Más salvajes cada año, los temporales de los últimos inviernos se han llevado la lengua de arena que las unía, hoy solo se puede acceder a ellas trepando y destrepando por los acantilados si la mar está buena y no rompen las olas contra las rocas.
Si consigues llegar al triángulo del fondo te sentirás un Robinson explorando las cuevas de la Isla del Castro acompañado solo por las gaviotas que hacen noche en sus doradas arenas y se bañan en aguas cristalinas.
Cuando regresaba me encontré a medio camino una pareja joven que intentaba acercarse y desanimados me preguntaron si faltaba mucho para llegar.
Iban pertrechados de una minúscula sombrilla, la cinta para llevarla colgada se les había roto y estaban a punto de abandonarla en las rocas, me ofrecí a dejársela en el punto de partida para que la recogieran a la vuelta, después de animarles a que llegaran al final, asegurándoles que no les iba a defraudar.
Me dijeron que eran de Soria y que veraneban en Cádiz todos los años pero que habían visto por Internet estas playas y no pudieron resistir la tentación de venir a Cantabria este verano a conocerlas.
Les recomendé alguna más con la condición de que no dieran mucha publicidad, ya se encarga la prensa de hacerlo, tanto que ayer no encontré donde aparcar en una que divulgaron en el Diario Montañés esta semana y estaba petada, a las doce del mediodía tuvimos que darnos la vuelta.
No es mal sitio este para perderse un par de días.
ResponderEliminarUn saludo.
Esas playas son un paraíso, hasta que el turismo masivo acabe con su esplendor.Esperemos que continúen muchos, muchos, pero que muchos años en ese estado.
ResponderEliminarSaludos
Una maravilla para perderse, excepto en julio y agosto. Este trocito de costa cántabra, sin duda, es un tesoro a conservar.
ResponderEliminarSaludos y feliz verano Jesús.
Es cierto, no hay que dar tres cuartos al pregonero porque luego se llenan hasta los topes y para ejemplo ejemplar, Las Catedrales en Lugo y no es la única, no, que por Pontevedra había alguna que la conocían dos lugareños y yo porque me encanta saltar de piedra en piedra y el año pasado incluso habían habilitado acceso para coches así que estaba hasta los topes.
ResponderEliminarEl lugar es precioso. Tengo que volver por ahí, que tengo que enseñarle a mi retoña los lugares de donde era su madre.
Salu2
Que buenos recuerdos!!! ... y que ganas de volver a esa preciosa costa.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin querer hacer publicidad, la acabas de hacer...estas imágenes son un reclamo para querer ir ahí a contemplarla....no temas de que te robe espacio, las vacaciones ya las tengo programadas desde hace tiempo.
ResponderEliminarBesos
Que rinconcitos más guapos, me encantan. Un abrazo desde Castro.
ResponderEliminarComienza a pasar, lugares pocos frecuentados empiezan a ser escandalosamente pisados y no lo digo porque quiera que sean solo míos, lo digo porque su belleza es tan vulnerable, ves cantidades ingentes de gente pisoteando lugares espectaculares y robándole piedras a la mar. Me encantan tus fotografías. Saludos.
ResponderEliminarQue paraísos Jesús...
ResponderEliminarCreo que es uno de los pocos lujos que la vida nos regala a los mortales. Lujazo.
Concretamente, creo además que pertenecemos a un grupo de generaciones muy privilegiadas, que serán de las últimas que conozcan así el planeta.
En serio lo digo, y sin ser catastrofista. Estos paisajes se acaban, y no hay que se ningún lince, ni un iluminado, para darse cuenta.
Un abrazo, y otro al paraíso....
Menudos rincones nos enseñas en este blog. Fotos espectaculares como siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hacer de Cicerone es una labor muy agradable que la gente agradecerá, y al final, esa sensacion se la llevarán como recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo. Y gracIAS, como de costumbre por descubirnos parajes maravillosos de Cantabria.
Comprendo que dejaran un año Cádiz para estar en ese paraiso, yo soy una emamorada de Cádiz, no puede pasar un año sin pisar su arena y bañarme en su mar, pero la tentación es GRANDE porque el lugar es idílito, y nada de masificaciónes extremas como aquí en el sur.
ResponderEliminarBesitos Jesús
Guapas calas. Lo de las playas "salvajes" es lo que tienen. Que enseguida dejan de serlo. Yo solía ir a una de Llanes, pero este año casi no tuvimos donde dejar el coche. en cambio acabamos de vovler de pasar unos días por Tapia de Casariego y allí, aún te encuentras calas preciosas donde puedas estar solo, o casi.
ResponderEliminarUn saludo
Agua cristalina y pura, acantilados de ensueño, naturaleza en estado puro. ¿Cómo no iban querer viajar a Cantabria para ver esa maravilla? Cualquiera en su sano juicio lo haría.
ResponderEliminarUn saludo
Boa tarde, excelentes fotos das lindas praias selvagens longe dos grupos económicos hoteleiros, que se mantenham assim e sejam consideradas reservas naturais.
ResponderEliminarAG
Um paraíso para se perder... longe do barulho, da confusão das pessoas... tão perto do mundo natural... encantada com as fotos...
ResponderEliminarBeijo.
Siempre que vamos al mar, buscamos estar lo más tranquilo para estar a gusto y poder disfrutar con él.
ResponderEliminarAhora lo traigo reciente en la retina ;)
Besos.
Jesus el norte tiene muy mala prensa, pero si lo conocen.
ResponderEliminarPero el que va una vez, siempre repite, en general es bastante mas caro todo, pero como dicen, pez gordo, y que pese poco, no hay.
Mas explicion tomando un cafe,
Nos vemos, un abrazo