.....polanquino, José María de Pereda, desde el balcón y mirador que hoy preside su busto, al lado de la vieja cajiga, (roble) que magnifica descripción nos haría al ver nevadas sus Peñas Arriba.
Este panorama contemplarían sus ojos.
Estoy leyendo algunas de sus obras en estos últimos días, Blasones y talegas, La Puchera...
"La cajiga aquella era un soberbio ejemplar de su especie: grueso, duro y sano como una peña el tronco, de retorcida veta, como la filastica de un cable; ramas horizontales, rígidas y potentes, con abundantes y entretejidos ramos; bien picadas y casi negras las espesas hojas; luego otras ramas, y más arriba otras, y cuanto más altas más cortas, hasta concluir en débil horquilla, que era la clave de aquella rumorosa y oscilante bóveda."
"La cajiga aquella era un soberbio ejemplar de su especie: grueso, duro y sano como una peña el tronco, de retorcida veta, como la filastica de un cable; ramas horizontales, rígidas y potentes, con abundantes y entretejidos ramos; bien picadas y casi negras las espesas hojas; luego otras ramas, y más arriba otras, y cuanto más altas más cortas, hasta concluir en débil horquilla, que era la clave de aquella rumorosa y oscilante bóveda."
"Jamás se acicala ni se peina; y solo se muda el vestido viejo, cuando la primavera se le arranca en harapos para adornarle con el nuevo; le nacen zarzas en los pies, supuraciones corrosivas en el tronco, musgo y yesca en los brazos; y se deja invadir por la yedra, que le oprime y le chupa la savia."
Así comienza "El sabor de la tierruca".
Así comienza "El sabor de la tierruca".
¡Vaya un roble! Majestuoso.
ResponderEliminarSeguro que tu lo habrías fotografiado mejor.
ResponderEliminarUn saludo.
...quedaria maravillado y orgulloso a la vez.
ResponderEliminarUn abrazo Tejón
Siempre maravilloso Pereda. Si viese esas montañas nevadas y esa expectacular cagiga seguro escribiría otra de sus magníficas escenas montañesas.
ResponderEliminarBesucos.
Bonito roble, y bonita entrada.
ResponderEliminarGracias por darte un paseito por mi blog.
Te seguire.
Un abrazo.
Me gusta mirar los árboles, enraizados en la tierra, serenos y siguiendo el ritmo de las estaciones, cobijando aves, esparciendo sombra...
ResponderEliminarGracias Arena y Anjanuca por la visita por la visita.
ResponderEliminarLuisa María bienvenida de nuevo a mi cueva.
Isabel preciosas palabras nos dejas.
Abrazos.