LOS TUNELES DE LA ENGAÑA

Este fin de semana aprovechando el buen tiempo y que las horas de sol ya son un poco más largas, he ido a dar una vuelta por los Valles Pasiegos, hasta el puerto de Las Estacas De Trueba y de paso me he acercado hasta Los Túneles de La Engaña.

Los rayos de sol que se filtran a traves de los montes nos dan idea de que la tarde era despejada pero fresca y quedan rastros de las ultimas nevadas.

Para llegar hasta este rincón olvidado de la geografía de Cantabria hay que dejar atrás el pueblo de La Vega de Pas y comenzar la subida al puerto que nombré al inicio. Según se va subiendo, a la derecha encontramos una desviacion que nos llevará a los túneles.

Estos túneles aun hoy en día son desconocidos para mucha gente y no es porque no sea de interés conocer su historia.

Formaban parte de uno de los proyectos más ambiciosos de la obra publica en España, y acabó siendo uno de los más sonoros fracasos.El despilfarro económico no es de ahora.

Se trataba de unir por ferrocarril el puerto de Santander con el puerto de Sagunto (Valencia) de ahí que se conozca como el tren Santander-Mediterraneo.

Las obras comenzaron en 1924 en tiempos de Primo de Rivera, y se fueron dilatando con los años y sufriendo numerosos retrasos.

Antes de llegar a los túneles nos encontramos con la estación de Yera, en un estado de total abandono, y antes que la estación las casas que se construyeron para los ingenieros y los encargados de las obras,hoy completamente absorbidas por la vegetacion.

En lugar de vías de tren lo que hay es una pista de hielo.

El agua del desnieve corre abundante.

El primer túnel tan solo tiene43 metros, se conoce por el Morrito y el siguiente que se llama El Morro tiene 263.

Los que siguen son El Empeñadiro y El Majoral con 130 y 263 metros respectivamente y en el proyecto inicial se contemplaba la construccion de nueve túneles.


Y el túnel principal y más largo, 6976 metros, es el que da nombre a todos y se llama de La Engaña, siendo creencia popular que debe su nombre al engaño que esta obra representa, pues fueron muchas las ilusiones y las esperanzas depositadas en ella para el desarrollo de estos valles y en general de toda una región.

El túnel debe su nombre al río Engaña.

El túnel más largo que une las localidades de Vega de Pas en Cantabria y Pedrosa de Valdeprados en Burgos comenzó a construirse en 1942 y se termino en 1959, diecisiete años más tarde, cuando ya el régimen, oscuro como el interior de los túneles abandonó definitivamente el proyecto, pues los políticos de la época optaron por desviar a otra comunidad el dinero y las inversiones, dejando a Cantabria sin el ansiado desarrollo y sumiéndola en años de atraso.

El túnel durante años fue utilizado para transportar el ganado en camiones cuando la nieve cerraba el puerto de Las Estacas de Trueba, y todos los intentos posteriores que ha habido para rentabilizar esta obra han acabado en fracaso. Hoy es un peligro introducirse en la oscuridad de este túnel pues la mala calidad de los materiales utilizados ha provocado numerosos desprendimientos en su interior, aunque siempre hay algún atrevido.

Fueron muchos los presos republicanos que después de acabada la guerra redimieron sus condenas trabajando en largas jornadas en la perforación de los túneles y no hay datos exactos de cuantos perdieron la vida. Para ellos se construyeron dos cárceles, una en cada boca del túnel, y este es el aspecto exterior e interior de lo que queda de ellas. De verdad os digo que un escalofrío recorrió mi espalda cuando entré en estas ruinas.



Para no acabar de forma tan triste seguimos puerto arriba hasta donde está autorizado el paso ya que aunque la carretera estaba despejada no se permite circular por el riesgo de aludes de nieve.

En entradas anteriores ya conté algo de las singularidades de estos valles. Su ganadería, sus pastos sus gentes y las cabañas que se desparraman por las laderas.



Es un verdadero recreo para la vista este paisaje, prados que parecen alfombras, agua y cascadas por donde lo mires y un silencio solo interrumpido por los graznidos de los buitres que revolotean por encima de nuestras cabezas.

Y ya de vuelta casi anocheciendo, desde el Puerto de La Braguía, esta vista impresionante del Castro de Valnera al que Gerardo Diego dedicó estos versos:

Qué hermoso, qué majestuoso en la espera del vespero,/que entrañable de mi apellido residías/
en tu trono del ábrego quieto y divisoria/(...)

Y tú balanza de Valnera,/ compensaste la cuna de mi padre,/ en tu ladera sur,/haciendome nacer de un vuelo justo,/en la concha de sal, ultima linde/ de tu mirada al septentrión desparramada./Grandeza tuya y mía,oh Castro/ de Castilla y Cantabria, oh paz de Iberia.