Como alguno ya se anda preguntando por donde ando, me animo a hacer hoy esta entrada, pues últimamente estoy un poco desmotivado por un lado y metido en otros saraos que ya iré contando.
Todo ello acompañado de la pereza que me invade con estos días de viento sur y altas temperaturas, ha sido la causa de que tenga apartada la ultima ruta que hice el pasado día 22 para subir el lazo rosa hasta Peña Prieta y de esta manera celebrar "El día mundial del cancer de mama".
Esta ruta considerada de alta montaña partió del pueblo palentino de Cardaño de Arriba. Un chozo en las inmediaciones del pueblo nos recuerda que es esta una zona de pastos y ganados y que cada vez es más frecuentada por todos los aficionados a la montaña para descubrir lugares de gran belleza hasta no hace mucho desconocidos para la gran mayoría.
Llegar hasta Cardaño nos ha costado dos horas de autobús y a pesar del madrugón cuando queremos empezar a andar ya aprieta el sol, el cielo luce completamente despejado y las cuestas no se hacen esperar.
Pronto cruzamos el río Lomas y entramos en una pista rodeada de escobales y a nuestra espalda vamos dejando atrás la impresionante mole piramidal del Espigüete.
Anima y compensa el esfuerzo levantar la vista y ver en frente, aunque bastante lejos todavía, las Agujas de Cardaño.
Y volviendo la vista atrás, una vez que ya hemos tomado bastante altura, cada vez es más impresionante ver la caliza del Espigüete.
Hemos partido de Cardaño que está situado a 1415 metros de altitud y cuando dejamos atrás las transparentes aguas del Lago Lomas ya superamos los 2055 metros de altura.
Antes de salir nos han advertido evitemos la tentación de darnos un baño en estas aguas, y la verdad es que la tentación es muy grande pues aprieta con fuerza el calor, pero está prohibido, en este lago de aguas tan puras vive una especie en peligro de extinción que es el tritón alpino y no necesita ni cremas protectoras para el sol, ni colonias, ni desodorantes.
Serpenteando vamos llegando al Alto de la Lomba y todavía no adivinamos lo que nos espera al otro lado.
Todas estas montañas tienen un origen glaciar y en ella quedan numerosos lagos como el que veo cuando me asomo al glaciar, ahora seco, pero que en primavera es un manto verde de pasto para el ganado y de este lago parten las aguas que forman el curso del río Carrión.
El ascenso está resultando duro y me encuentro entre los que peor lo pasaron, no dosifiqué bien las fuerzas ni reposté cuando debía y en algunos momentos temí no poder llegar a la cumbre.
Vivimos momentos de convivencia extraordinarios, acompañando y dando animo a quién lo necesitaba y recibiéndolo cuando quién lo necesitó fui yo.
La vista de los tres macizos de Los Picos de Europa y sus cumbres más altas tocando el cielo, hicieron que recuperara lo suficiente como para hacer el último esfuerzo antes de coronar Peña Prieta.
Viendo esta foto comprendereis el por qué del nombre de la marcha, no hace falta fijarse mucho para ver en el horizonte la linea azul del Mar Cantábrico, confundiéndose con el azul del cielo.
Y a 2539 metros la cima de Peña Prieta, nombre derivado del portugues "preto" que quiere decir negro, pues negras son sus piedras de pizarra.
Parece demasiado pequeña la cima, no se si entraremos todos allí arriba.
Pero si, cabemos, y allí se vivieron los momentos más emocionantes del día, una satisfacción difícil de explicar estar en una de las cumbres más altas de Cantabria despues de superar nueve kilómetros de ascensión y casi 1200 metros de desnivel, haber soportado el fuerte calor y el dolor de las piernas producido por las sacudidas que me dieron los calambres. No se puede describir con palabras las lágrimas de alegría y emoción que en algunos provocaba el haber conseguido el objetivo de estar allí compartiendo con familiares y amigos de quién perdió la batalla en su lucha contra el cancer de mama, pero dejó huella y hoy es un ejemplo que hemos de continuar para honrar su lucha por la vida.
Para todas esas mujeres quedó allí la rosa.