9/2/13

LOS RAQUEROS

 Son descarados,atrevidos, nunca tienen frío, se bañan todos los días en la bahía santanderina, aprovechan hasta los últimos rayos del sol y son los más fotografiados.
José María de Pereda dedicó al raquero una de sus Escenas Montañesas.

El raquero de pura raza nace, precisamente, en la calle Alta o en la de la Mar. Su vida es tan escasa de interés como la de cualquier otro ser, hasta que sabe correr como una ardilla: entonces deja al materno hogar por el Muelle de las Naos, y el nombre de pila por el gráfico mote con que le confirman sus compañeros; mote que, fundado en algún hecho culminante de su vida, tiene que adoptar a puñetazos, si a lógicos argumentos se resisten. Lo mismo hicieron sus padres y los vecinos de sus padres. En aquellos barrios todos son paganos, a juzgar por los santos de sus nombres.

- II -
Cafetera, para servir a ustedes, era el de mi personaje.
Cafetera, en el diccionario callealtero, es sinónimo de borrachera, una de las cuales tomó aquél, cuando apenas sabía andar, a caballo sobre una pipa de aguardiente, de cuyas entrañas extrajo el líquido con una paja.
Cafetera nació en la calle Alta, del legítimo matrimonio del tío Magano y de la tía Carpa, pescador el uno y sardinera la otra. Ya ustedes ven que, para raquero, no podía tener más blasonada ejecutoria.
Su infancia rodó tranquila por todos los escalones, portales y basureros de la vecindad.
No hay contusión, descalabro ni tizne que su cuerpo no conociera prácticamente; pero jamás en él hicieron mella el sarampión, la alfombrilla, la gripe, la escarlata ni cuantas plagas afligen a la culta infantil humanidad. Solamente la sarna y las viruelas pudieron vencer aquel pellejo; con la primera perdió la mitad de los cabellos; con las segundas ganó los innúmeros relieves de su cara.
Pero así y todo, le querían en su casa; tanto, que no había cumplido cuatro años cuando la tía Carpa le metió, de medio cuerpo abajo, en una pernera de los calzones viejos de su padre, dádiva que, añadida a vieja camisa que, también de desecho, le regaló su padrino el tío Rebenque, llegó a formar un traje de lo más vistoso, y a ser la envidia de sus pequeños camaradas, condenados a arrastrar su desnuda piel por los suelos, mientras su industria no les proporcionase más lujosa vestimenta.
Siete años contaría, cuando su madre, conociendo por la chispa de que ya se hizo mención y por proezas análogas, que era apto para las fatigas del mundo, comenzó a darle los tres mendrugos diarios de pan envueltos en soplamocos y puntapiés. Cafetera, que no era lerdo, comprendió al punto hasta dónde alcanzaba su privanza y lo que podía esperar de sus dioses lares; y como, por otra parte, sus libérrimos instintos se le habían revelado diferentes veces hablando con sus compañeros sobre la vida raqueril, se decidió por el arte en el cual hizo su estreno pocos meses después del último mendrugo, que le aplastó la nariz para nunca más enderezársele.


Podéis seguir leyendo aquí, no os defraudara.

21 comentarios:

  1. No se con seguridad, pero junto a tu bonito texto Tejón creo que dentro de la capital Cántabra estas serán una de las figuras mas fotografiadas con multitud de encuadres y composiciones, un abrazo paisano.

    ResponderEliminar
  2. No he visto esta figuras en el Paseo de Pereda, cuando estuve en Santander.

    Son quizás, el Cafetera, el Pipa y el otro que no me acuerdo.
    Tendré cuidado con el reloj si vuelvo por aquellos lugares.

    Son muy Buenas las Fotos. Saludos manolo

    ResponderEliminar
  3. Me parecem muito interessantes...

    Beijos.

    ResponderEliminar
  4. ¡Vaya luz has cogido, Tejón!
    Gran texto el que nos traes: Tres párrafos y conoces al personaje como si fuese tu vecino.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Estuve varias veces en Santander y no las he visto. Me encanta tu texto y las imagenes muy bonitas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Uf! Que cosas mas interesantes nos cuentas hoy, ahora seguiré leyendo en el enlace que nos dejas.

    Las fotos son espectaculares, y esas figuras son geniales y muy originales.

    Besos :)

    ResponderEliminar
  7. Yo llego a ver esa puesta de sol y me muero de miedo pensando que no piensa volver más y por eso se pone tan precioso...

    Anda que no tienes arte...

    Un beso

    ResponderEliminar
  8. Interesante historia la de Cafetera. Cuando estuve en Santander vi las figuras y me interesó lo que representaban.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Me gusta esa puesta de sol sobre la mar y los raquerillos.
    Salu2

    ResponderEliminar
  10. me gustaron mucho estas esculturas cuando las vi. tu has puesto un texto que queda todo perfectamente explicado y de las fotos ... decirte que las has bordado y que ese espacio que le dejas al sol para que asome la nariz es una belleza,

    Un gran abrazo

    ResponderEliminar
  11. Las fotografías son preciosas y el texto muy ameno.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  12. Ya te lo decía yo Tejón, que me estaba perdiendo grandes cosas con no conocer Santander (al ladito lo tengo) y esto que nos traes hoy alimenta mis ganas de ir... e iré. ¿Que tal por el Cuera? Yo tuve cerca y lo tenía a la vista (me acordé mucho de tí) y sobre la una o así lo vi cubrirse a malo tirando a peor... saludo y buena semana.

    ResponderEliminar

  13. Archiconocidos personajes de Puertochico, cuando lo barcos atracaban a sus pies. Hoy no hay rackers, afortunadamente, pero tu nos los traes de nuevo conn un par de estupendas fotos y un texto ilustrativo.
    Guarda esas fotos, en menos de un años esa skyline será diferente.

    · un abrazo

    · CR · & · LMA ·


    ResponderEliminar
  14. Las fotos de una gran belleza...Y el relato de José María todo un homenaje a la honradez, pericia y heroísmo de esos como bien dice valientes marineros!!
    Preciosa entrada Jesús.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  15. Recuerdo haber estado en una plácida tarde de verano en el puerto junto a las estatuas de estos rapaces, sin saber su historia. ¡Ay si la hubiera leído antes! Me parecieron simpáticos entonces, pero ahora hubiera sabido apreciarles aún más.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  16. Ya me hubiera gustado conocerte cuando estuve en Santander, no me habría venido sin saber de los raqueros, que por cierto me parecieron unas esculturas muy buenas, ahora en todas las ciudades hay representación de las tradiciones y costumbres...

    Magnificas fotos, amigo.
    Besicos

    ResponderEliminar
  17. Yo sería incapaz de meterme en invierno en el mar.

    Besos.

    http://ventanadefoto.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  18. Siempre me ha encantado la historia de los Raqueros de la bahía de Santander. Tengo una reproducción de una fotografía de 1890, que es creo la mítica foto de donde se inspiró el artista para hacer las esculturas de bronce. Precioso Tejón. Un abrazo :)

    ResponderEliminar
  19. Me gustan los rackers, y me gusta rapear por la costa, solo tú podías hacer esta entrada y claro mi gran amigo Don Jose Maria, no podia faltar, jjj. Te reitero el consejo de Ñoco, guarda las fotos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  20. la plabra no me gusta (rackers) pero no importa, claro.
    El escultor ha traducido a Pereda tan bien!!

    ResponderEliminar
  21. Muy guapas. Yo tengo alguna foto parecida en mi blog. Desde luego no puede faltar en los archivos de un Cantabro de pro. un abrazo.

    ResponderEliminar