Totalmente de acuerdo. La foto me recuerda mucho el paisaje que se veía a través del ventanal del salón de una casa en la que estuve hará un par de años en Gibaja, junto a Ramales de la Victoria: un prado de un verdor exagerado con un par de caballos o mulos pastando tranquilamente, agitando de vez en cuando suavemente la cola para espantar las moscas. Era aquello enormemente relajante. Te podías tirar horas mirando la escena. Un saludo.
No es que vaya mejor, es que va a velocidad de avión hasta pegarse el batacazo, si no ponemos remedio y me temo, que no estamos por la labor. Lo malo es que nos vamos a llevar por delante a seres que no tienen culpa de nada, como esos tranquilos caballos pastando en su prado. Saludos
Las últimas noticias han hecho que te recuerde más de una vez, debido a los últimos incendios que se han registrado, por lo menos ya handado con el autor de los hechos , aunque esto ya no puede remediar los estragos causados.
Es muy acertado el texto de esa maravillosa imagen.
·. De hecho, no se conocen noticias de que los caballos caben estrellados... Además, rápido ¿para qué? La foto es soberbia. Has conseguido hacer brillar la hierba, con esa luminosidad. Abrazos T&T .·
Cuanta sabiduría se encierra en esa frase. Y que preciosas fotografías nos traes siempre de regalo. Pura belleza y poesía para los sentidos. Gracias por todo ello.
Tiene razón Alfonso con esa hierba que reluce, más en contraste con los árboles adormecidos por el invierno. Los pastos de vuestra tierra son capaces de convertir en hervíboro al más convencido de los carnívoros! jejeje Abrazos, amigo, es un placer tu vuelta
La paz y el sosiego del mundo del campo no lo cambiaría yo por el estrés de la ciudad. Quizá el equilibrio esté en un 80/20, es decir, vivir en el campo habitualmente y escaparse a la ciudad de vez en cuando para no estar apartado del mundo. Un saludo
... es evidente que no, solo hay que asomarse y mirar como va. Saludos.
ResponderEliminar...y sin prisas los caballos son mucho más felices.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Totalmente de acuerdo. La foto me recuerda mucho el paisaje que se veía a través del ventanal del salón de una casa en la que estuve hará un par de años en Gibaja, junto a Ramales de la Victoria: un prado de un verdor exagerado con un par de caballos o mulos pastando tranquilamente, agitando de vez en cuando suavemente la cola para espantar las moscas. Era aquello enormemente relajante. Te podías tirar horas mirando la escena.
ResponderEliminarUn saludo.
Describes muy bien el momento, Cayetano, ahora además se puede añadir el canto de los pájaros por las mañanas.
EliminarUn saludo.
No es que vaya mejor, es que va a velocidad de avión hasta pegarse el batacazo, si no ponemos remedio y me temo, que no estamos por la labor. Lo malo es que nos vamos a llevar por delante a seres que no tienen culpa de nada, como esos tranquilos caballos pastando en su prado.
ResponderEliminarSaludos
Ni empeñandonos, Pini, por encima de nosotros priman intereses más poderosos, y no se dan cuenta que navegamos en el mismo barco.
EliminarUn saludo.
No puedo estar más de acuerdo, me encanta el mensaje. La foto es fantástica, enhorabuena!!!
ResponderEliminarGracias, Germán.
EliminarUn abrazo.
Las últimas noticias han hecho que te recuerde más de una vez, debido a los últimos incendios que se han registrado, por lo menos ya handado con el autor de los hechos , aunque esto ya no puede remediar los estragos causados.
ResponderEliminarEs muy acertado el texto de esa maravillosa imagen.
Besos
Y esas tristes noticias siguen, Antonia, ayer diez incendios más provocados.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminar·.
De hecho, no se conocen noticias de que los caballos caben estrellados...
Además, rápido ¿para qué?
La foto es soberbia. Has conseguido hacer brillar la hierba, con esa luminosidad.
Abrazos T&T
.·
LMA · & · CR
Menos mal que brilla algo en un mundo cada día más ocuro.
EliminarUn abrazo.
Bueno, muy bueno. Un paisaje precioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, me alegro que te guste.
EliminarSaludos.
Cuanta sabiduría se encierra en esa frase. Y que preciosas fotografías nos traes siempre de regalo. Pura belleza y poesía para los sentidos.
ResponderEliminarGracias por todo ello.
Gracias a ti, Maripaz. con personas como tú da gusto compartir.
EliminarUn beso.
Tiene razón Alfonso con esa hierba que reluce, más en contraste con los árboles adormecidos por el invierno. Los pastos de vuestra tierra son capaces de convertir en hervíboro al más convencido de los carnívoros! jejeje
ResponderEliminarAbrazos, amigo, es un placer tu vuelta
Los pastos de nuestra tierra si no los quemaran serían doblemente hermosos, amigo.
EliminarUn abrazo.
Un pensamiento magnifico que refleja una realidad.
ResponderEliminarCon mas ganadería en el monte ayudarían a ser menos virulentos los incendios.
Saludos.
Una triste realidad, Tomás.
EliminarUn saludo y gracias por pasar.
En estas dos frases lo dices todo, nada que añadir.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias,Manuela.
EliminarUn saludo.
La foto, preciososa, y el mensaje, sabio
ResponderEliminarbesucos
Un beso, paisanuca.
EliminarGuaaau precioso.!!!
ResponderEliminarGracias, Trini.
EliminarY hermosa tejón!! Para apreciar tanta belleza hay que saber ir despacio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Despacio, Laura que hay muchos que pasan sin ver.
EliminarUn abrazo.
La paz y el sosiego del mundo del campo no lo cambiaría yo por el estrés de la ciudad. Quizá el equilibrio esté en un 80/20, es decir, vivir en el campo habitualmente y escaparse a la ciudad de vez en cuando para no estar apartado del mundo.
ResponderEliminarUn saludo
Un margen que a mí aún me parece bastante amplio,jejeje.
ResponderEliminar¿Y si lo dejamos en 90/20 ?.
Gracias,Carmen.
Un paisaje precioso, Tejón.
ResponderEliminarQue bonita foto tejón, transmite paz y alegría. Un enorme abrazo.
ResponderEliminar