6/4/14

PICO PIENZU

Ya hace un tiempo que aprendí de un buen maestro el proverbio persa que dice:"La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de fruto muy dulce".

Tras años de paciencia por fin pude hacer realidad conocer  la Sierra del Sueve, un macizo calcáreo muy próximo al mar Cantábrico en la cercana Asturias, y todas sus singularidades.

Salimos  acompañados por unos buenos amigos del club de senderismo "La Huella" de Colunga.

Nos conducen por el hayedo de La Biescona, un entorno de gran belleza con todos los verdes imaginables y donde los rayos de sol tratan de colarse entre los árboles.
En una de sus revueltas, al lado del sendero encontramos un jabalí  y fue el suceso triste del día pues el pobre animal, al que pintan tan fiero cuando está herido, se sintió acorralado y hacía enormes esfuerzos  tratando de esconderse bajo la hojarasca.

Se desató entre todos la eterna polémica entre partidarios y enemigos de la caza, yo me manifiesto contrario a ella y expongo mis argumentos pero no soy amigo de entrar en discusiones que a nada conducen cuando no hay forma de acercar posturas, vale más serenar los ánimos  continuar la marcha y pienso en buscar la defensa civilizada que de la caza hacía Miguel Delibes y que os dejo al final de la entrada.
Nunca vieron estas brañas una invasión tan colorida y se sorprendían otros senderistas que pasaban al ver un catering tan concurrido y tan bien surtido.
Estamos en los dominios del caballo asturcon, una raza propia de estas montañas que se  está tratando de reintroducir en las comunidades próximas donde ha quedado extinguida, quizás alguien podría decirnos si los de la foto pertenecen a tal raza pues una de las características más singulares de los asturcones es que son de pelo oscuro y negro y tienen una estrella de pelo blanco en la frente.
 La luz del día no permite hacer buenas fotos de todas las montañas que vemos  alrededor, el objetivo está delante, subiendo una cuesta bastante pindia, el Pico Pienzo espera nuestra llegada jadeante.
Su cima a 1161 metros está cada vez más cerca bajo un espectacular cielo azul...
...que se prolonga más allá de las montañas y se confunde con el azul del Cantábrico.
Unas vistas extraordinarias en este despejado día que permite que luzca más aún si puede, otra de las singularidades de esta  Sierra del Sueve. Sus 8.000 ejemplares hacen que esta tejeda sea una de las más numerosas del continente europeo.
Es una lástima que estos centenarios árboles no se rejuvenezcan  pues su entorno no está protegido del pasto de los animales que impiden brotes nuevos.

Dejamos atrás la cumbre del Pienzu antes de introducirnos entre la sombra de los tejos...
...y al pie de uno de ellos, muy viejo, dejamos transplantado este ejemplar acarreado a mi espalda, sacado de un retoño de la cántabra Braña de los Tejos, como símbolo de hermanamiento, buscando más lo que nos une que lo que separa a cántabros y asturianos, dejando para los fanáticos del fútbol,(Racinguistas y Ovetenses) que se lían a manporros donde quiera que se encuentran ofreciendo vergonzosos espectáculos.
Y volviendo al principio de la entrada, aquí dejo para muestra de lo que dicen de las raíces amargas que afloran en la tierra y se agarran con un tremendo afán de supervivencia a las piedras...
...y alimentan los dulces y comestibles  frutos rojos, única parte del árbol que a pesar de la creencia general no es venenosa de este árbol venerado por nuestros ancestros.
Acabamos la ruta en Gobiendes y marchamos llevándonos buenos  recuerdos de Colunga y sus gentes, su paisaje, sus playas, los manzanos, los helados y hacemos votos para volvernos a encontrar en las montañas.

