De nada sirve que estos gigantes lleven cientos de años vigilando, mostrando su lado más amable, cuando entramos en su reino vegetal.
De nada servirá que pongan resistencia cuando lleguen esos "canallas que queman bosques, ensucian nuestras aguas, envenenan nuestros alimentos y se enriquecen con las miserias ajenas".
Padre
Padre, decidme qué
le han hecho al río que ya no canta.
Resbala como un barbo
muerto bajo un palmo de espuma blanca.
Padre, que el río ya no es el río.
Padre, antes de que llegue el verano
esconded todo lo que esté vivo.
Padre, decidme qué
le han hecho al bosque que ya no hay árboles.
En invierno no tendremos fuego
ni en verano sitio donde resguardarnos.
Padre, que el bosque ya no es el bosque.
Padre, antes de que oscurezca
llenad de vida la despensa.
Sin leña y sin peces, padre,
tendremos que quemar la barca,
labrar el trigo
entre las ruinas, padre,
y cerrar con tres cerrojos la casa
...y decía usted...
Padre, si no hay pinos
no habrá piñones, ni gusanos, ni pájaros.
Padre, donde no hay flores
no se dan las abejas, ni la cera, ni la miel.
Padre, que el campo ya no es el campo.
Padre, mañana del cielo lloverá sangre.
El viento lo canta llorando.
Padre, ya están aquí...
Monstruos de carne con gusanos de hierro.
Padre, no, no tengáis miedo,
y decid que no, que yo os espero.
Padre, que están matando la tierra.
Padre, dejad de llorar
que nos han declarado la guerra.