ATARDECER EN COMILLAS

Después del frío el viento del sur calentó el aire y derritió la nieve de las montañas.

Hoy de nuevo está lloviendo y no se ve apenas el horizonte, pero ayer hizo una tarde luminosa y dimos un paseo por Comillas.

El sol golpea los acantilados y la mar acerca algas hasta la playa.


Unos cañones inofensivos apuntan al mar.

¡Te llevo, mar, tan metido
dentro de mi corazón!
¿Que ritmo sin tu cadencia?
¿Que verso sin tu canción?

Al lado de Jesús Cancio el Cristo del Amparo, por quien los pescadores comillanos sienten gran devoción y a quien el poeta dedicó estos versos:

"Voy por el mar hacia Dios
y con una fe tan alta
que, hasta en las flores de espuma
que el viento en el mar levanta,
veo las huellas de aquel Cristo
que anduvo sobre las aguas".

Vestida de plata nueva
la luna le dijo al sol:
-Déjame verme en los mares
que todos somos de Dios-
Se hundió el sol en occidente
y la luna se miró
y se encontró tan bonita
que, más que su resplandor´
en las encendidas aguas
temblaba su corazón.











Y otra vez los versos del poeta del mar honrando a sencillos personajes marineros.