Segundo intento. El año pasado la
niebla nos hizo bajarnos a mitad del puerto y hacer una ruta alternativa. Este año el tiempo no está mejor pero nos arriesgamos y aquí estamos, a 1600 metros de altitud con niebla y nubes amenazantes, hoy me parece que no vemos el sol,
fosi.Si miramos para Cantabria vemos como se elevan las nubes desde el fondo del valle de Liebana, y por la cara de León los picos llevan la boina puesta.
De frente tenemos el Pico Robadorio también cubierto de nubes, apenas nos bajamos del autobús y nos encaramos con él, tenemos por delante un duro ascenso continuado de 700 metros aproximadamente, la ruta está señalada con una dificultad alta y por una vez creo que no nos han engañado.
El poco rato que las nubes dejan pasar al sol nos permite ver el fondo del valle y los pastos de Llanave de la Reina y algunos neveros.
La ascensión continua siendo dura y pasamos por terrenos angostos y con mucha piedra suelta, la niebla por momentos se va espesando para convertirse en lluvia y tenemos que sacar de las mochilas capotes y paraguas.
Hemos comenzado a andar a las once y media de la mañana y en poco más de hora y media hemos alcanzado la cota más alta del recorrido, estamos a 2.222 metros de altitud. Desde aquí se suponía que disfrutaríamos de unas maravillosas vistas de Liebana, solo vemos nieve y niebla.
Los más rezagados van llegando espaciadamente a la cima pasando por encima de lo que según algunos investigadores pueden ser los restos de una fortificación defensiva de hace más de 2.000 años durante la ocupación romana y la lucha con las tribus cántabras. Hallazgos recientes pendientes de investigación así lo parecen confirmar.
También quedan vestigios de la guerra civil que demuestran el interés estrategico de el lugar.
Después de hacer cima, comienza el descenso hacia el collado, continua lloviendo y las manos se me han quedado frías como la nieve, casi no atino a disparar para sacar las fotografías.
Llueve cada vez con más fuerza, (ampliando la foto lo podéis ver) y pasamos por encima de los neveros.
La aparición ante nuestros ojos de los pastos de Riofrio compensa las dificultades que hemos pasado hasta llegar aquí, ha parado de llover, parece que hemos encontrado un trozo del paraíso,
seva.
Peña Prieta que antes se nos mostraba tímida entre las nubes aparece majestuosa como queriéndonos invitar a subir a su cima, total solo son 300 metros más de altura pero habrá que dejarlo para otro día.
En el refugio no cabemos todos a la hora de comer y cada uno se apaña como puede, el botellín de vino y el bocadillo me quitan el frío de las manos.
Nos espera un vertiginoso descenso de 1500 metros de desnivel, por una pista que nos adentrará en un espeso bosque de hayas y robles.El año pasado se vio al oso por estos parajes, hoy con lo que llueve no creo que salga de la osera.
Seguimos pescando la niebla casi con las manos,
ñOCO.
En el fondo del barranco y escondido entre los árboles se oye el río vimos nacer en la falda de Peña Prieta.
Tirando de "zoom" parece que ya está más cerca el pueblo de Ledantes.
El invierno ha sido duro pero aún queda leña.
El día ocho, si alguno se ánima podéis subir por una buena causa. En este lugar privilegiado quieren hacer una estación de invierno, mejor sería si hicieran una de tren.