¿Qué puedo yo decir sobre la caza que no haya dicho antes? En estas circunstancias, uno acaba, como casi siempre, agarrándose al famoso prólogo del maestro, repitiendo aquello de que la caza torna paleolítico al hombre civilizado y le procura unas vacaciones de humanidad. Porque esto que el señor Ortega dijo hace exactamente cuarenta años, cuando aún el corsé de la civilización no nos oprimía tanto, se va acreditando a cada año que pasa. Ahora bien, siendo esto verdad, ¿es toda la verdad? Al salir al campo cada domingo, ¿procuramos solamente sentirnos paleolíticos por unas horas? Yo creo que a esto habría que añadir un matiz sustancial. El hombre-cazador o el hombre-pescador, que tanto monta, sale al campo, no sólo a darse un baño de primitivismo, sino también a competir, a comprobar si sus reflejos, sus músculos y sus nervios están a punto, y para ello, nada como cotejarlos con los reflejos, los músculos y los nervios de animales tan difidentes y escurridizos como pueden serlo una trucha o una perdiz. Tenemos, pues, que en la caza subyace un sentimiento de confrontación, de duelo, que tiende en definitiva a demostrarnos si nuestra inteligencia y nuestra resistencia física son capaces todavía de imponerse al instinto defensivo, la rapidez y la astucia, de una perdiz o un conejo. Esta competencia implícita exige una lealtad, una ética. El hombre-cazador debe esforzarse, por ejemplo, porque este duelo se aproxime al rigor que presidía los torneos medievales: armas iguales, condiciones iguales. Por sabido, la perdiz no podrá disparar sobre nosotros, pero nosotros quebraremos el equilibrio de fuerzas, incurriremos en deslealtad o alevosía, si nos aprovechamos de sus exigencias fisiológicas (celo, sed, hambre), de sofisticados adelantos técnicos (transmisores, reclamos magnetofónicos, escopetas repetidoras), o de ciertos métodos de acoso (batidas, manos encontradas) para debilitarla y abatirla más fácilmente. De aquí que yo no considere caza, sino tiro, al ojeo de perdiz y recuse la caza del urogallo -mientras canta a la amada, a calzón quieto-, por considerarlo un asesinato. En una palabra, para mí, la caza exige un desgaste, una cuota de energía -cada cazador debe elaborarse por sí mismo su propia suerte- y un respeto por el adversario, lo que equivale a decir que el éxito de una cacería no depende del morral más o menos abultado conseguido al final de la jornada, sino del hecho de que nuestros planteamientos tácticos y estratégicos hayan sido acertados y al menos en alguna ocasión hayamos logrado imponerlos a la difideñcia instintiva de la pieza. Entendida la caza de este modo, una jornada de dos perdices, bien trabajadas, limpiamente abatidas, puede ser más gratificadora que otra de dos docenas con todos los pronunciamientos favorables. No es, pues, la cantidad, sino la dosificación de nuestro esfuerzo y el acierto de nuestras intuiciones, lo que determina el éxito o el fracaso de una cacería; nuestro grado de satisfacción, en suma.

 De lo antedicho se deduce que la caza-caza, la caza al salto o en mano, tal como yo la. practico, constituye un auténtico ejercicio deportivo. Hay, sin embargo, quien no repara en sutilezas y considera que la caza, en cualquiera de sus manifestaciones, es un esparcimiento cruel. Nos llevaría demasiado tiempo discutir este extremo, mas si admitimos que el hombre es un animal carnívoro y que para mí no es lícita la caza de un animal gastronómicamente inútil, convendremos que la muerte de una perdiz de una perdigonada no es objetivamente más cruel que cualquiera de los métodos que habitualmente se emplean para el sacrificio de las aves de corral. No deja de ser chocante que, a medida que en la sociedad actual se endurece la postura del hombre contra el hombre -las recientes y horribles matanzas de Beirut y la tibia reacción del mundo así lo acreditan- se extiende un hipócrita franciscanismo que contrasta con aquellas actitudes. En Alemania me contaban que uno de los guardianes del campo de exterminio de Dachau, lloró el día que se le murió un canario.

MIGUEL DELIBES.

Si hay que volver al primitivismo entenderé la defensa que hace Delibes de la caza, pero mientras tanto prefiero disentir de tan buenos argumentos y manifestarme en contra de ella y más si es de la forma en que se están abatiendo lobos y otras especies.

24 comentarios:

  1. ¿El jabalí estaba herido? porque suelen tener un genio curioso. La excursión estaba poblada ¿verdad? qué reguero de gente. Ahora queda que volváis para comprobar que el tejo se aferra al suelo y crece sano.
    Salu2

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  2. Me suena ese proverbio... y mucho !!
    Me alegro que al final hayas podido hacer esta ruta... muy bien acompañado, por cierto.
    Yo también había oído que los jabalíes heridos eran peligrosos pero ya se sabe, no siempre es cierto todo lo que se dice o no sucede en todo momento.
    me uno a ti, Tejón, en la no caza.

