27/4/17

SUBIDA AL PICO CANDINA

Esta ruta no es nueva, ya la he traído  otra vez a la cueva y sé que alguno, "allende los mares". se va a alegrar de ver la tierruca de sus orígenes.

Este año los senderos parecen heridos, arañazos causados por los incendios provocados el pasado otoño que poco a poco parece que se van cicatrizando.

Creo que habrá pocos lugares donde en una ruta de tan corto recorrido, unos nueve kilómetros, se pueda disfrutar tanto de la montaña como del mar.
La idea de hacer esta ruta una vez más era despejar un poco la mente y recuperar el estado de ánimo tras unos tristes días.

Para ello lié con mis artes de seducción (promesa incluida de llevar una suculenta tortilla) a mi hermano y a mi cuñado, que aunque en un principio dijeron que si un tanto entusiasmados, creo que por la noche rezaron para que amaneciera nublado y lloviendo.

Pero no se les arregló la cosa y el día amaneció con calor y un poco nublado.
La ruta como ya dije no es de gran dificultad pues apenas son 546 metros de altitud sobre el nivel del mar los que se han de superar.

 Por el camino te puedes encontrar con magníficos ejemplares de ancianas encinas que sorprende ver cómo se desarrollan entre la piedra caliza y que afortunadamente se libraron de las llamas, y vestigios de lo que fueron unas antiguas minas.
Llegados a este punto y a pesar de lo empinado de la cuesta aquí ya parecen un poco más animados mis compis, y posan gustosamente para la foto pues ni se imaginaban lo que se iban a encontrar.
El Mar Cantábrico calmado a sus pies, con unos acantilados que nada tienen que envidiar a los de otros países más al norte y adonde todo el mundo quiere ir desconociendo lo que tenemos al lado de casa.
Desde las alturas brillan las dunas de la Playa de La arena y emerge del agua la Punta de Sonabia, más conocida por "Punta de la Ballena".
Llegados a este punto, lo empinado de la cuesta hace alguno refunfuñe por lo bajini...
...pero va bien escoltado...
...y pronto verá que el esfuerzo será recompensado...
...con las maravillosas vistas que nos esperan en la cima.

El Monte Buciero, Santoña, Laredo, Liendo y la Playa de San Julián a nuestro pies.
La tortilla curó todos los males y mientras echamos la vista atrás para ver como nos observan "Los ojos del Diablo"escucho decir:

"Ya verémos como haces tu esto cuando tengas diez años más encima".

Lo dice mi hermano que está echo un chaval.

El otro, mi "cuñao", el de Caloca no dice ni "mu". Para él esto es como dar un paseo por el Sardinero.

Y sé de alguno que se va a enfadar por no haberle avisado.

18/4/17

MIRUELLOS UN AÑO MÁS

Estabais muy equivocados si pensasteis que este año no anidaban los miruellos en la cueva.

Aquí están y bien hermosos, ¡ahora!, la lata que me han "dao".

Horas he pasado en este "observatorio trípode" que monté debajo de la encina para ver los ires y venires de la pareja de miruellos adultos entrando y saliendo de entre los zarzales cada vez por un lugar distinto para no delatar donde habían hecho el nido.
Con bocados tan suculentos no es de extrañar que se críen tan hermosos.

Esta entrada se la dedico a Samuel, un mozuco de un año con el que me cruzo todos los días al cuidado de su abuela Tere.
Es decirle:

 ¿Donde están lo pajarines?

Y al momento eleva la mirada y señala con el deduco a los árboles.

Cuando le he enseñado las fotos en la cámara la expresión de su cara se ha transformado en un alegre emoticono y los ojos le hacían chiribitas.


14/4/17

LA PROCESIÓN

La suya no es una procesión triunfal.

Llueva o haga sol ha de hacerla todos los días.

Nadie jaleará su paso desde balcones engalanados.

1/4/17

SOMOS PERMEABLES

No somos tan impermeables, aunque lo intentemos.

Los sentimientos están ahí, afloran a poco que nos pellizquemos.

Solo es necesario bajar la guardia y aceptar los besos, los abrazos,

 las lágrimas y los apretones de manos más sinceros.