Todos los días, el mismo camino y la misma cuesta. La vida es dura y con el paso de los años, se pierden las fuerzas pero todo su esfuerzo queda desapercibido para las personas que se cruzan en su camino...en vano podría esperar que le echaran una mano.
Lo suyo sí que es una procesión y un calvario; pobre mujer, y son tantas y tantas las personas que sufren a diario ese calvario, que nombrarlas a todas sería un rosario inacabable de procesiones.
Magnífica fotografía. Creo que daría un extraordinario blanco y negro. Prueba... Las verdaderas procesiones son las que cada uno de nosotros llevamos con nosotros mismos. Las hay,, o habrá, de distintas clases o cargas, pero son nuestras, y auténticas. Las otras... son espectáculo.
Nadie, nadie jaleará su paso, ni se llenaran los ojos de lágrimas de nadie,de emoción, o de lo que pudiera ser.. ni siquiera le darán una flor. Es su cuesta arriba particular, y a nadie le importa. La foto es magnífica, tejón, es una pasada, me la voy a guardar. Un beso enorme, y otro a Mila...hasta pronto;)
Ese día a día en el que nadie se fija... no habrá saetas ni tambores, ni tan siquiera un poco de agua para ese camino diario envuelto en sol, lluvia o lo que toque en el momento. Me encanta tu fotografía Jesús, mucho. Un gran saludo.
Me acompañaba un montón de gente en ese momento,Carlos, a nadie se le ocurrió disparar más que a mi y la he tenido guardada hasta que me he atrevido a publicarla. Me alegro que te guste. Un abrazo,amigo.
La suya es la procesión de los días. Y los pasos de los días a menudo pasan desapercibidos. Menos para los que los serpentean.
ResponderEliminarAbrazo.
Tanta buena gente que pasa desapercibida...
EliminarAbrazo.
Todos los días, el mismo camino y la misma cuesta. La vida es dura y con el paso de los años, se pierden las fuerzas pero todo su esfuerzo queda desapercibido para las personas que se cruzan en su camino...en vano podría esperar que le echaran una mano.
ResponderEliminarBesos
Gente acostumbrada a no esperar nada de nadie, Antonia.
EliminarAbrazo.
Una santa la señora.
ResponderEliminarSaludos!
Y luchadora.
EliminarSaludos.
Lo suyo sí que es una procesión y un calvario; pobre mujer, y son tantas y tantas las personas que sufren a diario ese calvario, que nombrarlas a todas sería un rosario inacabable de procesiones.
ResponderEliminarAbrazo Jesús.
Bien has captado el mensaje,Rafa.
EliminarUn saludo.
A grande e sofrida procissão do dia a dia de uma senhora trabalhadora e necessitada dos seus deveres... muito interessante este registro...
ResponderEliminarUm beijo
Y seguro que está dispuesta ella, a echar una mano a los demás,Teca.
EliminarUn abrazo.
Estas son las precesiones del día a día. La de la vida real. Cada uno lleva su penitencia toooodos los días sin tener que escuchar aplausos por ello.
ResponderEliminarMuy buena entrada, muy acertada.
Besitos !!
Gracias,Nieves, me alegra te guste la entrada, tu que tantas procesiones conocerás.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarMagnífica fotografía. Creo que daría un extraordinario blanco y negro. Prueba...
Las verdaderas procesiones son las que cada uno de nosotros llevamos con nosotros mismos. Las hay,, o habrá, de distintas clases o cargas, pero son nuestras, y auténticas.
Las otras... son espectáculo.
Un abrazo tYt
· LMA · & · CR ·
Lo intenté, maestro, pero me gustaba más así.
EliminarNo me van las otras procesiones, y lo sabes.
Un abrazo.
Si esa subida para la buena señora mas que la subida al Calvario es un calvario de subida, magnifica foto.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias,Tomás por pasar y comentar.
EliminarUn saludo.
Aproveito para deixar um abraço caloroso pelo seu aniversário. Saúde e paz...
ResponderEliminarObrigado.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarChelo, no se que pasó con tu comentario.
EliminarPerdoname.
Un saludo.
Nada que perdonar, lo eliminé yo (iba a corregir algo y al final quedó pendiente...
EliminarUna procesión diaria, sin reconocimiento ni saetas, velones ni acompañamiento. Para ella el esfuerzo es íntimo y personal.
ResponderEliminarUn saludo
Esfuerzo físico y mental, Carmen el que hace falta para poder llevar esa procesión diaria.
EliminarUn abrazo.
Nadie, nadie jaleará su paso, ni se llenaran los ojos de lágrimas de nadie,de emoción, o de lo que pudiera ser.. ni siquiera le darán una flor. Es su cuesta arriba particular, y a nadie le importa.
ResponderEliminarLa foto es magnífica, tejón, es una pasada, me la voy a guardar.
Un beso enorme, y otro a Mila...hasta pronto;)
Me alegro que te guste y que la guardes, Moni.
EliminarUn abrazo.
Una imagen muy oportuna. No sólo procesión, sino también sacrificio y sufrimiento.
ResponderEliminarUn ab raro.
Se presentó esa oportunidad y dudé en disparar, no me atrevo yo mucho con robar esos instantes.
EliminarGracias por comentar.
Un abrazo.
Ese día a día en el que nadie se fija... no habrá saetas ni tambores, ni tan siquiera un poco de agua para ese camino diario envuelto en sol, lluvia o lo que toque en el momento. Me encanta tu fotografía Jesús, mucho. Un gran saludo.
ResponderEliminarMe acompañaba un montón de gente en ese momento,Carlos, a nadie se le ocurrió disparar más que a mi y la he tenido guardada hasta que me he atrevido a publicarla. Me alegro que te guste.
ResponderEliminarUn abrazo,amigo.