San Sebastian de Garabandal es un bello pueblo perdido entre montañas y famoso a partir de los años 60 por unas milagrosas apariciones, de las que hablaré en una entrada más amplia.
Hoy aprovechando un buen día nos hemos acercado hasta allí y me ha sorprendido a la entrada del pueblo el homenaje a la madre del emigrante, representado en esta figura de bronce.
¡Que gran soledad!
ResponderEliminarOteando el horizonte en busca de una cara añorada. Precioso homenaje y merecido.
ResponderEliminarDuro para el que se tiene que ir y duro para el que se queda.
ResponderEliminarOpino como Fermín: precioso y merecido homenaje.
Besucos
Merecido homenage a esas madres que ven a sus hijos partir....Una entrada preciosa.
ResponderEliminarAbrazos
¿No se sabe quien es el autor?.Tanto el texto como la estatua me han gustado,gracias por traerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
la placa resume el pesar de la gente que ha tenido que abandonar su tierra, amigos y familia en busca de un futuro mejor.
ResponderEliminarUna emotiva entrada y además muy presente en muchos lugares.
Un abrazo.
Que gran homenaje y que duro para aquellas madres, me ha gustado mucho. Te felicito...
ResponderEliminarSaludos
Es un homenaje a es madre que partir de su pais a españa, Y ahora españa esta grrrrrrrrr, Enfre de mi casa vive un matrimonio -alquilada- de ecuador, vinieron a españa, trabajando muy bien, el salido para haceruna gestion y un coche lo atopello, tal es asi que en solla de ruedas, fueron en navidad a ecuador ¿imagino la cara de los padres,antes y despues. Besos
ResponderEliminarPues bravo por los vecinos del pueblo por su gran idea. Es más merecida que muchas que hay por ahí.
ResponderEliminarEspero tus noticias sobre las apariciones: es un tema del que me han hablado mucho y me despierta curiosidad.
Abrazos, Tejón
Yo viví escenas desgarradoras de las personas que emigraron ,se casaron tuvieron hijos y nietos,pero en su última etapa de la vida querían volver a su Galicia su Sevilla y no podían,ni sentimentalmente ni material por haber sufrido una salvaje depreciación de la moneda.
ResponderEliminarLloraban como niños con sesenta y más años, confesaban sentirse prisioneros del amor y del dinero.
Precioso homenaje, Tejón, sí, ya había oido hablar de Garabandal por el tema de las apariciones... pero no conozco el sitio, tiene muy buen pinta. Abrazos ;-)
ResponderEliminarHola Tejon; pues efectivamente si que hice alguna foto mas jejeje, es posible que mas adelante la suba, en cuanto a estas tomas tuyas, conozco ese pueblo, de entre todas las fotos me gusta mucho la primera imagen aunque sin desmerecer las demas, un afectuoso saludo desde Reinosa compa.
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