" El monte es amigable, cuando la civilizacion no lo es"JIM HARRISON
Ayer fue uno de esos días en los que te vas a la cama con la sensacion del deber cumplido.
Ya hace mucho tiempo que el tejón tenia apuntado en su cuaderno de deberes hacer una incursión por el
Monte Hijedo.Así que aprovechando la invitacion que le hicieron los amigos de la delegación de
SEO/BirdLife de Cantabria allá que se fue con ellos, a "pajarear".
Casi sin bajar del autobús ya se presentía que el día era más que favorable, los primeros rayos de sol hacían que la humedad retenida durante la noche por los arboles y el bosque se fuera levantando formando nubes que ascendían lentamente y se disolvían como por arte de magia.
Tras la foto de rigor comenzamos a caminar y pronto los guias empezaron a dar muestras de sus conocimientos. Lo mismo te señalaban el paso de alondras con sus gorjeos incesantes, como te enseñaban un camachuelo posado en un acebo y te descubrían otras aves que ni siquiera habíamos oído nombrar,bisbita común, curruca capirotada, reyezuelo...
No son menores sus conocimientos de botánica y te enseñan distintas clases de brezos, tojo escobas, líquenes como los que envuelven las ramas del endrino de la foto y que solo se dan donde el aire es puro y sin contaminacion.
Este árbol se conoce como Serbal de los cazadores y en esta época del año presenta este llamativo aspecto con sus ramilletes de frutos que sirven de alimento para los pájaros.
Este monte está atravesado de norte a sur por el río Hijedo y es una masa forestal de gran riqueza y valor ecológico. Es en su mayoría de árboles de hoja caduca como hayas y robles aunque en su interior se pueden ver espectaculares ejemplares de tejo con sus raíces abrazándose a las piedras.
Hace ya unos años se recogieron firmas y se creo una plataforma para que se declarara este monte Parque Natural y Reserva de la Biosfera, pero el hecho de que sus recursos estén gestionados por dos comunidades,(Cantábria y Castilla León) y a la mezquindad y los intereses de algunos, el intento fracasó. Pienso si no sería el momento de volver a intentarlo de nuevo para evitar los desmanes que se están cometiendo al autorizar en su entorno la construccion de balsas para el riego aprovechando el agua de los ríos que surcan el bosque.
Entrar en el bosque es como entrar en otro mundo, parece como si de un momento a otro fueran a salir gnomos debajo de los hongos, anjanas de los ríos y duendes de las copas de los árboles.
Y seguimos aprendiendo cosas. Estas setas son, amonitas, son muy bonitas si, pero son venenosas.
Aquí se ve muy bien una salamandra.....
....pero ¿quien ve aquí a una rana?
Encontramos muchas hojas con estas bolas y aprendimos que existe un tipo de avispa que inyecta sus huevos en las hojas de los robles.El árbol como sistema de defensa envuelve el huevo para que la hoja no se seque y mientras, la avispa se transforma en larva y se va alimentando dentro de la bola hasta convertirse en una nueva avispa.
El suelo de este bosque cruzado por ríos y arroyos es muy rico en abonos y toda clase de nutrientes, así que abundan las setas y alguno no perdió el tiempo llevándose para casa un buen cesto de ellas.
Ya casi al final de la jornada nos encontramos con los restos de dos molinos.
Escondida entre la vegetacion descubrimos esta muela de piedra, que si hablara nos contaría de la cantidad de bellotas y grano que molió para hacer pan.
Atardecia cuando salimos del bosque, la luz entraba entre los árboles y al final del camino se adivinaban las montañas de Los cañones del Ebro.
Dejamos atrás el pueblo de
Riopanero que debe su nombre a los molinos harineros que descubrimos en el río y que cuenta con un Centro de Interpretación del Monte Hijedo, quedando pendiente su visita, pues cierra sus puertas a las cinco de la tarde.