Dos libros de Irene Solá han caído en mis manos ayudándome a llevar mejor las "olas" de calor.
El primero fue:
Canto yo y la montaña baila.
He cambiado la imagen de la cabecera del blog.
No sé si todo es cosa del calor o de mi imaginación,
pero si me fijo en la foto detenidamente,
veo como bailan, abrazándose a las nubes.
El segundo:
Te di ojos y miraste las tinieblas.
Y de entre las tinieblas extraigo unos versos
que me identifican y me describen.
" Quiero tener mi tumba lejos de los campos santos,
donde blusas blancas no haya,
ni panteones dorados.
Quiero que mi tumba sea cubierta de espinos altos,
que brote a sus alrededores hierba para los ganados,
y que descanse a mi sombra el perro negro cansado.
No quiero que a mi entierro vengan curas laicos ni romanos,
y las flores han de ser un manojo de punzantes cardos".
Versos atribuidos a Ramon Vila Capdevila "Caracremada", último maquis de Cataluña, lo mató la Guardia Civil el 7 de agosto de 1963.