Todo llega, años esperando este momento.
Muchos de vosotros conocéis esa parte de mi vida compartida desde hace treinta y seis años con Mila, si, esa mujer de la que me es difícil enumerar todas y cada una de las razones por las que elegí vivir con ella.
Sin duda una de las más admirables es la capacidad que tiene para sosegarme.
En los momentos difíciles de la vida es como ese puerto donde todos los marineros quisieran atracar cuando más arrecian las tormentas.
Desde el principio de nuestra convivencia, solteros aún, viví de cerca un acontecimiento que había marcado desde los siete años su vida, un suceso que yo recordaba vagamente desde mis ocho años cuando una tragedia ocurrida en la Costa de la Muerte convulsionó toda Cantabria.
El naufragio del petrolero Bonifaz arrastró para siempre al fondo del mar, allí, Donde se posa el resplandor del Sol a sus padres, Gregorio y Ángela y allí reposan.
Hoy después de tantos años y gracias a Francisco García Novell, (gracias Paco), se cierra un duelo que no se pudo hacer hace más de cincuenta años.
Cuarenta y siete años y algunos meses después de aquel terrible suceso, en la noche de difuntos, al abrir el correo electrónico encontré un mensaje de Milagros Pereda Muñoz, una de las hijas de Gregorio Pereda, engrasador del Bonifaz desaparecido en el naufragio. Unas lineas sencillas que consiguieron estremecerme y emocionarme como muy pocas veces:
"Hoy me siento especialmente sensible y triste- me decía-, y por eso me dirijo a ti que tanto sabes de mi dolor. Estoy asomada a la ventana, mirando a la gente con sus flores camino del cementerio para honrar a sus seres queridos, y viéndoles he vuelto a desempolvar la caja de los recuerdos, esa que siempre cuesta tanto abrir, y he revivido una vez más aquel lejano día cuando yo estaba jugando en la calle con las amigas y mi madre se fue a La Coruña para encontrarse con mi padre. Me llamó muy contenta para despedirse, el taxi la esperaba pero no quería marcharse sin darme un beso. Me dijo que en casa me había dejado tantos caramelos como días iba a estar fuera con mi padre; y me pidió que me comiera uno solo de esos caramelos cada tarde al regresar de la escuela y así podría saber los días que faltaban para que ella regresara.
Aquel fue su último beso. Y su último abrazo.
Y es que yo me comí todos los caramelos, pero ellos nunca más regresaron.
Mi madre aquel día, al despedirse, me dijo que llevaba en el bolso las fotos de mi primera comunión, que acababa de celebrar en el colegio en el mes de mayo, para enseñárselas a mi padre.
Algunas veces desde entonces, sin poder remediarlo, he imaginado esas fotografías desperdigadas por el mar....
Donde se posa el Resplandor del sol editado por la Editorial Circulo Rojo será presentado los próximos días veintinueve, treinta y treinta y uno de marzo en la Biblioteca pública de Polanco, en el Ateneo de Santander y en la Casa de cultura de Santoña.
Posteriormente irá presentándose en diversas ciudades y pueblos de España, Plentzia, Cartagena, Madrid, Muros...
Su autor,Francisco García Novell, autor entre otros libros de "Náufragio del Principe de Asturias" (el Titanic español del que el pasado cinco de marzo se cumplieron cien años de su hundimiento), ha donado a la Asociación de "Náufragos de la Mar, una parte del dinero recaudado por la venta del libro.