    Un abrazo

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  3. Me ha encantado esa marcha. Me encantaría hacerla, que por esa zona voy poco.
    Te podrías haber llevado un tejo de los míos... para hermanar más todavía.
    Te dejo el pie de mis correos. A algunos os sonará mucho.

    La paciencia es amarga mas sus frutos son dulces
    Patience is bitter, but its fruit is sweet .
    忍耐是痛苦的,但它的果实是甜蜜的
    (Jean Jacques Rousseau)

    · Un abrazo... o dos

    · CR · & · LMA ·


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  4. Eso si es deporte sano....un saludo desde Almería.....)))
    http://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/

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  5. Buena ruta aunque algo concurrida para mi gusto y bonitas fotos de los tejos.
    De la caza habría mucho que hablar.
    Un abrazo.

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  6. Me alegro que, por fin, pudieras conocer esa sierra, y emcima con buen día, ya que es muy agradecida. Además has podido ver, de un solo viaje, gran parte de lo más representativo de ella, la Biescona, su máxima altitud y el Tejedal. Pero vas a tener que volver para ver su gamos y sobre todo, sus asturcones, ya que, no, no son asturcones los de la foto. Los asturcones son pequeños, de pecho ancho, hasta cierto punto barrigones y con el pelo pardo oscuro o negro. A medidos de agosto se celebra la Fiesta del Asturcón en la majada de Espineres, otro sitio, junto con la del Potril, que tendrías que conocer en esa sierra. Es una fiesta guapa, que merece la pena conocer. Se recogen los potros nacidos en el año, hasta ese momento totalmente salvajes, para marcarlos y se hacen concursos de doma y monta. Lo dicho, me alegro que lo disfrutaras.
    Un saludo

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  7. Conozco a cazadores que son grandes amantes (y defensores)de la naturaleza y algunos de los argumentos de Delibes pueden tener una base muy firme, pero... no. Por ejemplo,en los torneos medievales los dos contrincantes acudían voluntariamente al combate y eso en la caza no es así. ¿Invadimos un territorio que ni siquiera es enemigo para probar nuestros reflejos contra sus habitantes?
    Pero no quiero entrar más.
    La ruta, preciosa. Apuntada queda: ¡8000 tejos! Eso hay que verlo.
    Abrazos, Tejón

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  8. Que hermosa fotografìa, mejor comentario y relato. Que lindo ascenso y que familiaridad con el entorno ustedes, las personas que cuidan y aman la Naturaleza. FELICITACIONES !!!

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  9. Yo creo que si, que son asturcones. Estoy rodeada de cazadores... y me encanta el chorizo de jabalí pero no me gusta la caza. Se caza aquello que nos vayamos a comer y sólo porque nos lo vamos a comer. Por deporte la verdad, no lo veo... pero son contradicciones porque sin ser especialmente taurina ni haber ido nunca a ver una corrida de toros siempre me dan ganas de gritar olé cuando veo algún banderillero hacer sus salvajadas, que son salvajadas... pero jod... impresionan. Es complejo

    Me apunto la ruta. No la haré, seguro, pero me la apunto :)

    La entrada de hoy es muuuuuuuuuy bonita, Tejón, pero quiero esos patos.

    Besos

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  10. Uno de esos paseos que no olvidaré.
    Espectaculares paisajes, esos árboles, esos horizontes... lástima lo del pobre jabalí.

    Me ha encantado el escrito final, y estoy totalmente de acuerdo contigo en tu último apunte.

    Mil besos amigo!!!

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  11. Que paseo más agradable, me ha encantado lo del tejo. El jabalí ¿estaba herido? dicen que son muy peligrosos, heridos.

    Hay cosas en las que no me puedo quedar en el medio. Yo, una cazadora de estirpe y pedidrí...me remito a la Eva Africana, je je... estoy completamente en contra de la caza con fines lúdicos. Es una completa hipocresía todo eso. Pero es mi opinión de mortal (antitaurina hasta el final también, aunque me guste Sabina:)

    Un abrazo montañés :))

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  12. Otra jornada más de andanzas por maravillosos parajes, como nos muestras en las fotos.
    Saludos

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  13. Espectaculares las fotos de los arboles. Me encantan ver como se retuercen y se agarran a las piedras.
    saludos

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  14. Me encantan tus marchas Jesus, nos las recreas paso a paso y nos dejas estas bellezas...
    No me gusta la caza y no creo que matar por gusto sea un deporte.
    Buen fin de semana.
    Un beso.

