Al inicio de las andaduras de este blog, allá por el 11 de noviembre de 2010 hice mi primera visita a este lugar de la Montaña Palentina y os puedo asegurar que la magia y el encanto siguen estando allí.
La noche ha sido fría, las hojas esperan al sol que las libere, para no sentirse muertas y volar cuando sople el viento a su favor.
Durante la noche, antes de que nosotros lleguemos, nuestro amigo el lobo ha dejado sus huellas impresas en esta tierra que es más suya que nuestra.
Escondido entre las escobas, el brezo y el monte bajo estará observando nuestros pasos.
Por aquí pasa mucha gente sin darse cuenta de lo que tiene a su alrededor.
Nosotros no sabemos caminar sin sentir...
...sin fundirnos y mimetizarnos con el paisaje...
...procurando aportar más luz y más color.
Sublimes los picos, la cresta que tenemos enfrente la pisaremos más tarde.
Observamos y nos observan a lo lejos, La Pernía, Peñalabra, el Pico Tresmares, el Cuchillón, límites entre Palencia y Cantabria...y al otro lado el mar.
Los tejos milenarios vivieron tiempos más oscuros y se resisten a dejar que pase la la luz.
Bien pudieran ser estos los pilares de la tierra.
Si te acercas mucho te aprisionan sus raíces.
Saliendo a la luz, nuestros ojos creen que lo que vemos son postales caídas del cielo.
Los tejos desprotegidos de sus hermanos mayores, sobreviven a la fauna del bosque que se alimenta de sus brotes tiernos, más no por ello dejan de intentar seguir creciendo.
Seguimos guardando postales en la retina y en nuestra mochila.
Un amasijo de bellotas formó este minusculo bosque de encinas.
Me froto los ojos pues en vez de espinas creo estar viendo bolas de algodón.
Está tardando este año la nieve en cubrir con su manto las montañas de la Cordillera Cantábrica y la Montaña Palentina, privandonos de dejar sobre ella, nuestras huellas impresas.
Y a pesar de la sequía, el verde más verde que se pueda soñar.
El mundo se ha vuelto tan pequeño que ya ni las montañas sirven de fronteras.
Hasta aquí, desde el Himalaya, han llegado las banderas de plegaria.
Hay dos tipos de banderas de plegaria: las de tipo horizontal, denominadas lung ta (que significa "caballo de viento") en tibetano, y las verticales denominadas darchor. "Dar" significa "para aumentar la vida, fortuna, salud y dinero", "chor" significa "todos los seres sensibles".
Hasta aquí, desde el Himalaya, han llegado las banderas de plegaria.
Hay dos tipos de banderas de plegaria: las de tipo horizontal, denominadas lung ta (que significa "caballo de viento") en tibetano, y las verticales denominadas darchor. "Dar" significa "para aumentar la vida, fortuna, salud y dinero", "chor" significa "todos los seres sensibles".
Los dieciséis kilómetros de marcha se van acabando...
...seis horas de camino no pueden terminar de forma oscura y los rayos del atardecer que se filtran en el bosque nos seguirán iluminando, ahuyentando nuestros miedos.
Con el grupo de Montaña ORZA.
Con el grupo de Montaña ORZA.