Parece un desierto, un suelo reseco, árido y ajado como las manos de un anciano.
Hace decenas de años cruzaban las calles del pueblo manadas y rebaños, carreteros, vendedores ambulantes y titiriteros.
Divide al pueblo el río Pisuerga cuyas aguas pasan mansas tras despeñarse bravas de las altas montañas cuando salen subterráneas en la Fuente del Cobre.
Un poco más allá, en aras del progreso levantaron la presa de Aguilar y al verse frenadas, los pueblos de Cenera de Zalima, Villanueva del Río, Quintanilla de la Berzosa y Frontada quedaron sepultados bajo las aguas.
Primero fue en Campoo con el embalse del Ebro, más tarde fue Riaño.
Se repite la historia en estos pueblos donde sus habitantes fueron obligados a abandonar sus casas como ratas a cambio de unas miserables indemnizaciones.
Claustros, retablos, y todo un rico patrimonio del Románico palentino adornan Paradores y casas de "señores"...
Hace decenas de años cruzaban las calles del pueblo manadas y rebaños, carreteros, vendedores ambulantes y titiriteros.
Divide al pueblo el río Pisuerga cuyas aguas pasan mansas tras despeñarse bravas de las altas montañas cuando salen subterráneas en la Fuente del Cobre.
Un poco más allá, en aras del progreso levantaron la presa de Aguilar y al verse frenadas, los pueblos de Cenera de Zalima, Villanueva del Río, Quintanilla de la Berzosa y Frontada quedaron sepultados bajo las aguas.
Primero fue en Campoo con el embalse del Ebro, más tarde fue Riaño.
Se repite la historia en estos pueblos donde sus habitantes fueron obligados a abandonar sus casas como ratas a cambio de unas miserables indemnizaciones.
Claustros, retablos, y todo un rico patrimonio del Románico palentino adornan Paradores y casas de "señores"...