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  15. Ficaria encantada de me juntar numa caminhada tão preciosa e de tão profunda beleza. Bravo, bravo!

    Beijo.

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  16. Preciosos paisajes, y suerte el día tan espléndido que tuvisteis.
    Como dice Cienfuegos, esos caballos no son asturcones. El asturcón se parece y mucho al Losino, que es de la misma familia.
    Un abrazo,

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  17. Hola Jesus, como te comentaba Javi antes, me alegro que pudieses hacer esta visita. Los caballos, no son Asturcones, si visitas alguna de mis entradas en El Sueve, podrás verlos, siempre fotografío alguno, y gamos, que te faltaron los gamos. En cuanto a los xavalinos...siempre que me encontré con ellos, perdíen el culo corriendo en cuanto me veíen. En cuanto a lo peligroso...yo siempre digo que si por un camín vien corriendo un xavalin, hay que apartase, pero si bien un vaca tambien, porque si no...apártate ella. Hace dos años, en tiempo de la berrea, en un camín del monte toparonse unos vecinos del pueblu, un paisano y un chaval, con un venau (ciervo) y como decimos en Casu...volo a ellos. El paisano pudo escapar corriendo, menos mal que pudo pedir ayuda, pero al mas joven dioy tal paliza el venau que acabo en el hospital...casi lu mata. Con esto quiero decir que son animales y tanto si son salvajes como domésticos hay siempre que tener un poco de precaución. Yo siempre llevo galletes o cachinos de pan cuando voy al monte, llamo a los animales a la mano y unos danse y otros no. Como nos ocurre a nosotros, no siempre estamos del mismu humor y cada uno tien su personalidad. Un abrazu.

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  18. Siempre que veo tus paisajes, me dan ganas de salir corriendo y marcharme para allá. Y conocer esos pastos y esos montes pero estoy lejos y es imposible, por ahora. Algún día quizá podrán soñar mis ojos viendo los verdes que los vuestros ven. Algún día, quizá no solo los soñaré. De la caza: nada de nada. Paseemos, soñemos. Toquemos. Vivamos.

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  19. Esta ruta me interesa hacerla, es un recorrido muy ameno, me han gustado las fotos.
    Pobre jabalí el estrés que le debisteis ocasionar...

    Un abrazo.

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  20. Unos de mis hijos, se ha apuntado a un grupo que hacen senderismo y me cuenta maravillas, de los recorridos que hacen.
    Yo a mi vez le he mostrado tu blog y se ha quedado maravillado de lo que hacéis.

    manolo

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  21. Como hace tiempo que no salgo a andar por problemas de espalda, de vez en cuando paso por tu casa para ver las rutas, y así recordar las mías y es como si las reviviera otra vez. Es un gustazo respirar por aquí.
    Abrazos.

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  22. La excusión se vio empañada un poco por el sufrimiento del pobre jabalí, herido y abandonado a su suerte en el monte. A mí me imponen mucho estos animales, pero más lo hacen los de dos piernas con escopetas y fusiles que pueden errar el tiro y matarte por menos del canto de un duro. Los métodos que algunos cazadores tienen para atrapar a los animales son espúreos, tales como trampas o reclamos. Así cualquiera puede llegar al objetivo.
    Fuera de polémicas, me encantan esos montes verdes que acaban en el azxul inmenso del inmenso mar.
    Un saludo

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  23. El reportaje fotográfico simplemente expectacular. Soy de Barcelona pero he recorrido las montañas de Cantabria y Asturias.
    Me alegro que te encanten los tejos. A mi también. He visto en el bloc en publicaciones anteriores que has utilizado hormonas de enraizamiento.

    ¿Que marca? A mi no me han dado resultado en ningún tipo de arbol, han enraizado por otros sitios y con dificultad. Me gustaria saber si has

    efectuado injertos en tejo, de qué tipo y que resultados has obtenido. Si es así, enviame información

    detallada sobre la técnica a rivasa1957@gmail.com
    Un saludo

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