Podemos mirar el cielo y ver agitarse las nubes,
podemos mirar el mar y ver,
convertirse la espuma en plata...
podemos mirar el mar y ver,
convertirse la espuma en plata...
...y nos perderemos la belleza y el espectaculo
que nos brinda el suelo.
que nos brinda el suelo.
Las dos imagenes tienen su merito, pero yo me quedo con tu mirada al Mar y el Cielo. Es preciosa!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Tejón.
Esta primavera nos está brindando unos cielos y unos atardeceres espectaculares, Jordi.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminar·.
Cualquier dirección a la que dirijamos nuestra mirada encierra una potencial belleza, a nuestro alcance. Solo será cuestión de entrenar esa mirada.
Las dos fotos son magníficas. El paisaje de la primera llena los aojos. Y la diminuta vida en nuestros pies nos permite disfrutar de otros mundos, minúsculos pero bellos.
Un abrazo TyT
.·
LMA · & · CR
Hay una explosión de vida bajo nuestros pies, conviene enseñarlo, no parece estar en fase de extinción el escarabajo de la nariz sangrante.
EliminarAbrazo.
Yo soy de las que no se quieren perder nada y por eso fijo la mirada por un espacio de tiempo en distintas direcciones. La belleza la podemos encontrar en diferentes sitios. Me fascina el mar pero no por eso hay que olvidar otros elementos de la Naturaleza de enorme belleza.
ResponderEliminarBesos
No debemos pasar sin mirar, Antonia.
EliminarUn beso.
Ese mar gris tambiene encanto, bueno el mar para mi, es una joya que se puede perder
ResponderEliminarun abrazo
Uno de esos días que se confunden los grises del mar y el cielo.
EliminarUn beso.
Ese suelo en particular da un verdadero placer para el paladar . Que buenas !!
ResponderEliminarBesitos :)
Muchas gracias por pasar, Nieves.
EliminarUn beso.
Pues tú no te has perdido ni el cielo ni el suelo, ni el bosque ni el mar. Afortunado...o será que te fijas en el mundo:)
ResponderEliminarMuchos besos
Procuro no perderme nada...y lo sabes...
EliminarBesos, Monica.
Cierto en muchas ocasiones no es el pino el que no nos deja ver el monte, es el monte el que no nos deja ver el pino.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí, Tomás, a veces miramos el dedo que señala y no vemos la luna.
EliminarSaludos.
A veces no sabe uno, en las caminatas por el monte, si mirar al cielo o al suelo. Depende de la orografía, de las piedras sueltas y de la conversación. Aunque bien es cierto que por mirar tanto al suelo que pisamos a veces nos perdemos el vavivén de las rmas de los árboles, los rayos entrando a través de las hojas y los picurutos de los montes allá a lo lejos.
ResponderEliminarUn saludo
Tantas cosas a la vez que algo seguro que nos perdemos, Carmen.
EliminarUn abrazo.
Es verdad, admiramos los paisajes espectaculares y nos perdemos la maravilla de lo diminuto. Un abrazo.
ResponderEliminarEs mejor centrarse en esos diminutos mundos, Valverde.
EliminarUn saludo.
Sin duda mirar al suelo resulta muy interesante, preciosa foto tejón. Un fuerte abrazo.
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