No es lo mismo pasar que ver.
Pasé una vez, pasé dos, pasé tres
y hasta aquí te quiero traer.
Aquí,
donde no llegan las promesas vanas ni el engaño,
siento que no me hace falta alcanzar la cima,
para creerme del mundo...
el amo.
Aquí,
en el cauce de éste río
depositaré mis lágrimas
para que se fundan con su agua,
y las acerque hasta el mar.
El mar sabe donde las tiene que llevar.