porque hay que pensar que nuestros antepasado ssiempre vivieron de la tierra y ahora parece que nosotros le damos la espalda a esos cientos de años.
ResponderEliminarSaludos
Pedazo de entrada Tejon.Genial como nos has llevado a la dureza de la montaña en tiempos pasados.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola Tejón!
ResponderEliminarMuy buena entrada. Pienso que los visitantes del medio rural, se han de poner en la piel de las personas que viven en el medio, para comprender bien su vida, seguro que se aprende y se recibe más de los que se espera sin que le pidan a uno nada a cambio. y ante todo, el mayor de los respetos.
Un saludo.
· Real como la vida misma. Dura vida la de los pasiegos... pero auténtica.
¿Manzanas?... en los manzanos
· un abrazo
CR & LMA
________________________________
·
planificado 26 de noviembre de 2011 desde 19:00 hasta 20:00
Nunca se podrán imaginar la nueva juventud lo que era en esas épocas ser agricultor ,tener que levantarte a las tres de la mañana con un reloj prestado para controlar que no te quitasen ni un segundo de agua al regar.
ResponderEliminarSaludos
Vida dura que tallaba en la carne las penalidades y el paso del tiempo. Buscar nuevos horizontes, sin destruir lo auténtico.
ResponderEliminarMuy buena tu intuición.
Cristina
Una gran entrada, Tejón. Ya se ha comentado parte de lo que quería decir, así que dejo otra reflexión:
ResponderEliminarUna vez un arquitecto me dijo que casas como ésta duran unos 300-400 años, sólo con las reformas más basicas.
Sin embargo, cuando no se vive en ellas, duran lo que su tejado. Cuando este empieza a ceder la ruina total es cuestión de diez años.
Y luego ya sólo queda el montón de piedras.
Abrazos
Dura sin duda, Carlos.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por pasar.
Gracias, paisano, la vida de los Lebaniegos tampoco fue facil.
ResponderEliminarUn abrazo.
Chus, en mi cueva siempre habrá una evocación y un recuerdo cariñoso para esta gente y este y otros pueblos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rubén, para algunos resultará muy duro, difícil y triste regresar al pueblo si haber conseguido los objetivos por los que marcharon.
ResponderEliminarSaludos.
Historias reales de tierra adentro, Cabopá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Remei, por los elogios, me alegro te gustara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues no, paisana, yo tampoco querría esa vida, pero ya nacido allí no se si hubiese salido.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día de tu santo, Anjanuca.
Besucos.
Nieves, mi madre tuvo cinco hijos, no es de mi ni de ella de quien hablo en la entrada pero es una historia verídica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desgraciadamente, Alma, nos miramos en otros espejos que nos devuelven una realidad distorsionada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias,Balovega,la frase se me ocurrio a mi solo, jejeje, no se si será defecto por tener en casa una licenciada en historia y archivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen y Alfonso, gracias por vuestro comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Campero inquieto, cuando vuelvan al campo ahí estarás tu para enseñarles el mundo de los pájaros.
ResponderEliminarUn saludo.
Además de verdad, Juan Villar, todos guardamos alguna esencia de esas gentes.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar.
Valverde, es una pena la sensación de abandono que se ve por los Valles Pasiegos, aunque hay casas y cabañas muy bien restauradas.
ResponderEliminarSaludos.
CrmenBejar, queda muy poca gente pero sigue siendo autentica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Paco, es muy amable tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fernando J. Feliu, la gente de fuera no siempre ha sabido ver a estas gentes como lo que verdaderamente son y lo que representan.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy pasiego el comentario, ñOCO, jejeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo has contado tal y como era la vida en aquellos años Tejon aunque tal y como se esta poniendo la vida hoy en dia no se no tendremos que volver a ello otra vez, un abrazo desde Reinosa Tejon.
ResponderEliminarPor cierto; si tengo dos tomas mas de Costa Quebrada aunque subire una mas adelante y la otra la subire en otro blog que estoy preparando pero tardare en hacerle publico.
Lo dicho; un abrazo amigo mio.
Por eso hay que recordarlo, amigo José,
ResponderEliminarUn abrazo.
Dificil equilibrio,Cris,
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues creo que los calculos están acertados, Xibeliuss.
ResponderEliminarUn abrazo.
La pelicula de Manuel Gutierrez Aragón, (nuestro paisano) "La vida que te espera", reflejaba muy bien el momento actual de los pasiegos.
ResponderEliminarEspero intrigado esa nueva foto y el blog nuevo.
Un abrazo,seva.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
EL TEJON
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS,
José
Ramón...
Gracias,Jose Ramón por visitar mi cueva.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Tejon.
ResponderEliminarCuando mi abuela me cuenta cosas del pueblo y de lo que tenían cuando se caso con mi abuelo....una vida dura la de la gente del campo,(y sin subvenciones).
Un abrazo.
Bien dicho,fosi, y sin subvenciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todas esas personas son enciclopedias vivientes, si te sientas un rato con ellas te pueden contar infinidad de recuerdos, anécdotas y vivencias de gente normal y sencilla.Espléndido patrimonio viviente que desaparece poco a poco en el abismo de la montaña.
ResponderEliminarCasi igual que la sociedad en la que vivimos ahora...
Muy buena Tejón tu entrada.
Un saludo.
No te falta razón, chalecú, nuestra sociedad actual parece que camina abocada al abismo pero hay que pensar que no todo está perdido, que no nos invada el pesimismo, vamos a ser optimistas aunque cabreados.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por pasar.
La dureza que marcó una época. Me quedo con lo positivo de ella. Gnetes que con esfuerzo lograban salir adelante. Dedicación a los hijos creándoles buenos hábitos y buenos principios.
ResponderEliminarHoy día no nos falta de nada y a fuerza de tener todo al alcance de la mano hemos desterrado mucho de los valores de antaño.
Un abrazo.
http://ventanadefoto.blogspot.com/
Las madres, las mujeres, que con su aportación callada, han sido las principales protagonistas de la superación, del trabajo y de la constancia para el desarrollo de las familias y por ende de nuestra sociedad. La madre de Sebio es un claro ejemplo. Un fuerte abrazo Tejón.
ResponderEliminarA los pies de esa madre. Y mas de uno está temiendo la vuelta de los que se fueron; ¿que les vamos a dar?.... si ya se fueron porque había poco.
ResponderEliminarVentana de foto, todo eso que estamos perdiendo costará mucho volver a recuperarlo.
ResponderEliminarSaludos.
Se lo han ganado a pulso esas mujeres,Marce, como bien dices en silencio, pacientemente, nunca será suficientemente reconocida y recompensada su labor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena pregunta,Logio, vienen tiempos difíciles, a ver como los capeamos.
ResponderEliminarSaludos.